El Real Madrid rastrea el mercado en busca de un gran central
Tras diez años de estabilidad defensiva el club baraja fichar a Marquinhos en verano para tapar la brecha que le convierte en el más goleado como visitante, tras el Huesca
El Madrid rastrilla el mercado en busca de centrales. La convicción de que es necesario reforzar la zaga con un marcador de primer nivel internacional arraiga entre los dirigentes según transcurren las jornadas de una Liga que expone la vulnerabilidad del equipo ante cualquier avance rival. El Madrid no encajaba tantos goles desde la temporada 2008-09. En vísperas de viajar al Benito Villamarín (20.45, Movistar+ Partidazo) en el vestuario no olvidan la losa que los oprime en campo ajeno, en donde han sido batidos 18 veces. Solo el último de la tabla, el Huesca, castigado con 23 goles en contra hasta la última jornada, ha sufrido peores palizas en sus salidas.
“Pepe mató al monstruo, y ahora el monstruo ha vuelto”, confiesa un funcionario del club que recuerda la ansiedad que experimentó la directiva de Florentino Pérez a partir de 2004, cuando se puso de manifiesto la necesidad urgente de reconstruir la cobertura que proporcionaron Hierro, Helguera y Makelele en la plantilla que conquistó la Champions en 2002. Desde el séquito presidencial a los técnicos de Valdebebas, todos coinciden en que la estabilidad defensiva del equipo solo se restituyó tras el fichaje de Pepe, en 2007.
Ganador de dos Champions y central más goleador de la historia de la competición con 15 tantos, Iván Helguera sufrió en directo el declive de un Madrid histórico por falta de solidez defensiva. “Cuando tienes un tío como Cristiano que te mete 60 goles, inconscientemente descuidas la defensa”, explica sobre la situación de fragilidad que percibe en el Madrid actual. “La concentración no es la misma. Ha pasado con el Barcelona. A mí me pasó con los galácticos. Ganábamos partidos en los que el 80% de nuestro equipo se concentraba en el aspecto ofensivo. Lo defensivo no era prioritario. ¿Qué pasó? Que dejó de funcionar. En el fútbol siempre tienes que tener un equilibrio”.
Cuando Florentino Pérez aprendió la lección ya era demasiado tarde para salvar su proyecto galáctico. En el verano de 2004 fichó a Jonathan Woodgate y a Walter Samuel pero no funcionaron. Al año siguiente, la contratación de Ramos como lateral derecho, uno de sus grandes aciertos como mandatario, no reflotó a un equipo terminal. Como dijo Pepe esta semana: “El Madrid era un cementerio de centrales. No consiguieron afianzarse como yo lo hice”.
Carlos Queiroz, entrenador madridista en el curso 2004-05, sugirió sin éxito el fichaje. “Yo estuve siguiendo a Pepe en el Marítimo desde 2002”, recuerda el actual seleccionador de Irán. “Era perfecto para el Madrid. Sabía que no podíamos fallar porque él a veces jugaba como mediocampista y ahí mostraba lo que necesitábamos: reactividad. Tenía anticipación para adelantarse a los problemas y lo acompañaba una gran capacidad atlética. No tenía una gran inteligencia táctica pero lo compensaba con un instinto muy fino para saber cuándo salir, cuándo apretar, cuándo cerrar, cuándo retroceder y cuándo ofrecerse. Era muy bueno para ofrecerse al compañero en las transiciones. Tenía lo que tienen los leones: instinto para detectar el punto débil en la manada de búfalos antes de atacar”.
Fue José Ángel Sánchez, director general del club, quien aprovechó la información y compró a Pepe en 2007. Pagó una cifra jamás alcanzada por un defensa en España: casi 40 millones de euros. El entonces presidente, Ramón Calderón, se limitó a asumir el riesgo de desgaste político que supuso la operación. “El mérito del fichaje fue de Pedja Mijatovic y Franco Baldini, los responsables de la dirección deportiva, que me dijeron que era el mejor central de Europa”, dice ahora Calderón.
El “monstruo” define un problema cíclico en todos los grandes equipos. Los ojeadores que trabajan para los principales clubes advierten de que hace falta mucho más conocimiento para detectar un talento defensivo que un talento del juego de ataque. El súmmum de la dificultad es descubrir un central capaz de resolver los desafíos extremos que plantean equipos como el Madrid, donde el origen de los desequilibrios que se manifiestan en la zaga obedecen a circunstancias estructurales. La comisión técnica madridista baraja una lista cuyo nombre más ilustre es Marquinhos (24 años), el más fiable de los zagueros de Brasil, con contrato en el PSG hasta 2022, y que ya se ha puesto en contacto con el Madrid a través de agentes que estudian la viabilidad del traspaso.
La estabilidad que proporcionaron Pepe y Ramos —reconvertido a central en 2009— comenzó a deshacerse coincidiendo con la salida de Pepe en 2017, después de que el club le negara los dos años de renovación que reclamaba. “Echaremos de menos la jerarquía de Pepe”, advirtió un técnico entonces. Los síntomas no se hicieron esperar. En las eliminatorias de Champions del año pasado se encendieron las luces rojas.
Helguera: "Es muy difícil suplir a Varane y Ramos"
Si el 1-3 contra la Juve en el Bernabéu desveló la brecha, las semifinales contra el Bayern alumbraron un socavón. El Bayern quedó eliminado pese a exhibir su volumen de ataque. El equipo alemán hizo tres goles con 32 remates (17 a puerta) y acentuó la nostalgia por Pepe. Casi siempre acertado en sus elecciones, el portugués había enchufado a Ramos durante años. Ahora es Ramos quien debe tirar de Varane, un portento físico con lagunas de concentración y algún déficit conceptual.
“No creo que sea cuestión de buscar un central o un mediocentro o un delantero”, observa Helguera. “¿Dónde están los futuros Modric o Kroos? No hay muchos grandes mediocentros, ni muchos nueves que te garanticen goles. Yo me he enfrentado a Trezeguet, a Ibrahimovic, a Henry, a Kluivert, a Ronaldo a Van Nistelrooy, Elber… Ahora no hay tantos de nivel. Con los centrales pasa igual solo que es más difícil porque necesitas dos. Es muy difícil suplir medianamente bien a Ramos y Varane”.
“Varane y Ramos son de las mejores duplas del mundo”, concluye Helguera. “Lo que ocurre es que Varane ha ganado la Champions y un Mundial y es difícil motivarle. El cansancio mental que tiene que tener supone que sea normal que pierda la concentración que necesitas en este Madrid. ¡Encima Casemiro se lesionó!”.
Casemiro ha regresado poco a poco pero se ha roto Kroos, y Marcelo y Modric no atraviesan su mejor momento. Hace meses que el Madrid perdió la continuidad en el buen juego. La tormenta deja al descubierto la incapacidad de los centrales para acudir a tapar todas las vías de agua. El monstruo ha vuelto.
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