“Los deportistas también son seres humanos”
El seleccionador de fútbol que ganó el Mundial y el campeón de Tour, Giro y Vuelta charlan sobre sus deportes y sobre la fortuna que ambos han gozado, la de vivir de su pasión
Vicente del Bosque (68 años cumplidos la víspera de Nochebuena, salmantino, como Agustín Tamames, el ganador de la Vuelta del 75 y su novia de Macotera), se sienta a conversar con Alberto Contador (el escalador de los dos Tours, los dos Giros, las tres Vueltas) y es como si de repente hubiera rejuvenecido más de 50 años. Del Bosque, el seleccionador del Mundial y la Eurocopa, vuelve a ser el joven futbolista fascinado por un deporte de sudor y sacrificio y, sobre todo, de pasión, de héroes solitarios que desafían las montañas y la imaginación de quien les ve, allí, en cuestas imposibles, desde el sofá de su casa tomándose un vino blanco añejo y unas rodajas de chorizo.
Vicente del Bosque. Mi pasión desde chico ha sido el ciclismo, sobre todo el Tour. No digo que las demás carreras no sean importantes, pero el Tour es algo que me ha apasionado desde hace muchísimos años.
Alberto Contador. Claro, el Tour es como el Mundial, en cierto modo es el que todo el mundo ve, sobre todo las etapas de montaña...
VDB. Sí, pero bueno, yo he sido tan fiel que incluso esas etapas que se supone que van a ser llanas, de transición, me las he tragado enteras. Y los últimos años también las de la Vuelta a España, que tienen un gran atractivo.
AC. Sí, está siendo mucho más disputada, más combatida, con más ataques, más aún que el propio Tour.
VDB. Yo, en Salamanca, cuando tenía las vacaciones, mi madre me ponía un vinito, que era un vino blanco, así, ya un poco añejo, y un poco de chorizo, salchichón y eso...
AC. Jo...
VDB. Y me pasaba etapas enteras, absolutamente enteras. Siempre me ha encantado, y, además, creo que tú eres uno de los héroes del deporte español estos últimos años. Todo el mundo tiene una gran admiración por ti, sin ninguna duda. Yo lo pienso, y hacer una media de 50 kilómetros por hora... eso es la leche, la leche.
AC. Ja, ja, ja... Lo que pasa es que, bueno, tú te preparas por y para... y esa velocidad es la consecuencia.
VDB. Sí, sí, pero el mérito... Se dice, es que tienen que subir, y subís unos pocos, pero todos los que van en el pelotón al final tienen que sacar la media...
AC. Es un deporte sacrificado, sí, pero cualquier deporte profesional es sacrificado. Algunos son más físicos que otros, pero, al final, todos lo son.
VDB. ¿Echas de menos la competición?
AC. A veces. Ha habido momentos que sí la he echado un pelín de menos, pero quizás tenía la ayuda psicológica de haberme despedido con una victoria en el Angliru. Y piensas que dos años antes o dos años después esto tiene que terminar.
VDB. Mejor terminar con éxito...
AC. Claro, al final siempre te queda el recuerdo de la última competición, ¿no? Y el haber sido de esa manera... Y el estar comentándolo con Eurosport me permite pasar el gusanillo de la competición un poco mejor.
VDB. Pero las concentraciones no las echarás en falta...
AC. Pues, mira, lo que más echo en falta son las concentraciones. Es curioso porque para mis compañeros era un suplicio estar fuera de casa, pero para mí, las concentraciones eran para estar listo y bien preparado para la competición...
VDB. ¿Pero no son muy largas?
AC. Sí, de hasta tres semanas, y, sí, se hacían un poco largas, pero como sabías para lo que era, toda la presión y la tensión servían para prepararte mejor... Y, además, lo único que hacías era montar en bici y descansar... Sí, las echo un poco de menos. Sí, sí...
VDB. Es bueno no tener mucha nostalgia, porque al final te das cuenta de que en algún momento tienes que retirarte.
AC. Es eso. Cuando lo decidí, tenía contratos, y muy interesantes, encima de la mesa, pero, por otro lado, yo tenía claro que quería dejarlo con un buen sabor de boca y al máximo nivel. Es difícil, pero como sabes que no es una profesión en la que vas a estar hasta los 65 años, es una especie de mal trago que hay que pasar antes o después...
VDB. El ciclismo es un deporte que permite ser longevo... Como se basa en la resistencia, incluso cuanto más viejo, mejor. Perderás velocidad, digo yo, como futbolista...
AC. Sí... Yo perdí velocidad y también, a veces, veía más el peligro, lo pensaba más, y, quizás también, la capacidad de recuperación cuesta un pelín más que de joven.
VDB. Y con el paso del tiempo coges más oficio, y muchas veces es fundamental.
AC. La experiencia, sí. Ves cosas que te funcionan superbien que al principio no las hacías por no saberlo...
VDB. La imagen del campeonato del mundo de Valverde... ¡Cómo les aguanta! Y eso es de oficio, digo yo...
AC. Es que Alejandro tiene una clase tremenda. Fue impresionante, fuaaa, y una victoria que él se merecía desde hace muchísimos años...
VDB. Fue emocionante, fue emocionante...
AC. Fue emocionante porque al final todo el pelotón, todo el pelotón, sabía que se merecía tener ya un Mundial. No podía haber un mejor corredor para ganarlo.
VDB. ¿Cómo son las relaciones de los líderes con los que tenéis por debajo, con vuestros compañeros de equipo?
AC. La relación es la relación de líder, pero tú, como líder, líder seguramente como tú hacías, te tienes que ganar el cariño y el afecto de todos....
VDB. Son seres humanos, también...
AC. Eso es, eso es. Los deportistas no somos dioses. El ciclismo es un deporte en el que solo gana uno, pero en el que sin equipo no haces absolutamente nada. Tienes que intentar hacerte amigo de ellos, conocerlos, saber de su familia...
Creo que tú eres uno de los héroes del deporte español
VICENTE DEL BOSQUE
VDB. Yo creo totalmente en eso.
AC. Es una cuestión de creer en las personas. Independientemente del país del que sean todos, todos tienen contratos...
VDB. Tú has corrido mucho en equipos extranjeros...
AC. Sí, empecé en España, en la ONCE, luego Liberty, pero después salí, primero al Discovery Channel, americano, luego Astana, kazajo, Saxo Bank, danés, luego a Tinkoff, ruso, y terminé en América de nuevo, en Trek...
VDB. Lo que es bueno, en definitiva, es que tú tengas el aprecio de todos y que sea un liderazgo compartido, afable, cordial, tío, no puedes estar todo el día cabreado...
AC. Además, tienes que intentar ganarte a tus compañeros desde la amistad y desde el trato humano, con pequeños detalles como el conocer sus problemas familiares, el nombre de su mujer, sus hijos, la escuela... Esas cosas, que son pequeños detalles en el invierno, cuando llega el mes de julio y tienen que dejarse la piel por ti marcan la diferencia...
VDB. ¿Y tú relación con el entrenador o el director?
AC. Tiene que ser de hablar todos los días, y, además, tiene que haber feeling. Si no lo hay, cuando hablas parece que uno te está dando la vara todo el tiempo. Tiene que ser de amistad y, en mi caso, un corredor de mucha experiencia, de exigencia: a ver qué aportas tú, qué aporto yo, hacemos un mix y trabajamos de esa manera.
VDB. El director de un equipo tendrá que ensamblar la parte deportiva, que es lo más importante, con la parte, digamos, comercial, de vender el producto vuestro...
AC. Y con el director, yo en mi caso, intentaba siempre tener una charla antes del mitin que hacíamos en el autobús antes de cada etapa para ver cuál iba a ser la táctica, y lo hacía para yo no contradecirle en el mitin ni él contradecirme a mí, e ir todo en la misma dirección.
VDB. Porque tú, como jefe de filas, ¿podías decidir tácticas en el autobús?
AC. Sí, sí, sí... Además...
VDB. Pero irías coordinado con el director...
AC. Claro, nos coordinábamos porque si el director hace una táctica y yo veo que es una táctica equivocada, es que no puedo no decirlo, lo tengo que decir... Por eso hablábamos e incluso si veía que daba algo equivocado, hablaba luego con él para no contradecirle delante de todos... Pero, sí, el líder tiene que hablar, el líder tiene que motivarlos... París-Niza es una carrera que me gustaba mucho y, por ponerte un ejemplo, el último día en 2017 yo estaba a muy pocos segundos de poder conseguir el maillot... Era muy complicado, pero en mi charla antes de la última etapa, les dije, mirad, chicos, hoy estamos ante una etapa que puede ser recordada en la historia, tenemos que intentar todos estar en nuestro sitio, hacer todo lo que tenemos que hacer y podremos ganar esta París-Niza que la gente cree que no... Y en la línea de salida estaban ansiosos por correr, y motivados para intentar algo grande. Y al final, después de un espectáculo tremendo, nos quedamos a dos segundos de ganarla...
VDB. Lo importante es, y pasa en fútbol también... El entrenador parece que se pone sobre una tarima como si lo supiera todo, fuera todo, pero la inspiración de los jugadores, en este caso la tuya o de los demás, importantísima, es importantísima. Pero una inspiración buena, sana...
AC. Eso es...
VDB. No que te digan, míster, no creo que tengamos que jugar un 4-4-2, tenemos que hacer un 4-3-3, y fulano no tiene que jugar... No, eso no es una inspiración, eso es otra cosa.
AC. Hay que motivarlos, ilusionarlos, que se sientan partícipes, darles el valor que merecen con cada resultado. Afortunadamente, muchos descuidan estos pequeños detalles, entonces, si tú lo haces marcas la diferencia.
VDB. ¿Tú tenías condiciones innatas desde pequeño?
AC. La verdad es que sí, tengo que decir que sí. Empecé tarde, a los 15 años, y de rebote, porque ya había hecho otros deportes... Pero tengo que decir que sí sobre todo por ahora. Ahora, retirado, salgo más o menos tres días por semana, pero con eso solo, tengo un nivel... saco unos números de potencia, de vatios, que hay gente que está en activo que no los saca... Y con tres días... Lógicamente, si son cinco horas de carrera o seis, al no entrenar, no llego, pero, claro, aunque tengas cualidades innatas, tienes que trabajar más que nadie todos los días...
VDB. ¿Con 15 años? ¿Y, antes, habías jugado al fútbol por ejemplo?
AC. Sí, sí, a ver, y malo no era. Empecé en el equipo del colegio y como mi equipo sobresalía en la liga escolar, me fichó un equipo un poco más grande, de Pinto, también, ya federado. Jugaba de lateral derecho y también de delantero... Menudo mix.
VDB. O sea, que corrías la banda.
AC. Sí. Pero hubo una cosa que a mí no me gustó en esa categoría,... Nosotros somos cuatro hermanos. El pequeño tiene unas necesidades especiales, tiene parálisis cerebral y mis padres estaban siempre muy ocupados con él, y no podían permitirse ir a verme jugar al fútbol los fines de semana. ¿Y qué sucede? Pues que el padre que iba a ver a su hijo, como no lo sacaran... Resultado: Alberto, al banquillo... Si venía el padre del otro o no venía, ya sabía yo si jugaba o no.
Jugué al fútbol de pequeño, de lateral y extremo, y malo no era ALBERTO CONTADOR
VDB. Alberto, eso va a ser muy difícil cambiarlo.
AC. A mí, eso me desilusionaba. Veías que te decían que tú jugabas mejor, pero ponían al otro, y te pasabas la mañana del sábado o el domingo en el banquillo... Y eso... En cambio, con la bicicleta era diferente...
VDB. Pero, mira, en el fútbol, lo de los padres y, ahora, los abuelos, que son los que van, es un espíritu de protección imposible. Eso va a ocurrir siempre, por mucha campaña didáctica que se haga... Los padres somos padres...
AC. Yo, el consejo que les doy a los padres es que lo único que importa es que sus hijos disfruten. Que les digan que hagan lo que les apetezca. Si quieren entrenar, que entrene, y si no, que no les obliguen, porque tendrán los días contados...
VDB. La enfermedad de tu hermano pequeño...
AC. La parálisis cerebral... Es como si fuera un bebé de tres meses. Es de nacimiento., Tiene 31 años...
VDB. Es el eje de la familia...
AC. Es el centro de unión... Para nosotros ha sido algo tremendo. Es curioso, y mi madre muchas veces lo decía, un hermano es referente y admirado a nivel mundial en un aspecto, y otro es dependiente 24 horas.
VDB. Pero seguro que os hará a todos mejores, seguro...
AC. Sí, sí, te hace madurar antes de tiempo, te hace ser consciente de muchas cosas, pero ha sido el centro de unión. Te tienes que gestionar tu tiempo en base también a él, a sus necesidades...
VDB. Y él, cuando te ve en televisión y eso...
AC. No, él no me reconoce, no me reconoce... Yo tengo ahora un niño de ocho meses y hace ya muchas más cosas que las que hace mi hermano con 31 años... No, no me reconoce...
VDB. Le das un abrazo de mi parte... ¿Cuándo eras chaval, quién era tu referente? Yo, cuando empecé al fútbol ya tenía una idea, y veía a algún jugador de la Unión Deportiva Salamanca por la calle y me le quedaba así mirándole, admirado, con los ojos bien abiertos, y era de la Unión... no era de un equipo grande. No había la televisión de ahora, con fútbol a todas horas.
AC. Para mí el referente era mi hermano mayor. Todos los que hemos tenido hermano mayor lo tenemos un poco como idolatrado, ¿no? Él empezó con la bicicleta y yo empecé con él, y él que de su paga sacaba un poco más de dinero se pudo permitir comprar los cinco Tour de Indurain en los vídeos de VHS que había, y los veía, y yo los veía con él. Poco a poco empecé a ver la bici, y luego a seguir. Ya estaba de actualidad Pantani y empezó el dominio de Armstrong. Estos dos fueron los que más me impactaron. Los que viví en directo. Pantani, de hecho, por su manera de correr, ha influido en mi manera de correr. Para mí ha sido siempre un referente... Recuerdo la primera vez que coincidí con Armstrong, en una Dauphiné Libéré, con mi inglés, me presenté a él, hola, soy Alberto Contador, un placer conocerte [2005: Contador, 22 años; Armstrong, 34, ya había ganado seis Tours]. Y Armstrong ya me conocía... 'Sí, sí, me ha faltado poco para ficharte este año...' Había antes una admiración, un respeto, tremendo. Pasaba uno por tu lado y estabas a punto de caerte casi por dejarle pasar.
VDB. Luego lo harían contigo, ese respeto, los que llegaban...
AC. Sí, pero cada vez menos. Con los años, cambia. Es curioso...
VDB. Eso no debe perderse. Son cosas intemporales, el respeto, la admiración...
AC. Sigue habiendo, a ver, y estando retirado lo veo, chavales que están siendo campeones del mundo en categorías inferiores y cuando les hacen una entrevista ves que te tienen idolatrado... Pero también hay otros, que no sé si es por órdenes del equipo, o por lo que sea, que ves que eso ha cambiado. Es una lástima, se pierde un encanto.
VDB. Me decías Pantani... Tú y él sois ciclistas de impulsos, que si te dice el cuerpo que no puede estar parado no piensas en los kilómetros que quedan y atacas... Y a lo mejor es irracional. Si fueras racional te dirías, tranquilo, hay que esperar el momento, cuando las piernas... Habéis sido corredores de impulsos.
AC. Sí, sí, sí. Eso es algo que se lleva dentro. Hace dos días he estado en la concentración del equipo de mi fundación, la Fundación Alberto Contador, e iban a hacer dos carreras, una en llano y otra en subida. Yo pensaba tomarme tranquilo la llana para estar más fresco en la de subida e intentar apretarles... Empiezo detrás la llana, empiezo detrás, así, así... Y al final gané la carrera en llano. Es que me dio, me puse a atacar, y una cosa con otra...
El entrenador se sube a una tarima como si lo supiera todo
VICENTE DEL BOSQUE
VDB. Pero tú te has defendido bien en llano, ¿no? Y en contrarreloj...
AC. Sí, sí, sí. Yo sabía que para ganar mis sueños, sobre todo el Tour, necesitaba andar fuerte contrarreloj. Trabajé muchísimo sabiendo que había que tener una combinación escalador-contrarreloj. En llano he tenido también muy buenos números. Pero cada vez hay menos diferencias con los especialistas. Los equipos te obligan a estar concentrado, a ir al túnel del viento, a probar materiales... Antes, eso dependía más del propio corredor. El que era muy profesional, mejoraba, y el que no, se quedaba en casa y se lamentaba de no ganar, pero no pensaba por qué era. Ahora el equipo no le dejaría... Yo me lo he currado muchísimo, al milímetro.
VDB. Yo siempre he pensado que mi profesión no me ha supuesto ningún sacrificio, no puedo decir, joder, me he privado de esto, me he privado de lo otro... He hecho siempre lo que me ha gustado, no ha sido un sacrificio.
AC. Al final es tu pasión. Disfrutas con ello, y estás concentrado 20 días en una habitación de un hotel, 20 metros cuadrados, y te sientes afortunado de poder estar haciendo eso...Aunque, sí, en los últimos años el tema de la alimentación era brutal, era, era esclavitud, esclavitud... Y lo superaba diciéndome, a ver, Alberto, si estás aquí es para hacer las cosas al 100 por cien, para hacerlas al 80 te vas para casa. Si las haces al 100 tendrás resultados acordes... Piensas que cuando te retires podrás hacer lo que no pues hacer entonces y eso me está permitiendo saborear cada cosita, cada vinito, cada momento, cosas que no podías hacer antes... En ese sentido, nos viene hasta bien.
VDB. ¿De qué equipo eres, de fútbol?
AC. Yo soy del Madrid, es que mi padre... Cuando tenía yo 15 años se bajaba al bar a ver el partido en el Plus y yo me iba con él porque me invitaba a una coca cola y veía el partido de fútbol con él...
VDB. ¿Te ocupa mucho la Fundación o la tienes solo para decir pongo mi nombre...?
AC. No, no, no... Estamos muy involucrados, cantidad de viajes, conferencias... Tenemos dos partes diferenciadas. Una es el ictus, divulgar y que la gente conozca cuáles son los síntomas de un posible ictus, la primera causa de fallecimientos en hombres y la segunda en mujeres. Y las secuelas, si no. Es fundamental ir al hospital en el segundo uno si notas cosas raras, hormigueo, la boca un poco paralizada... Porque yo sufrí uno en 2004...
VDB. Ah, ¿sí?
AC. Fue en plena Vuelta a Asturias... Mira, aquí en la frente tengo una placa de titanio y aquí, aunque tengo el pelo más largo y no se ve la cicatriz, tengo una cremallera, una diadema de lado a lado, de cuando me abrieron, y fue porque tuve un cavernoma cerebral, un sangrado. Yo tenía unos dolores de cabeza tremendos pero yo decía, si soy deportista, qué me va a pasar...
VDB. Una migraña...
AC. Claro, yo tomaba un paracetamol, pero no me hacía nada y yo decía que tenía que correr para estar preparado para el Tour, que quería debutar, mi sueño con 22 años. Al final, el sangrado fue tan grande que en la Vuelta a Asturias perdí el conocimiento y empecé a convulsionar. Afortunadamente, estaba en competición y tenía una ambulancia detrás. No me hice nada en la caída y me pudieron estabilizar...
VDB. ¿Y no te ha dejado ninguna secuela?
El líder tiene que hablar, el líder tiene que motivar a todos
ALBERTO CONTADOR
AC. No. Afortunadamente mi caso fue en el lóbulo central derecho, y decían que podía afectar al olfato, al carácter y al oído. Al olfato y al oído no me ha afectado, al carácter... a veces lo uso de excusa...
VDB. Je, je, je, je...
AC. Y luego tenemos la parte de bicis en la fundación. Escuelas hasta cadetes, hasta los 14 años, donde los chavales se educan en la bici, ciclismo de valores, compañerismo, equipo, superación, sacrificio... Luego, bicis para la vida, donde junto al centro de discapacitados de Pinto reparamos las bicis que nos donan la gente que las tiene olvidadas en los trasteros y, a través de Seur y la Fundación Skoda, las enviamos a aldeas de Marruecos para que los niños puedan ir a la escuela o a por agua... Bicis para la vida, bicis que viven una segunda vida... Y luego, tenemos equipos de competición, desde juveniles, que están obligados a mandarnos las notas del colegio, porque a esas edades es compatible la bicicleta con los estudios...
VDB. ¿Lo lleváis tu hermano y tú?
AC. Y también está Ivan Basso, el ganador de dos Giros y varios podios en el Tour. Y el equipo sub y uno continental, la tercera división de profesionales. Y trabajamos duro para conseguir un sponsor que nos permita dar el salto a la Champions, el WorldTour. Lo trabajamos con pasión para devolver al ciclismo todo lo que el ciclismo nos ha dado.
VDB. Te imagino, Alberto, cuando eras chaval, todo el día montado en bici, dominándola, haciendo filigranas... Porque eso es como dominar un balón, que estás todo el día dándole con la izquierda, con la derecha, con el muslo, con la rodilla, con la cabeza, a ver cuántos toques... Me acuerdo de que cuando aprobé el segundo de bachillerato [12 años] me compraron mis padres una bici, y me acuerdo perfectamente del precio, era una semicarrera... Y yo tenía un buen manejo. Te imagino en las calles del pueblo...
AC. Yo aprendí a montar en la plaza, donde todos los niños bajábamos a jugar. Me trajeron los Reyes unas motos que había, grandes, como las de GP, pero con pedales y ruedines. Tenía 10 años o así. Hacía vueltas circulares por la plaza y montaba con un amiguete detrás. Al final un ruedín se desgastó de dar siempre la curva en la misma dirección y el hierro se partió. Y dando vueltas en sentido contrario, rompí el otro y así aprendí. Luego a los 12, los Reyes me trajeron una mountain bike... Bueno, bueno, bueno... Me dio una sensación de libertad tremenda, pero solo hasta que me la robaron, qué disgusto, qué disgusto... Un verano uno me dijo que me daba 1.000 pesetas por repartir unas cartas. Mil pesetas, imagínate. Me puse a repartirlas y una vez entré a un portal y dejé la bici en la puerta, sería solo un momento, me dije, y cuando salgo veo que la bici se va... Madre mía... Salí corriendo y no puede alcanzarle. La única bici que me han robado en mi vida. Qué disgusto, una llorera, una llorera...
VDB. Pues muy bien. Encantado...
AC. Igualmente, estar con la historia del deporte español, como tú...
VDB. Ahí andamos. Me he dedicado a un deporte que también ha sido mi pasión. Me lo he pasado muy bien desde chavalín hasta ahora, y siempre he sido muy afortunado, y tampoco tenía unas grandes condiciones para jugar al fútbol...
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