La fábrica del Alavés, a pleno rendimiento
El equipo de Abelardo se pone segundo tras derrotar (2-1) a un lánguido Villarreal en el descuento
Si quiere un dulce en Vitoria, no vaya a Mendizorroza. Mejor comprarlos en alguna confitería de la histórica calle Dato. En el campo del Alavés que nadie espere bombones. Abelardo ha convertido el estadio en una fábrica de tornillos, que funciona a pleno rendimiento. El campo vitoriano, que lleva décadas en medio de una zona residencial, rodeado de equipamientos deportivos, es en realidad una factoría en la que todos los actuantes se ponen el mono de trabajo.
El técnico alavesista se ha transformado en el capataz y ha puesto a trabajar a sus hombres como en una cadena de montaje. Saben los rivales que si quieren conseguir algo productivo, deberán hacer lo mismo. Y el Villarreal de la segunda parte, se olvidó de ese detalle tan importante, así que la ventaja que consiguió antes del descanso se le esfumó en el parcial definitivo, para gloria alavesista, que se coloca segundo en la Liga, algo impensable cuando comenzó la temporada.
Al Villarreal se le puso todo de cara después de una genialidad de Cazorla, que alargó un balón al pie de Pedraza, para que el centro de este lo empujara Gerard a la red. Pero el equipo castellonense no parece centrado. Comenzó a dejarse ir, a languidecer, mientras que el Alavés seguía con su plan, paciente y ordenado, que desplegó con estrépito en la segunda parte. La primera ocasión la tuvo Rubén Sobrino, nada más reanudarse el juego. Dos minutos después, Calleri remató de cabeza un saque de falta de Ibai para empatar.
Después del parón por la lesión de Ximo Navarro, solo se enfrió el Villarreal, que, pese a todo, tuvo sus opciones, pero era el Alavés el único equipo que jugaba con la convicción de poder ganar. En el minuto 85, Ibai envió la pelota al travesaño, y ya en el descuento, Borja Bastón, que apenas medio minuto antes había salido al campo, cazó la pelota en el área y le dio otra victoria más al Alavés, insuperable en la fábrica de Mendizorroza.
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