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Argentina-Brasil, un clásico para aburrir a América

Miranda resuelve al final en un córner un partido sin más vida que la de Neymar

Ramon Besa
Neymar supera a Battaglia, en el clásico entre Brasil y Argentina.
Neymar supera a Battaglia, en el clásico entre Brasil y Argentina. AFP

Argentina se venció a balón parado, a la salida de un saque de esquina, en la penúltima jugada, después de anudar durante una hora larga a Brasil. Afeitada en ataque, la Albiceleste se esmeró en la defensa de su arco hasta que los zagueros desfallecieron en un córner botado por Neymar y cabeceado por Miranda. No pasó nada más en el clásico 100 de las Américas. Apenas jugaron a fútbol Brasil y Argentina. Tampoco hubo noticias de Dybala y solo a ratos compareció Neymar, que festejó la victoria como si fuera suya, consciente de que el partido se resolvió en el último tramo, cuando se empeñó en derrotar a la Albiceleste.

Argentina, 0; Brasil, 1

Argentina: Romero; Saravia, Otamendi, Pezzella, Tagliafico (Acuña, m. 82); Paredes, Battaglia, Lo Celso (Salvio, m. 73); Dybala (Lautaro Martínez, m. 59), Icardi (Simeone, m. 88) y Ángel Correa (Pereyra, m. 67).

Brasil: Alisson; Danilo (Fabinho, m. 54), Marquinhos, Miranda, Filipe Luis; Casemiro, Arthur, Coutinho; Neymar, Gabriel Jesús (Richarlison, m. 64) y Firmino.

Goles: 1-0. M. 93. Miranda.

Árbitro: Felix Brych (Alemania). Amonestó a Paredes, Correa, Lo Celso, Neymar, Saravia, Miranda y Battaglia.

KIng Abdullah Sports City de Jeddah.

Argentina parece decidida a vertebrar un equipo suficientemente interesante como para provocar el regreso de Messi. El 10 sería el punto y final y no el origen de la Albiceleste. Así que nadie le pide nada de momento a Scaloni. El plan es una especie de casting que incluye a noveles como Saravia, un interesante lateral de Racing, o a un ariete ya contrastado en el Inter y por el contrario inédito hasta cierto punto en la selección como Icardi. La incógnita continúa siendo Dybala, insustancial también cuando no está Messi.

Brasil avanza por el contrario por el lado opuesto de Argentina. Tite intenta organizar a un equipo para que Neymar marque las diferencias, circunstancia que obliga a reparar en sus compañeros de delantera y en la línea de centrocampistas, liderada por el azulgrana Arthur, muy presente ante Argentina. El choque giró siempre alrededor de Neymar, a veces bien reducido por Saravia y en ocasiones, desequilibrante, como en la jugada definitiva del 1-0.

No fluyó el fútbol en Brasil y defendió fuerte Argentina. La Albiceleste ya no concede tantas ocasiones como antes sino que es un equipo más organizado, penalizado solo por las pérdidas de balón de sus puntas, apretados por Brasil. Recostado en las bandas, Dyabala tuvo poca incidencia el juego, a excepción de las acciones de estrategia, excelente en un tiro que rozó el ángulo izquierdo de Alisson. No arriesgaron los equipos en un partido pesaroso, con pocas ocasiones y sin riesgo, con solo dos sobresaltos antes de alcanzar el descanso: un tiro de Miranda que sacó Otamendi y una falta directa de Coutinho.

A Brasil le faltaba regate, emoción en su fútbol, fácilmente rebajado por un rival muy aplicado en el control de los espacios y de tiempo, inofensivo por contra en ataque, todavía necesitado de volantes capaces de cambiar el ritmo y de delanteros desequilibrantes, sin apenas conexiones con Icardi ni Dybala, sustituido a la hora de partido con Lautaro Martínez.

Los cambios avivaron la contienda, y hubo más ritmo, más faltas, más tarjetas, más llegadas y finalmente el gol de Miranda, que emborronó la buena tarea de meritorios como Pezzella, Paredes o Saravia y reconfortó a Neymar. El delantero impuso su determinación en un partido igualado, físico, lento y presidido por las interrupciones y las faltas tácticas, síntoma del equilibrio que presidía el duelo: 37 victorias por barba y 25 empates hasta que la balanza se decantó de momento a favor de Brasil cuando los equipos se apuntaban el 0-0. Y entonces apareció Neymar en un córner, la defensa albiceleste se quedó mirando y marcó de cabeza Miranda.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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