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Un Giro como le gustaba a Fausto Coppi

Un etapón alpino de 226 kilómetros con Gavia y Mortirolo será el homenaje al centenario del ‘campionissimo’ y al ciclismo de los tiempos heroicos

Carlos Arribas
Froome, con el trofeo de ganador del Giro 101.
Froome, con el trofeo de ganador del Giro 101.Daniel Dal Zennaro (EFE)

En 2019 Fausto Coppi, el gran mito del ciclismo, habría cumplido 100 años y el Giro, su carrera más amada, lo recuerda con trazado que no le habría disgustado nada al campionissimo ni tampoco disgustó a Eusebio Unzue, el director del Movistar, que piensa que no le irá nada mal a dos de sus figuras, Mikel Landa y el ecuatoriano Richard Carapaz.

A Coppi le habría encantado saber, y habría sonreído con sonrisa triste al enterarse, que la undécima etapa termina en Novi Ligure, pero no en cualquier sitio de la ciudad al pie de los Apeninos del Piamonte en la que empezó a trabajar de aprendiz de carnicero, y en la que conoció a Biagio Cavanna, su masajista ciego único, sino a justo 400 metros de Villa Carla, allá donde fue a vivir su amor prohibido con su Dama Bianca, Giulia Occhini, donde por la noche le visitaban los carabinieri enviados por el Papa para comprobar que los amantes no compartían cama. Y el día siguiente es la Cuneo-Pinerolo, y también sonreiría satisfecho Coppi aun sabiendo que su trazado, fiado solo al Modesto Montoso, el primer puerto de primera de todo el Giro, y al muro de la calle de los Príncipes de Ajaca, no tiene nada que ver con aquella Cuneo-Pinerolo de 1949, los 254 kilómetros con Maddalena, Vars, Izoard, Monginevro y Sestriere, la etapa del ‘un uomo solo è al comando’, la madre de todas las etapas grandiosas del Giro, aquella que Dino Buzzati transformó en batalla de la Iliada, Coppi-Bartali, Héctor-Aquiles. Coppi, 192 kilómetros solo, al comando.

No le disgustaría a Coppi una Cuneo-Pinerolo light porque en su lugar el Giro de 2019 propondrá el martes 28 de mayo recorrido más bruto aún, el de la 16ª etapa, la Lovere-Ponte di Legno, 226 kilómetros y 5.700 metros de desnivel: Presolana, Croce di Salven, Gavia y Mortirolo por su lado más duro, el que parte de Mazzo di Valtellina. Será el homenaje al ciclismo de los tiempos heroicos, cuando los ciclistas arrancaban los tubulares a mordiscos, como Binda; cuando el ganador, como Luigi Ganna, declaraba: “¡cómo me duele el culo!”; cuando el campeón, como Bottecchia, no corría ni por gloria ni por la victoria, solo por dinero, para salir de pobre. Será también la etapa símbolo del Giro del centenario de Coppi, que partirá de Bolonia el sábado 11 de mayo con una contrarreloj corta (ocho kilómetros) que ya anuncia sus intenciones, pues será en realidad una cronoescalada con final en el santuario de San Luca.

El Giro terminará el 2 de junio en Verona, con otra contrarreloj, 16 kilómetros con final en la Arena y paso por el circuito de Torricelle, y su ascensión, escenario de los Mundiales de Freire). Otra contrarreloj, también dura, 34 kilómetros en San Marino, con la ascensión hasta Fiorentino, marcará la mitad del recorrido, el final de las etapas largas y llanas diseñadas para los sprints de Elia Viviani, el comienzo de la dureza. En los últimos nueve días habrá una vista al Giro de Lombardía en Como y cinco finales en alto: ascenso al Lago Serrù; Courmayeur, donde Charly Gaul ganó el Giro de 1959; Anterselva; San Martino di Castrozza, donde Menchov comenzó a ganar el Giro de 2009, y Monte Avena, el último sábado, víspera de Verona, final del gran etapón dolomítico, 193 kilómetros, que asciende Campo, Rolle y Manghen antes de subir el Croce d’Aune.

En la presentación en Milán estuvo Chris Froome, el último ganador, quien no volverá a Italia. "No creo que ganar Giro y Tour el mismo año sea imposible", dijo el inglés, tercero en el Tour. "Pero el año pasado creo que pagué en el Tour el esfuerzo que hice para ganar el Giro". Dejará el liderazgo del Sky a su amigo galés Geraint Thomas, el ganador del Tour, quien ha dicho que le tiene ganas al Giro. Su último intento rosa fue doloroso: en 2017 se cayó antes del Blockhaus de Nairo Quintana y se retiró.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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