El Madrid no se cura con Bale
La enésima lesión del galés devalúa el liderazgo que le atribuye el club, también contrariado porque con Solari la distancia con el Barça es la misma que con Lopetegui
El sóleo es un músculo muy humano. Se localiza bajo los gemelos y solo lo desarrollan completamente aquellos mamíferos bípedos que necesitan un buen soporte para mantenerse erguidos de pie. Dicen personas que tratan a Gareth Bale a diario en el Real Madrid que pocos jugadores emplean más el sóleo que el galés, empeñado como está en coger los palos después de los entrenamientos de fútbol para perderse en campos recoletos a jugar al golf por las tardes, actividad que requiere estar horas de pie, calzando zapatos de clavos, pisando con fuerza para estabilizar el swing, o simplemente caminando por campos húmedos y pesados. Por efecto de la carga continua, el estado habitual de los sóleos de Bale coincide con el límite de la contractura. Este jueves en el estadio de La Cerámica, en el minuto 38 del partido, Bale se quedó tendido en la hierba y se cogió el sóleo con un mohín de dolor.
El Madrid anunció mediante un comunicado que el jugador será sometido a una prueba para determinar el alcance de la lesión. El proceso no es nuevo. Bale, de 29 años, se ha perdido más de 80 partidos por lesión desde que llegó a España en 2013 y ha padecido hasta nueve infortunios en el sóleo izquierdo.
Los problemas físicos recurrentes del delantero más valorado por el presidente, Florentino Pérez, no serían tan trascendentales si la plantificación deportiva del Madrid no gravitase sobre las gigantescas expectativas que despierta su rendimiento. Lo dijo el entrenador, Santiago Solari, cuando debió explicar la causa principal del inoportuno empate ante el Villarreal (2-2). “Nos condicionó la salida de Gareth”, lamentó Solari, obligado a sustituir al británico en el descanso. “Nos apretaron bien y nos faltó encontrar la profundidad que nos brindaba Gareth... Ha recibido un golpe. Ha salido con una sobrecarga. No podía seguir”.
Contradicciones
El trasfondo del empate genera incertidumbre en el club. En el palco sacan cuentas. Florentino Pérez destituyó a Julen Lopetegui, el anterior entrenador, en la jornada 10ª de la Liga después de que el clásico del Camp Nou ampliara la distancia de puntos con el Barça a siete: 14 contra 21. Siete jornadas más tarde, con Solari al frente del equipo, la diferencia de puntos con el líder del campeonato se mantiene intacta: 30 del Madrid contra 37 del Barça.
Urgidos por las palabras de Solari, que indicó “un golpe”, los productores televisivos del partido de La Cerámica repasaron las imágenes hasta entrada la madrugada sin encontrar una sola prueba de que Bale hubiera recibido golpes en las pantorrillas. El hombre se desplomó sin mediación de terceros. Lo derribó un problema muscular. No fue la única apreciación contradictoria de Solari, que tras el encuentro argumentó que la presión alta del Villarreal exigía la sustitución de Bale por otro extremo veloz que abriera el campo y buscara la espalda de los rivales. Resulta que Isco, el elegido, ni es veloz ni gusta de atacar los espacios.
“Los cambios vienen condicionados por la salida de Gareth”, señaló el técnico, que tardó media hora en mover a Isco al centro del campo, desplazándolo de su posición inicial en la banda, en donde apenas entró en juego. “El cambio de Kroos fue sobre el final [faltando siete minutos y tras el 2-2 del Villarreal] para intentar ganar el partido. Isco pasó a la posición de Kroos y en su lugar entró Vinicius”.
El incidente de Vila-real es el último episodio de una sucesión que tiene en vilo a los dirigentes madridistas. Bale alega molestias físicas desde el 29 de septiembre, cuando abandonó el derby con el Atlético en el descanso y el club lo justificó informando de un caso de “fatiga muscular”. Fue baja al siguiente partido, contra el CSKA en Moscú. Desde el vestuario alertan de que si no volvió a parar fue por las continuas sugerencias que recibió de su entorno, animándole a resistir y demostrar su valía. Bale no dejó de sufrir molestias musculares en la parte posterior de sus piernas y así lo manifestó antes de acudir al Camp Nou, donde fue titular. Esa tarde, tras comprobar que su presencia en el campo apenas resultaba testimonial, Julen Lopetegui lo sustituyó en el minuto 77. Fue la penúltima decisión táctica del entrenador vasco antes de ser despedido.
Bale se ha encontrado muy a gusto con Solari. El argentino es el primer entrenador desde Benítez que le habla en inglés, la única lengua que domina. Solari le considera un futbolista fundamental en el proyecto que tiene entre manos pero no ha podido utilizarle al máximo. Solo le ha exprimido 90 minutos contra el Pilzen, el Eibar y el Celta.
Jonathan Barnett, el agente de Bale, insistió durante años a la directiva del Madrid en que para florecer su cliente solo necesitaba que le liberasen de la presencia agobiante de Cristiano. Despejada de obstáculos la vía del gol, señaló, el muchacho se convertiría en el mejor futbolista de Europa.
Cinco meses después de la venta de Cristiano, el saldo desmiente a Barnett. Cuatro goles y dos asistencias en 15 partidos es menos de lo que han hecho esta temporada los diez mejores atacantes de Europa.
Los problemas físicos del galés desde que llegó a España
Septiembre de 2013. Lesiones en el cuádriceps derecho, el izquierdo y distensión inguinal, que le obligaron a perderse cinco partidos.
Diciembre de 2013. Un golpe en el sóleo izquierdo en un entrenamiento le obliga a perderse dos partidos.
Enero de 2014. Sobrecarga en el gemelo izquierdo ante el Granada. Se perdió tres partidos.
Octubre de 2014. Volvió de unos partidos con Gales con molestias en el músculo piramidal derecho. Se perdió cuatro partidos.
Abril de 2015. Se daña de nuevo el sóleo de la pierna izquierda en un partido contra el Málaga. Estuvo tres partidos fuera.
Septiembre de 2015. Segunda lesión consecutiva en el sóleo izquierdo, esta vez ante el Shaktar Donetsk. Se pierde cuatro partidos.
Octubre de 2015. Tercera lesión en el sóleo izquierdo en un partido contra el Levante. Cuatro partidos fuera del terreno de juego.
Enero de 2016. Estuvo ocho partidos sin jugar por dañarse el sóleo derecho ante el Sporting.
Abril de 2016. Acabó el partido ante el Getafe con molestias en un muslo. Tras jugar al golf durante la semana, se perdió el siguiente partido por una contractura.
Mayo de 2016. Un esguince de rodilla contra el Manchester City le deja fuera otro partido.
Septiembre de 2016. Golpe en la cadera contra el Sporting de Portugal. Un partido de baja.
Noviembre de 2016. 18 partidos en el dique seco por una luxación en los tendones del tobillo derecho.
Abril de 2017. Dos lesiones, sóleo derecho y sóleo izquierdo, la segunda en el clásico en el Camp Nou. En total, diez partidos fuera.
Septiembre de 2017. Bale se retira lesionado ante el Dortmund y se pierde los siguientes 15 partidos.
Septiembre de 2018. Las molestias en un abductor le impiden jugar la segunda parte contra el Atlético.
Enero de 2019. En el primer partido del año, Bale se retira en el descanso ante el Villarreal. Entre 10 y 15 días de baja.
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