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Monchi deja de ser director deportivo de la Roma

Tras la destitución del técnico Di Francesco por la eliminación de la Champions, el andaluz pone fin a su experiencia italiana

Ladislao J. Moñino
Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, en el centro deportivo de Trigoria de la Roma.
Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, en el centro deportivo de Trigoria de la Roma.Antonello Nusca ( EL PAÍS)

La resaca de los octavos de final de la Champions no solo ha incendiado al Real Madrid y al París Saint Germain. La Roma también vive su pira particular tras caer con el Oporto. Si el jueves fue destituido el entrenador Eusebio Di Francesco, este viernes era Monchi el que abandonaba su cargo como director deportivo de la entidad romanista. Sin el técnico que fue su gran apuesta nada más llegar en el verano de 2017, y muy cuestionado por su política de fichajes, Monchi propuso un acuerdo al club para precipitar su marcha sin llegar a concluir su segunda temporada. Aún le estaban dos años más de contrato, pero la situación era ya insostenible. El miércoles, según La Gazetta dello Sport, una veintena de ultras se encararon con él en el aeropuerto de Oporto. Tras insultarle en repetidas ocasiones, le conminaron a que dimitiera al grito de “has destrozado al equipo”. La hinchada le acusa de las ventas del verano pasado de Allison (Liverpool), Naingolan (Inter), Strootman (Marsella), pilares del equipo que la temporada pasada alcanzó las semifinales de la Champions. A su vez se le recrimina el fracaso de las principales incorporaciones de este curso, Nzonzi (30 millones de euros), Pastore (24) y Justin Kluivert (17).

En el balance deportivo de Monchi, además de meterse entre los cuatro mejores de la Champions la temporada pasada, el equipo  finalizó tercero en la Serie A, a 18 puntos de la Juventus, y fue eliminado por el Torino en octavos de final de la Coppa. Este año, la Roma marcha quinta en el campeonato doméstico, a tres puntos del cuarto puesto que da acceso a la Champions y a 28 de la Juventus. Además, cayó vapuleada por la Fiorentina en cuartos de final de la Coppa tras recibir una de las mayores goleadas de su historia (7-1). Desde esa tunda, tanto su puesto como el de Di Francesco empezaron a ser muy cuestionados interna y externamente.

Monchi aterrizó en la Roma avalado por su trabajo en el Sevilla, que vivió uno de los mejores momentos deportivos de su historia bajo su política deportiva. La ecuación aplicada en la entidad andaluza de comprar talento joven barato y venderlo caro fue decisiva para que James Pallotta, el excéntrico millonario estadounidenese propietario del club, apostara por su figura. En el balance económico de su gestión no hay tachas. En su primera temporada vendió jugadores por un valor de 154,75 millones de euros y compró por 93. Para este curso, Monchi repitió el balance positivo. Traspasó por valor de 149,37 millones e invirtió 130 millones en fichajes. Cerca de 80 millones de euros de beneficio ha dejado su paso en las arcas del club giallorossi.

En sus primeros momentos en la Roma, Monchi se sintió tan respaldado por Pallotta que su primera gran decisión fue comunicarle en persona a Francesco Totti que sus días como futbolista habían terminado tras 27 años de servicio al club. La apuesta de prescindir del mayor icono de la historia del club solo fue amortiguada porque encontró comprensión y hasta empatía en el propio Totti. El traspaso del goleador Salah al Liverpool, también a los pocos días de haber llegado, ya levantó ampollas. La contratación de Di Francesco, en lo que era una clara intención de optar por un fútbol ofensivo y vistoso, fue su segundo gran envite y lo defendió con determinación hasta el último momento. Pero Pallotta ya ni estaba dispuesto a mantener al técnico ni el grado de confianza en su director deportivo era ya tan elevado.  "De alguna manera, en este año y medio ha trabajado siempre con muchas miradas en todo lo que hacía. Es como si hubiera estado siempre bajo sospecha y no es fácil trabajar en esas condiciones", relata un agente que ha colaborado con el conjunto italiano. De la llegada de Claudio Ranieri al banquillo ya no participó Monchi, que baraja volver a trabajar junto a Unai Emery en el Arsenal.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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