Xavi Llorens, de formar a Messi a crear un equipo de mujeres
El técnico, tutor en la cantera masculina del Barça, forjó la primera sección femenina
En 2006, la directiva del Barcelona, entonces presidida por Joan Laporta, había decidido prescindir de las secciones femeninas de fútbol y de baloncesto. El básquet desapareció hasta que se vinculó con el CB Santfeliuenc, de la Liga Femenina 2. Al fútbol lo salvó un entrenador de la cantera de nombre Xavi Llorens. Hoy está en la final de la Champions. “Estaba a punto de pasar al cadete A, cuando me llamó José Ramon Alexanko” (responsable del fútbol formativo azulgrana hasta 2010), recuerda Llorens. “Me tienes que hacer un favor. Me dijo: ‘coge el fútbol femenino”. El inventario de problemas era tremendo: faltas de respeto, ausencias a los entrenamientos, problemas personales, alcohol y cigarrillos en el vestuario. “Tenía muchas inquietudes. No conocía nada del fútbol femenino y además tenían un poco de mala fama. Mi gran reto fue enseñar a las chicas que tenían que jugar a imagen de los chicos y, sobre todo, defender el escudo”, explica Llorens. Todavía recuerda las palabras de Alexanko: “Xavi, enséñales a jugar a la pelotita”.
No era la primera vez que Llorens escuchaba esa frase. En 1990, Johan Cruyff le pidió lo mismo. Entonces, el desafío era formar al alevín B. “La primera vez que vi a Johan fue en 1974. Gracias a Charly Rexach, le fui a pedir un autógrafo”, explica. Jugador profesional de fútbol sala, Rexach, Cruyff y Quique Costas le sumaron a su causa. “Ellos jugaban al fútbol sala en el La Salle Bonanova y necesitaban a uno joven que corriera. Jugamos muchísimos años. Empecé con ellos y terminé con Guardiola y Guillermo Amor”, cuenta. Y explica cómo vivían el fútbol los dos entrenadores más ganadores de la historia del Barcelona. “Johan, como siempre, mandaba; Pep jugaba bien en serio”.
Llorens estuvo 17 años en el fútbol formativo azulgrana. Fue el primer entrenador de Messi, moldeó a Alba, a Iniesta y a Piqué. Y por su campo de entrenamiento pasó Xavi. “A una media de 20 niños por año… son muchos. Pero, en el fondo, ellos van creciendo pero su fútbol siempre es el mismo. Es lo que llevan dentro: Messi es la diferencia total, Andrés ve lo que nadie ve y Xavi piensa, siempre piensa”. Todo era entonces más cercano, canteranos sin estrellas, entrenadores sin cartel. “Los niños no tenían representante ni botas gratis. No había ese tipo de intereses que afectan al proceso de crecimiento. Hay que tener paciencia, no hay nada que te garantice llegar, ni siquiera el talento. El fútbol son momentos. Xavi tuvo que esperar, Andrés también, el único instalado con 18 años era Leo. ¡Hablamos de Messi!”
Pero el fútbol era una afición para Llorens. Cuando se casó, su mujer dejó su currículo en el Puerto de Barcelona. Trabajaba de nueve a cinco y después se iba a La Masia. Más fines de semana, claro. Así estuvo los 17 años en el fútbol base. No le cambió la agenda cuando tomó el control del femenino. Al contrario. “Entrenábamos por la noche en el campo municipal de L’Hospitalet Nord. Compartíamos todo con otras disciplinas. Las chicas se llevaban algún balonazo de los de rugby o les pasaba uno al lado con una jabalina. Y a turnarse para cambiarse en los vestuarios”, recuerda.
El primer año con Llorens al frente descendieron a Primera Nacional y volvieron a la División de Honor en el curso 2008-2009. El primer título llegó en la campaña 2010-2011: la Copa. Bajo su ala ganaron tres más. Además, de cuatro Ligas entre 2012 y 2015.
Los títulos despertaron a los despachos. De acumular cartas de quejas por la actitud del equipo femenino en 2006 a profesionalizar la sección en 2016. Llorens pasó de gestionar 200.000 euros a un millón. “Cuando empiezas a ganar las cosas se complican. Te vuelves competitivo y pierdes sensibilidad con el entorno y con el grupo. Y yo siempre me he considerado más formador que entrenador. Se puede educar desde el buen rollo; competir, en cambio, es más difícil”. En 2017 dijo basta. Había dejado al Barça en las semifinales de la Champions. “Ganarla será una cuestión de tiempo”, advirtió. Había cumplido con el mandato. Al final, la fórmula es la misma con Messi que con Alexia. “Xavi, enséñales a jugar a la pelotita”.
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