El Athletic, del purgatorio al cielo
El Levante empata en el minuto 89 tras ir 2-0 abajo y el equipo rojiblanco se lleva el triunfo con un penalti en el descuento
Dicen en Bilbao, con esa sorna de la gente acostumbrada a mirar al cielo antes de salir de casa, para echar mano del paraguas o el chubasquero, que el mapa se ha dado la vuelta como un calcetín, porque cuando en el sur y el levante se resguardan de las lluvias de la primavera temprana, en el norte luce el sol desde hace semanas, aunque no siempre, porque ayer cayó agua con ganas hasta la hora del partido. Era un clásico decir que el Athletic llevaba el agua a los campos que visitaba, y ahora es al revés.
Garitano también le ha dado la vuelta al Athletic como a un calcetín, y del equipo inseguro, tembloroso de la que ya parece lejana época de Berizzo, se ha pasado a un grupo de jugadores construidos de hierro forjado. A los futbolistas se les ven los remaches bien apretados. Les resulta mucho más fácil construir desde el orden que desde el caos, incluso en días como éste, con un marcador desfavorable en el minuto 90 ante un Levante necesitado que había conseguido empatar en el límite, y que sumaba un punto de oro, pero acabó marchándose con las manos vacías.
De inicio, el Athletic salió más dispuesto a la batalla que el Levante, y enseguida encontró un tesoro. Por la banda izquierda, con una pared entre Yuri y Córdoba, que el defensa agradeció con un obús que se coló junto al primer palo. No había noticias del equipo visitante en los primeros minutos. El Athletic sacó su partitura y en San Mamés sólo se tocaba su música, tranquila, como la del hilo musical de la consulta de un dentista. Y al Levante le dolían las muelas, sobre todo cuando Córdoba sacaba el torno y se hinchaba a robar balones. En el minuto 26 lo volvió a hacer. Se llevó la pelota, asistió a Williams, y el disparo del delantero impactó en el portero, luego en Cabaco para rebotar otra vez en Aitor y colarse en la portería.
No había paridad en San Mamés. El Athletic seguía en lo suyo, mientras que el Levante parecía derrotado ya en la primera parte. Le revitalizó un gol anulado a Rochina por apoyarse en Herrerín. Desde ese momento fue otro equipo, salió enrabietado tras el descanso y consiguió estrechar el marcador tras un penalti de Beñat a Roger que convirtió el propio jugador levantino.
El Athletic creía tenerlo todo hecho ya. Se echó atrás y buscó a Williams, que, pese a los espacios que tenía, apareció menos que en la primera parte. Pese a todo, las mejores galas las seguía vistiendo el Athletic. Pudo marcar Muniain, pero el disparo se le marchó al palo; también De Marcos en una volea que Aitor desvió a córner. La mejor ocasión del Levante llegó en un remate seco de Mayoral al que respondió Herrerín.
Pero el partido se resolvió casi en el descuento. En el 89, Cabaco se adelantó a Yeray en un córner y empató. El banquillo del Levante se volvió loco. Era un punto extraordinario, pero un minuto más tarde, ya en el descuento, Moses derribó a Muniain. El VAR ratificó la decisión del árbitro. Lanzó Muniain, marcó, colocó al Athletic en una gran posición para asaltar la zona europea y metió al Levante en problemas.
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