Leganés y Getafe empatan en un derbi aéreo

Butarque vivió el tercer derbi del sur de Madrid en Primera. Un duelo de vecinos solo separados por las carreteras de circunvalación que acabó en empate. El Leganés llegaba con el subidón que dan tres victorias del tirón y el Getafe de Bordalás está siempre bien. Esa igualdad en el estado de ánimo se tradujo en igualdad en la intensidad, en el juego y, por consiguiente, en el marcador. Todo lo destacable llegó por el aire, con dos goles en jugadas a balón parado. Al final, un punto para cada uno y todos a casa sin discutir.

Las fuerzas parecían igualadas de antemano y esa sensación se confirmó, con ambos equipos derrochando energía en la presión desde el inicio. Daba igual la zona del campo en la que se jugase, el hombre que tenía el balón enseguida era atosigado por dos o tres contrarios. Eso dificultaba que la pelota circulase con fluidez, aunque también se encontraban huecos si se alguien superaba a su par. Las primeras llegadas del Leganés se produjeron por la banda derecha, con Nyom como protagonista. El carrilero camerunés encontró pista hasta el área, pero no supo concretar ni un centro ni un disparo preciso.

Por el flanco izquierdo de los pepineros circulaba Gumbau, algo contrario a la naturaleza de mediocentro de toque que tiene el catalán. La baja de Silva hizo que Pellegrino apostase por un centrocampista como carrilero, con lo que por ese lado se perdía explosividad. Sin embargo, la zurda de Gumbau sirvió un balón hacia el punto de penalti que hizo dudar a David Soria. El portero del Getafe salió poco decidido y En-Nesyri se le adelantó para cabecear. El balón se marchó fuera por un palmo. El Getafe necesitaba hacer algo para contrarrestar las fáciles llegadas del Lega. Un buen remate de Jaime Mata exigió una buena parada de Cuéllar y mermó un tanto la valentía de los locales.

La presencia de dos delanteros de buena talla en cada equipo propiciaba que se buscasen centros desde las bandas a la mínima ocasión. Guido Carrillo es uno de esos arietes que remata todo lo que vuela, aunque vaya bajo. El argentino del Leganés cabeceó un cuero que no levantaba un metro y obligó a estirarse a Soria. Que el peligro llegaba por el aire se confirmó cuando Damián Suárez sacó una falta lateral y Cabrera cabeceó para abrir el marcador. El central uruguayo -ayer lateral izquierdo- se tuvo que arrodillar para conectar con la pelota y batir a Cuéllar desde el área chica.

El partido se puso como le gustan a Bordalás. El Getafe se sentía a gusto con las dos líneas de cuatro bien plantadas, con Arambarri y Maksimovic barriendo todo el centro del campo y con Djené y Bruno sin dar nada de bola a los delanteros del Leganés. No había fisuras en la muralla, así que la única opción era intentar abordarla por arriba y esperar un fallo. El gol local no llegó por un error, pero sí a coNsecuencia de una serie de rebotes. Un saque de banda a la olla acabó con el balón en los pies de Nyom, solo, que fusiló con un gran chut a Soria.

El Getafe ya tenía el chip de defender y no estaba en disposición de cambiarlo. Tras el gol del empate solo el Leganés buscó la victoria, aunque fuese solo por la inercia. Tampoco abundaron las ocasiones pepineras, la mejor llegó en el descuento con un disparo lejano de El Zhar que hizo estirarse a Soria. Finalmente, el encuentro acabó en empate y los vecinos se repartieron el botín.