Jesús Tortosa, de joven promesa del taekwondo a liderar el equipo nacional con 21 años
El español, número dos del 'ranking' olímpico y mundial, busca medalla en el campeonato del mundo de Mánchester, que empieza este miércoles
“Volver del Mundial sin medalla sería duro”, dice Jesús Tortosa. El taekwondista español ha pasado de ser la joven promesa del equipo nacional a convertirse en su líder. Y eso que tiene 21 años. Acudió a los Juegos de Río de 2016 con 18; volvió con un diploma olímpico. Ese día no había quien consiguiera darle consuelo. En los últimos Mundiales, los que se disputaron en Corea en 2017, fue la única medalla (bronce) de la expedición española. A partir de este miércoles, en Mánchester, luchará por un metal en la categoría de -58 kilos. Sigue con sus clases de guitarra, ha pasado a vivir en el CAR (Centro de Alto Rendimiento) de Madrid y ha cambiado la carrera de Economía y Finanzas por INEF (Ciencias de la Actividad Física y del Deporte). “Estando en el CAR no podía ir a clase y tuve que elegir otra cosa. Probé con Derecho y no era lo mío… estoy en primero de INEF y he aprobado todo en lo que va de año”, cuenta unos días antes de volar a Mánchester para el Mundial (15-19 de mayo).
Volvió a la casilla de salida en cuanto a estudios, pero no así en taekwondo. Aquella joven promesa que irrumpió en el tapiz de la absoluta en 2015 se ha convertido ahora en la referencia. Es el segundo del ranking mundial y olímpico y el único español que estaría ahora mismo clasificado para los Juegos de Tokio. ¿Pesa la responsabilidad? “No tengo presión, es un campeonato del mundo y todo lo que se ha podido hacer y que ha estado en mi mano lo he hecho. Me queda plasmarlo allí”, contesta sentado en el pabellón de taekwondo del CAR. A priori, en las quinielas sobre el Mundial de Mánchester, su medalla es la única segura de la expedición española.
Sin haber cumplido todavía los 22 años asegura haberse hecho un hombre. Lejos queda aquel chavalín que llegó a Río a través del preolímpico en el que te la juegas a todo o nada. “Han pasado tres años, he madurado como persona y como deportista. Antes era un chaval de 18 años que llegaba a los Juegos Olímpicos por primera vez y que llevaba dos años compitiendo a nivel absoluto. Ahora tengo mucha más experiencia, combates y títulos y eso da mayor confianza en uno mismo”, explica. “He mejorado sobre todo a nivel mental, me tomo las competiciones de otra manera, más tranquilo. Me he hecho más hombre y a nivel físico se nota: he crecido y he cogido más músculo y con ello más resistencia y velocidad”, añade. Sus técnicos siempre han destacado su ambición y su ser una esponja a la hora de aprender.
Miguel Ángel Herranz, el seleccionador que cogió el equipo después de los Juegos de Río, dice que en lo que más ha visto mejorar a Jesús es en suavizar esa ambición. “Ha aprendido que en una carrera larga tiene que haber altibajos de vez en cuando. Estamos trabajando en eso y en saber sobreponerse a cualquier revés que pueda haber en algún campeonato”, explica. Le conoce desde su época de cadete. “Le veo cada vez más seguro de sí mismo, es el número dos del ranking olímpico y mundial detrás de una leyenda del taekwondo mundial [Tae-hun Kim]. Jesús está en disposición de hacer grandes cosas”, añade. Y puede hacerlas a partir de este miércoles (eliminatorias a partir de las 9.30; final por el bronce a partir de las 19.00; final por el oro, jueves 16 a las 19.30).
A este Mundial, competición que más puntúa para la cita olímpica, acude Tortosa con la única preocupación de conseguir una medalla. A diferencia de sus compañeros, que luchan también por alcanzar la quinta plaza del ranking olímpico, la última que clasifica directamente para los Juegos, él ya la tiene prácticamente asegurada. “Este Mundial es decisivo para el resto del equipo porque da el 50% de los puntos y es lo que va a definir el resto del año. No tiene nada que ver afrontar un campeonato del mundo pensando en hacer bien tu trabajo e intentar conseguir el título que competir pensando que los Juegos Olímpicos dependen un poco de este campeonato. Yo en ese sentido voy más tranquilo gracias a los resultados de todos estos años”, analiza.
Nuevo sistema de puntuación
La preparación para este Mundial se diseñó a principios de año, se decidió hacer una gira para acumular el mayor número de puntos posibles para estar bien posicionados en el ranking y así evitar a las cabezas de serie en el sorteo. “Conseguido eso hicimos ocho semanas de entrenamiento específico aquí en el CAR. Nos centramos en el sistema electrónico, en los bloqueos, en el nuevo sistema de puntuación que hace que los combates sean más físicos”, cuenta Tortosa.
El reglamento suele cambiar entre unos Juegos y otros y, cada año además, se introduce alguna modificación. “El de ahora es otro taekwondo, completamente diferente al que se vio en Río, por ejemplo. Se ha reducido el tamaño del tapiz: en vez de salirte con un pie entero, ahora con que pises una vez fuera ya estás eliminado. En el cuerpo a cuerpo, donde antes no se dejaba nada, ahora se permite que haya combate y hay mucho empujón y agarre. Los puños han cogido una importancia increíble, en 2016 veías que uno o dos los tiraban, ahora los tiran todos porque dan un punto por puño. Los giros también han aumentado puntuación, un punto más”,
La expedición española, que volvió con un solo metal de los Mundiales de 2017, sumó cinco medallas en los Europeos del año pasado. “Nunca es comparable un Mundial con un Europeo, pero son los mismos deportistas y su ascenso tanto en el ranking olímpico como en el mundial ha sido fulminante. Tenemos un equipo que ha llegado a ser consciente de las capacidades que tiene y en este Mundial lo vamos a exhibir”, concluye el seleccionador.
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