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El Barcelona ata la Liga

El conjunto azulgrana vence en Vitoria con tantos de Aleñá y Suárez, y será campeón este miércoles si el Atlético pierde contra el Valencia en el Wanda

Rodrigo Ely (i) y Luis Suárez, en una acción del partido. En vídeo, declaraciones de Ernesto Valverde tras la victoria del Barcelona.Foto: atlas | Vídeo: AP | ATLAS
Jon Rivas

El Barcelona está más cerca de ganar la Liga después de su triunfo frente a un Alavés apocado en Mendizorroza, tres puntos sin brillo, conseguidos casi por inercia; por esa obligación que tienen los grandes equipos de ganar aunque no hagan un buen encuentro. El de Vitoria no lo fue. Dos goles en la segunda parte evidenciaron la diferencia entre un equipo que tiene un objetivo y otro que lo ha ido perdiendo a jirones en las últimas jornadas. El Barcelona conquistará su 26ª Liga, la séptima en los últimos 10 años, si este miércoles el Atlético pierde ante el Valencia en el Wanda (19.30). Y, haga lo que el conjunto rojiblanco, entonará el alirón si vence el sábado al Levante en el Camp Nou, antes de batirse la próxima semana con el Liverpool en las semifinales de la Champions.

Hay partidos que empiezan raros y otros que se vuelven raros por el camino. El de Mendizorroza fue raro de principio a fin, aunque terminó como parecía más lógico antes de empezar, la victoria del Barcelona. Pero ya venía extraño de serie, desde la madrugada, cuando Josean Querejeta puso a los pies de los caballos a Abelardo, el entrenador del Alavés, de inequívoco pasado barcelonista, por su negativa a renovar su contrato, asegurando que el preparador había demandado cobrar el doble que ahora.

Fue raro escuchar desde la grada el ruido de los golpeos del balón, y los gritos de los jugadores, con la animación del Alavés de huelga y entrando cinco minutos tarde al partido. Una tribuna vacía y una afición muda no son el mejor aliciente para un equipo, como el vitoriano, que después de meses en la zona noble parece ahora camino de la tierra de nadie de la Liga.

Raro fue también ver a Messi de inicio en la bancada junto a Valverde, en un partido decisivo para acercarse al título de Liga, y el aire funcionarial que imprimió el Barcelona al juego en el comienzo del choque, frente a un defensa de cinco planteada por el Alavés, con dos líneas muy juntas, que a veces se confundían cuando el equipo barcelonista fabricaba rondos eternos, que se estrellaban con el muro albiazul.

Solo en el comienzo inquietó el Barça, después de un par de pérdidas de balón del Alavés. La primera vez, Suárez y Coutinho desperdiciaron una ocasión doble. Primero fue Pacheco quien la desbarató y después Ely puso el cuerpo al disparo del punta brasileño. Un minuto después, Suárez otra vez inquietó la portería local.

Pasó mucho tiempo, y dio muchas vueltas sobre sí mismo Coutinho antes de que el Barça volviera a percutir con peligro ante la portería del Alavés. Acercarse sí se había acercado. De hecho, el equipo azulgrana, esta vez de color salmón fresco, vivía al borde del área local. No le quedaba otro remedio ante la renuncia total del rival a tener la pelota, que pasaba cansinamente de un jugador barcelonista a otro. Todo muy raro.

Como el medio campo no encontraba la habitual razón de ser del Barcelona, y Dembelé no le sacaba partido a su profundidad, el Alavés se animó un poquito con el entusiasmo de Jony que, sin embargo, no encontraba demasiada colaboración en sus carreras. La primera parte acabó con un par de aproximaciones locales y la convicción de que el Barcelona tendría que fijar un poco más sus objetivos si tenía intención de ganar el partido.

El Alavés salió más animado en la segunda mitad. Abelardo ordenó a sus hombres que dieran un paso adelante, pero eso siempre supone un riesgo frente al Barcelona. El equipo de Valverde encontró más huecos y también la inspiración de Sergi Roberto, en el minuto 50, cuando se pegó una carrera en diagonal, hizo la pared con Arturo Vidal y su asistencia la dejó pasar Suárez entre las piernas para que Aleñá, que venía en carrera, controlara la pelota antes de batir a Pacheco.

El partido era tan raro que dos minutos más tarde, se acabó tras un lanzamiento de falta que acabó en la red. El árbitro anuló la acción por supuesto fuera de juego de Umtiti, pero la sala del VAR reclamó su atención. Fue a ver la pantalla y cambió su decisión: pitó penalti por mano de Tomás Pina antes del fuera de juego del central francés. Lo lanzó Suárez, marcó el segundo y solventó el partido para el Barcelona, cada vez más cerca del título de Liga. Un minuto después saltó Messi al césped, se pegó unas cuantas carreras para estirar las piernas, provocó unos cuantos gritos de admiración en la grada y se marchó de Mendizorroza con un título más casi en el bolsillo.

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