Darder: “Nos infravaloramos por el rendimiento del año pasado”
El mediocentro del Espanyol recuerda su carrera y elogia el trabajo de Rubi, el nuevo entrenador blanquiazul
Cuando ya olía de cerca el primer equipo del Espanyol, a Sergi Darder (Artá, Mallorca; 24 años) le cerraron la puerta de Cornellà. No lo olvidó, tampoco guardó rencor. Se buscó la vida en el Málaga y saltó al Olympique de Lyon antes de volver a su casa la temporada pasada. Un curso que se le atragantó al mediocentro. Ahora quiere revancha, una vez más. De la mano de Rubi, el volante lleva el timón del Espanyol que hoy recibe al Valencia (18.15).
Pregunta. ¿Le gusta hablar de sus tatuajes?
Respuesta. Sí, también le pregunto a la gente por los suyos. Me gusta saber los distintos significados, como los diseñaron. Yo tengo un poco de todo… en un brazo tengo la historia de mi vida. Me tatué a mí de pequeño, con una pelota y una maleta en cada mano, y un estadio enfrente, que simboliza mi sueño.
P. ¿No le guardó rabia al Espanyol?
R. No, para nada. Ya sabía que el 80% de la gente del club creía en mí. Pero cuando el entrenador del primer equipo [Mauricio Pochettino] no te ve capacitado, o cree que hay otro mejor que tú en la misma posición, es el momento de salir, por mucho que te duela. Se me abrió otra puerta, es verdad; pero la puerta de mi casa se me cerró.
P. ¿Este verano, tuvo la oportunidad de volver a irse?
R. No, porque por muchas opciones que haya, cuando un jugador no se quiere ir no se va. No volví para estar un año. Tampoco hay que engañar a nadie, si hubiese venido un equipo que aspirase a ganar la Champions con una buena oferta, tanto el club, que hubiese recibido un buen dinero, como el jugador, están un poco obligados a aceptarla. Pero, no era mi momento para irme.
P. ¿Entiende a Moreno, que optó por pasar al Villarreal?
R. La frustración que pudo haber tenido es la de no haber sido convocado con la selección. No lo hablé con él, pero hizo méritos para estar y no estuvo. En su situación, puedes pensar: ‘¿Qué más tengo que hacer?’. Entonces, es cuando un jugador puede pensar que el club no está bien valorado a nivel de selección. En cualquier caso, al final no puede ir todo el mundo. Diego Costa estaba en buen nivel como Rodrigo. También hicieron méritos otros jugadores y no fueron. Si Portu hubiese hecho la temporada que hizo en el Madrid en lugar de hacerlo en el Girona a lo mejor hubiese ido. Hay que tener en cuenta, también, que es más difícil jugar en el Madrid que en el Girona. Un suplente del Madrid, quizás, es mejor que un titular del Espanyol.
P. ¿Ahora está usted en la prelista de Luis Enrique?
Da un poco de rabia las diferencias de presupuesto que hay en LaLiga
R. A mí nadie me dijo nada, son cosas que aparecen en los medios. Además, si hay algo que produce España son mediocentros. Al final miras a los centrales y está Piqué que se retira, Ramos con 30 años... pero en mi sitio está Rodri que viene apretando, Saúl y Koke que son jóvenes, más Thiago e Isco. Es muy difícil entrar.
P. ¿Tiene alguna explicación de por qué hay tantos mediocentros en España?
R. Sí. En cualquier escuela se trabaja en lo colectivo con el balón. Yo he hablado con jugadores de otros países y me contaron que trabajan diferente. Juegan más en la calle, practican un juego más individual.
P. ¿Por qué no se vio su mejor versión la temporada pasada?
R. No puedo tirar balones fuera y justificarlo en que el equipo no me ayudó o que el sistema era de una manera o que el entrenador de otra. Soy consciente de que no di mi mejor nivel, al margen de que pasaron cosas que no ayudaron. No pudimos encadenar tres o cuatro victorias seguidas ni vernos en la sexta posición que siempre da confianza. Había la sensación de que estábamos más cerca de bajar a Segunda que de entrar en Europa cuando estábamos a los mismos puntos de ambas cosas. No había optimismo.
P. Este año, sí lo hay.
Rubi es muy perfeccionista, ahora hay optimismo en el Espanyol
R. A lo mejor quedamos peor que el año pasado, pero está ese optimismo en el que todos pensamos: ¿por qué no?
P. ¿Eso lo cambió Rubi?
R. Ha calado el mensaje de ilusión que ha traído el cuerpo técnico. Tenemos que permitirnos soñar, conociendo las dificultades de la liga española.
P. ¿Cuáles son?
R. Para un equipo que tiene el duodécimo presupuesto de LaLiga es difícil quedar cuarto. Sería una sorpresa muy grande. Hay equipos con mucho presupuesto y eso te da margen de mejora. Aquí no es como en la liga inglesa, las diferencias de presupuesto son muy grandes. Eso da un poco de rabia. A Rufete, a Perarnau y a todos nos gustaría tener 20 millones más para hacer tres o cuatro incorporaciones. Pero no hay que olvidarse que el Espanyol se reforzó bien hace tres años. Nos hemos infravalorado por el rendimiento que tuvimos el año pasado. Hay una plantilla muy buena.
P. El Valencia es de los equipos que sí tienen esos 20 millones.
R. El año pasado fue contra uno de los equipos que mejor jugamos y perdimos. Eso dice mucho de lo que es el Valencia, por muy bien que estés siempre es difícil ganarle. Pero el año pasado, a pesar de que tuvimos la posesión y el dominio, no teníamos tan automatizados los movimientos de control y vigilancia como ahora.
P. ¿Otra obra de Rubi?
R. Sí, es muy perfeccionista. Después te pueden salir mejor o peor las cosas
P. ¿Puede ser pesado?
R. Una cosa es que te hagan ver vídeos de cinco horas, venir todas las tardes o tengas que concentrarte todas las noches, pero otra diferente es lo que hacen ellos. Simplemente buscan hacerte las cosas más fáciles. Te dan pequeños detalles, virtudes y defectos de los rivales y de sus jugadores. Después en el campo es difícil acordarte de todo, pero si durante la semana has ido perfeccionando todo lo que hay que hacer, luego en el campo sale solo.
P. Sobre todo, cuando no hay tiempo para pensar.
R. Claro, por eso si durante la semana los entrenadores te dan las facilidades, ese medio segundo que necesitas lo tienes ganado.
P. ¿Por qué se tatuó que solo los que son felices pueden repartir felicidad?
R. Cuando llegué al Espanyol la pasé muy mal. Me di cuenta de que puedes ser feliz con tu familia, con tus amigos o con desconocidos, pero todo depende de ti. Si no eres feliz, no puedes hacer feliz a la gente. En el momento en el que estaba triste, toda mi familia la pasaba mal. Como en el fútbol, si no te llega la pelota no se la puedes dar a los delanteros. Eso es así.
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