Messi: “Mi hijo Mateo le grita los goles del Real Madrid a su hermano Thiago”
El argentino revela las bromas entre sus hijos y asegura que terminó la temporada más cansado “de la cabeza que de lo físico por lo que pasó en los últimos quince días”
Lionel Messi cerró la temporada en el Barcelona con una planilla de 50 partidos disputados. “Creo que es uno de los años en los que menos minutos jugué”, subrayó ayer La Pulga en una entrevista con TyC Sports. Sin embargo, no descansó demasiado si se tiene en cuenta la media de duelos jugados desde que Pep Guardiola se hizo cargo del cuadro azulgrana en 2008 y el rosarino pudo dejar atrás los repetitivos problemas musculares: en las últimas 11 temporadas cuenta con un promedio de 52 encuentros por campaña. En cualquier caso, a sus 31 años (cumplirá 32 el próximo 24 de junio) Messi asegura que no quemó piernas. El desgaste fue esencialmente psíquico. “Terminé la temporada más cansado y frustrado de la cabeza que de lo físico por lo que pasó en los últimos quince días”, reveló. El cachetazo de Anfield, todavía duele en el Camp Nou. “Sobre todo”, añadió el 10; “por la eliminación en la Champions”.
Al delantero azulgrana se le invirtieron los roles. Si en el pasado purgaba las penas de la Albiceleste en el Barcelona, ahora buscará refrescar la mente en el Copa América —Argentina debuta el 15 de junio ante Colombia—. “Vamos con ilusión, pero la realidad es que Argentina está pasando por un proceso de recambio. Para la mayoría de jugadores es su primera competencia oficial”, explicó el rosarino. Y regateó la presión: “No somos candidatos como otra veces, pero vamos a buscar la Copa”.
A Messi nunca le incomodó el número 10 en la espalda. “Diego la hizo importante, pero a la hora de entrar al campo no influye para nada”, subrayó. Sí, en cambio, tuvo que aprender a lidiar con el brazalete. Fue justamente en Sudáfrica 2010, con el Pelusa en el banquillo de Argentina, cuando Messi se estrenó como capitán. “Me hicieron hablar en el vestuario. Me costó, me trabé y no sé qué mierda dije”, recordó, entre risas, su primera charla frente al grupo. “En Barcelona no se acostumbra mucho hacer arengas, en Argentina sí. A mí me tocó crecer desde otro lado. Soy capitán a mi manera”, explicó.
Relajado en el predio de Ezeiza, donde el equipo de Lionel Scaloni se prepara para la Copa América, Messi contó las bromas entre sus hijos. “Mateo le grita los goles del Real Madrid a Thiago”, sostuvo el argentino. 10 minimiza el chascarrillo. “Me decía que era del Liverpool. Todavía no se da cuenta”, cerró Messi, que la próxima semana viaja a Brasil.
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