El Celta languidece huérfano de Iago Aspas
El equipo gallego, que está en puestos de descenso, no ganó en los once últimos partidos en que faltó su delantero y no aguarda su regreso la próxima jornada con el puesto del técnico Miguel Cardoso en juego
En el epílogo del último partido en Balaídos la realización televisiva pinchó la imagen de Iago Aspas en uno de los palcos del estadio, donde pasaba luto por lesión. Tenía el codo sobre el mentón, la mirada perdida y la decepción marcada en el rostro. El internacional del Celta vive el fútbol con la ilusión del amateur, la responsabilidad del profesional y la pasión del forofo que siente los colores que defiende. Y sabe que sin él su equipo no solo pierde talento sino que convierte su alma en jirones. Horas antes de aquella decepción había empleado las redes sociales para, de una manera singular, revelar que pronto iba a regresar al equipo. “Siguiente semana listo”, le contestó a su excompañero Pepe Reina, preocupado por el comunio, el juego online que fomenta directores deportivos virtuales. “Tengo al equipo médico con los cinco sentidos en tu gemelo”, le explicaba entre jocoso y preocupado el meta cordobés.
Pasó la semana y Aspas no estuvo listo. Trató de estarlo, entrenó y en cuanto forzó notó dolor. Una ecografía el pasado viernes desveló que la rotura fibrilar que se produjo el 22 de diciembre en el Camp Nou no está cicatrizada. Se perdió el partido de su equipo este domingo en Valladolid y no hay fecha precisa para su regreso. No se sabe si Pepe Reina ha prescindido del delantero en su mundo virtual, pero en el real parece probable que el partido del próximo sábado ante el Sevilla también tenga que verlo Aspas desde la grada. El Celta, tras la victoria del Rayo en Mendizorroza, ha caído a puesto de descenso.
A veces parece que en el Celta casi todo empieza y acaba en su mejor futbolista. Valladolid fue una nueva muesca en esa sensación de dependencia, la cuarta derrota consecutiva desde que se lesionó el delantero. El equipo ha sido incapaz de ganar los últimos once partidos que disputó sin Iago Aspas sobre el campo, nueve de ellos los perdió y empató los otros dos, uno de ellos en un derbi contra un Deportivo que llegó a Vigo descendido. Desde que en el verano de 2015 su delantero regresó de un paréntesis de dos campañas en Liverpool y Sevilla, el Celta jugó 17 partidos sin él. Ganó tres, empató dos y perdió doce. El último triunfo fue en abril de 2017 en el feudo del Granada, que también llegó a esa cita tras perder la categoría.
“Debemos encarar la ausencia de Iago con naturalidad. Tenemos opciones de calidad para suplirlo”, dijo tras el partido de Barcelona el técnico Miguel Cardoso, que tampoco esperaba mucho movimiento en el mercado invernal. Entonces su balance al frente del equipo era de dos triunfos, un empate y dos derrotas. El equipo, tras una insatisfactoria experiencia con el argentino Antonio Mohamed, que no caló en el vestuario, había escalado a la novena plaza. Tenía 21 puntos. Los mismo que hoy, antepenúltimo tras cuatro derrotas más y después de consentir tres remontadas en las tres últimas jornadas. Este domingo, tras la última decepción, Cardoso estuvo contra las cuerdas. El club contempló diversas alternativas para suplirlo, pero el presidente Carlos Mouriño optó por darle un poco más de vida. Horas después anunció que llegarán refuerzos a la plantilla aunque evitó ratificar al entrenador tal y como había hecho con Mohamed poco antes de destituirlo. “El fútbol es muy cambiante. No puedo comprometerme”, deslizó.
Cardoso, cuyo trabajo es bien valorado por el núcleo de la caseta, perderá su empleo si encadena la sexta derrota consecutiva, con Aspas de baja y, según Mouriño, con varios futbolistas despistados: “Cinco de ellos tienen ofertas para salir ya mismo y tenemos el temor de que paguen las claúsulas de tres de ellos antes de que acabe el mes”. A Maxi Gómez lo quiere el West Ham y el Newcastle trata de convencer a Brais Méndez. Lobotka es muy valorado por varios equipos italianos. Cabral, un central que perdió su puesto en el once, maneja opciones para cambiar de aires. Y Hjulsager, otro suplente, también tiene pretendientes. “No es una justificación. Algo hemos hecho mal en la planificación de la temporada”, asume el presidente del Celta. Su prioridad es adquirir ya mismo un refuerzo que pueda ocupar varias posiciones en el ataque. “Pero es un mercado muy complicado”, se lamenta. Claro, Iago Aspas solo hay uno.
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