Daniel Angelici: “Culturalmente nuestra sociedad no está preparada para perder este partido”
El presidente de Boca Juniors analiza la final que disputará su equipo ante River y los condicionantes que la han llevado hasta el Bernabéu
“Es raro”, observa Daniel Angelici (Buenos Aires, 1964), cuando le hablan de la final de Copa Libertadores que este domingo le llevará hasta el palco del Bernabéu en calidad de presidente del Club Atlético Boca Juniors y vicepresidente de la Asociación del Fútbol Argentino. Embutido en un chándal del equipo en el hotel de concentración, con barba de tres días y mirada inquieta, la figura de uno de los hombres más poderosos del fútbol sudamericano queda disimulada entre los aficionados. Por razones de etiqueta, prefiere que el fotógrafo no le retrate así.
Pregunta. En Argentina se refieren a usted como “el operador de la Justicia” del presidente Mauricio Macri. ¿Qué significa “operador”?
Respuesta. Yo soy abogado. Fui vicepresidente del colegio de abogados. Participé mucho en la política universitaria dentro del radicalimso. Fui presidente de la cámara de empresarios de mi sector [Salas de Bingos y Anexos]. Hoy soy un presidente de un club reconocido. Al ser abogado tengo muchos amigos que estudiaron conmigo y han llegado a ser fiscales o jueces. Hay muchos jueces que son de Boca y vienen a la cancha. Conocerlos no significa que uno pueda influir en los fallos. Pero en el imaginario de la gente parece que yo soy el que va en nombre del Gobierno a resolver todos los problemas que se presentan en la Justicia. La verdad es que el Gobierno no necesita que yo resuelva nada. Los poderes Ejecutivo y Judicial están muy separados y hay que respetar la Constitución.
P. Usted no interviene en el Gobierno. ¿Macri interviene en Boca?
R. No, no. Somos muy amigos. Nos respetamos mucho y nos une esta pasión que es el club. Yo empecé trabajando con él. Tratamos de administrar el club de la misma manera. Hemos cerrado todos los balances con más de 400 millones de pesos [9,4 millones de euros] de superávit. Es el único club en Argentina que tiene superávit operativo: no necesitamos vender jugadores para equilibrar el presupuesto. Y lógicamente cuando me junto, no con el presidente de la República, con mi amigo Mauricio, siempre surge el fútbol. Él es un apasionado y a mí también me gusta.
P. El sábado 24 de noviembre, después del ataque al bus de Boca cuando se dirigía a disputar la vuelta de la final al Monumental, usted, el presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez, y el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, acordaron jugar el partido. ¿Por qué al día siguiente Boca recurrió al TAS para pedir la descalificación de River?
R. Nosotros siempre quisimos jugar ese partido en cancha de River. Siempre tuvimos la ilusión de ganar y dar la vuelta ahí. El error fue intentar forzar que jugáramos el sábado o el domingo. Si de entrada nos dábamos la mano y nos sentábamos el lunes en una mesa, el siguiente fin de semana habríamos jugado en Buenos Aires, en cancha de River o en otro estadio. Pero no se dio importancia a la gravedad del caso. No consideraron que Boca fue agredido al ingresar al estadio, ocho manzanas antes, durante el trayecto de esas ocho manzanas y en la puerta del estadio. Lo muestran las imágenes: no nos lanzaron una sola piedra. Fueron piedras, botellas, gases... Incluso la ambulancia que llevaba a nuestros jugadores fue agredida al salir del estadio. Yo tenía a los jugadores uno con vómitos, otros con problemas en la visión, con cortaduras, dos trasladados en ambulancia para hacerlos revisar, y mientras tanto seguían diciendo que el partido se jugaba. Ahí propusieron hacer un acta para pasarlo al día siguiente. Lo único que dije en ese momento fue que yo no tenía ningún problema de firmar un acta donde nos citábamos en igualdad de condiciones para jugar otro día.
P. ¿Por qué rompió ese pacto?
R. Éramos tres personas. Lo firmé y no hacía falta firmarlo. Cuando lo leí era ridículo: decía que nos habían agredido con una piedra. Antes de llegar al hotel, vi que ese papel que habíamos firmado ya estaba en la prensa. Cuando me levanto el domingo a la mañana hablo con los médicos, hablo con los jugadores, llevamos al capitán Pablo Pérez, que tenía problemas de visión, al sanatorio. Vi que no se daban las condiciones de igualdad deportiva. Hablé con el presidente de la Conmebol y le dije: "Mira, estamos casi en la misma situación. Algunos jugadores están mejor. Otros tienen cefalea, no durmieron bien, hubo que medicarlos, yo así en esas condiciones no juego". Me dijo: "Bueno pero hay que jugarlo por el compromiso". A las 12:00 del mediodía el presidente de la Conmebol anunció que se jugaba el partido porque no había ninguna presentación formal de Boca. Cuando escuché eso, a las 12:30 hice la presentación formal de suspensión. Uno como presidente tiene la obligación de pedir todo lo que cree que tiene derecho su club. Máxime cuando hubo un antecedente similar en los octavos de final de la Libertadores en 2015.
Aquí Macri no tiene capacidad. Conmebol es un organismo autónomo”
P. Usted se refiere al lanzamiento de gas pimienta en el túnel de goma que llevaba a los jugadores de River del vestuario al campo en La Bombonera, durante unos octavos de Libertadores. Pero ahora las circunstancias son distintas. Aquel incidente se produce dentro del estadio de Boca, y el ataque al bus de Boca tiene lugar fuera del estadio de River. No parece responsabilidad de River sino de la policía.
R. Sí. Yo también pagué todos los derechos de seguridad. Yo no estoy a cargo de los cacheos ni que haya entrado el gas. Fueron unos socios que el club identificó, denunció, desafilió y expulsó. Cumplimos con todos los protocolos. Lamentablemente, cuatro o cinco personas ese día metieron gas en la manga de entrada de los jugadores al campo: una manga que estaba rota y no era nuestra sino que la puso la Conmebol. ¡Igual nos descalificaron! Por eso pedimos la misma situación que en el 2015.
P. ¿Los jugadores de Boca quieren jugar esta final o quieren que se resuelva en el TAS?
R. Hoy sí quieren jugar. En ese momento no. Había que dejar pasar 48 horas. Lo dije en Conmebol: “Si de entrada se hubiera planteado que el partido estaba suspendido y nos juntamos el martes, seguramente la final se habría jugado en la cancha de River o en otra cancha en Buenos Aires”. Como no sucedió eso, las autoridades de Conmebol, que uno tiene que acatar, decidieron unilateralmente por su artículo 35 jugar fuera del país porque Argentina no ofrecía garantías suficientes. Esa fue la notificación. Y después nos enteramos de que la sede era Madrid. Y aquí estamos. Pero como argentino y como dirigente del fútbol creo que esto fue un fracaso de los argentinos, especialmente de los que somos responsables de presidir clubes tan importantes.
P. ¿Cree que Domínguez se precipitó al pedir jugar en Madrid?
R. No estábamos preparados para que sucediera esto y se tomaron decisiones sobre el momento.
P. ¿Y si gana Boca en el Bernabéu y el después TAS falla a su favor?
R. Si mañana gana Boca la presentación no se trata. Igual sabemos que es casi imposible que prospere. En lo personal, ya lo dije en el 2015: soy de los que piensan que los partidos se empiezan y se deben terminar dentro de la cancha. En 2015 me habría gustado tener la posibilidad de jugar otros 45 minutos. Porque íbamos 0-0 y en nuestra cancha. No me la dieron y por eso tuve la responsabilidad de hacer el mismo. Reclamo lo que River reclamó en su momento. Contra el mismo rival y en el mismo torneo.
P. ¿Y si gana River? ¿Cree que los hinchas de Boca se sentirán orgullosos de arrebatarle el título en los tribunales?
R. No lo sé. El hincha de Boca en 2015 quería jugar otros 45 minutos y no tuvo la oportunidad. El hincha es hincha. Soy un convencido de que todos los partidos tienen que terminar, como debió terminar el de 2015, a puerta cerrada o en otro estadio. Ahora estamos en manos del TAS. Seguramente dará turno de alegaciones, verá el recurso de Boca, le dará traslado a River... El proceso durará unos 20 días.
Al que atentó contra el Dortmund le han condenado a 14 años. En Argentina no pasa”
P. Sorprende que las instituciones argentinas no hayan hecho más por mantener la final dentro del país. Boca es uno de los clubes más influyentes del mundo y el Gobierno de la Nación, con un presidente experto y conectado a todos los niveles del fútbol, debe tener poder para convencer a la Conmebol...
R. Hubo un incidente y yo como presidente de Boca hubiera esperado que el mismo sábado se dijera: “El partido no se puede jugar juntémonos el lunes”. Ahí la charla habría sido completamente distinta entre personas de fútbol entendiendo lo que pasó. Sin buscar responsables. Se lo dije a D’Onofrio: “pasó aquí en cancha de River en 2015 pasó en cancha de Boca… Culturalmente nuestra sociedad no está preparada para perder este partido”.
P. ¿Acaso Macri no tiene capacidad como jefe del Gobierno para intentar organizar el partido dentro de Argentina?
R. No porque la Conmebol es un organismo autónomo, incluso de la FIFA. La confederación tiene su propio reglamento y sus propias autoridades que son los diez presidentes de los diez países que la componen. Ellos tomaron una decisión que está dentro de su normativa. Desde 1992 he venido a Madrid a ver Real-Barça, Real-Atleti… He visto muchos partidos, he venido de vacaciones. Hasta he venido de luna de miel. Esta ciudad siempre me ha parecido maravillosa. Ahora hace tres días que estamos aquí y se siente como extraño jugar una final a tantos kilómetros de nuestro país. Nos tiene que servir: a los dirigentes políticos que gobiernan Argentina, a los dirigentes de la AFA, y a los dirigentes de los clubes. Esto no nos puede volver a pasar y todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad. Nos tenemos que hacer cargo.
P. Los autobuses de los equipos de fútbol han sido atacados regularmente en medio planeta. El año pasado un terrorista puso una bomba al paso del autobús del Borussia Dortmund horas antes de un partido de Champions en el Westfalenstadion, un jugador debió ser operado con lesiones graves y el partido se disputó al día siguiente. ¿Por qué un ataque con piedras en Argentina es insuperable?
R. A la persona que atentó contra el Dortmund le dieron 14 años de prisión. El que hizo eso está sancionado y eso en Argentina no pasa. Ni siquiera por una contravención están una hora detenidos. Tirar una piedra no es cuestión de puntería. Tirar un objeto contundente es muy similar a una tentativa de homicidio porque si te pega en la cabeza te puede sacar un ojo o matarte. Europa y Sudamérica somos culturalmente distintos si bien la pasión del fútbol se siente igual en todo el mundo. Me parece que nos falta muchos años de cultura y educación.
P. ¿Fallaron la policía, los fiscales y los jueces argentinos, entonces?
R. Si, por eso. Es un tema de muchos años. Esperemos que a partir de este hecho sea un antes y un después. El Gobierno ha presentado un proyecto de ley muy duro específicamente para los violentos en espectáculos futbolísticos. Esperemos que sea el puntapié inicial para que no vuelva a suceder esto.
P. ¿Espera que esta ley acabe con las barras bravas?
R. Espero que sí. La estuve leyendo. Hay penas importantes. Más de tres años no son excarcelables. Para el que tira una piedra, botella o elemento contundente, se imponen de tres a seis años de cárcel. Para aquel que lleva un arma, de cuatro a ocho, la use o no la use. También hay penas muy duras para aquellos dirigentes del club que faciliten entradas a las barras o a los violentos para que ingresen. Parece que va a ser un cambio cultural importante dentro del fútbol argentino.
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