Es baloncesto, pero es otra cosa
En La Pitipedia (Córner) Piti Hurtado y Antonio Pacheco suscriben un ameno y original “tratado de cultura baloncestística”
Fue Dejan Bodiroga quien, después de una encerrona en una cancha alternativa del Olympiacos, perdió su flema para sentenciar lo que sentía tras uno de los partidos más desagradables de su larga carrera: “No ha sido baloncesto, ha sido otra cosa”. Las 3.000 personas que llenaron el vetusto Koridalos Sports, una ratonera, lanzaron toda clase de objetos y, el colmo, movieron la canasta cuando lanzaban tiros libres los jugadores del Barcelona, que se jugaban el pase a la Final Four que iba a disputarse aquel año en el Palau Sant Jordi. El lector de La Pitipedia (Córner) podrá darle la vuelta a la frase del añorado Bodiroga para concluir que el universo de papel donde le adentran Piti Hurtado y Antonio Pacheco es baloncesto, pero es otra cosa. Hurtado, para suerte de quienes le seguimos a través de las retransmisiones de la NBA en Movistar +, es un entrenador reconvertido en periodista. Pacheco es un creativo publicitario. Suscriben un ameno y original “tratado de cultura baloncestística”, que así se subtitula.
Que nadie se eche para atrás. Las ilustraciones de Lawerta y las estrofas de los temas musicales que preceden a cada uno de sus 20 capítulos acompañan un paseo caleidoscópico por los estratos del baloncesto. Se adivina por donde van los tiros desde la dedicatoria: “Mamá, no fui capaz de terminar la carrera, aún. Recuérdale a Abuela Petra que a la hora de la merienda le cambiaba los toros por los negros saltando. Para algo ha servido”. Lo refrenda un libro que habla sin tapujos de las figuras con pinta de lo más normal, el debate Bird-Magic, los jugadores de culto, los leñeros, los padres y los hijos, los actores y películas de este deporte, los que jugaron lastrados por las lesiones, los que no llegaron donde apuntaban, “jugador regulero, gran entrenador”, y hasta de los patrocinadores bancarios, los trucos para ser un buen analista o el trabajo en la tele sobre el que dice Piti: “Hay competiciones que no dan pie a diálogos más relajados, hay otra que sí (…). Ni estar todo el partido en un tono cercano al cachondeíto te lleva a ningún lado, ni tomarte demasiado en serio a ti mismo y a tus detalles de entrenador aporta demasiado”. Y en el libro es fiel a su propio precepto. Triplazo.
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