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La prioridad de Hierro es tapiar el arco de España en Moscú

Alarmado ante la vulnerabilidad en defesa, el seleccionador y los jugadores advierten que los Mundiales son implacables con los equipos que encajan más de un gol por partido

Ramos y Piqué recogen el balón de la portería tras el 0-1 de Marruecos.
Ramos y Piqué recogen el balón de la portería tras el 0-1 de Marruecos.OZAN KOSE (AFP)
Diego Torres

Agujereada la portería de España con cinco goles en seis remates en tres partidos, sonaron las alarmas en el cuartel de Krasnodar. El seleccionador Fernando Hierro observó las estadísticas históricas y dijo: “Éste no es el camino”. Sergio Ramos, el capitán, lo escuchó y lo secundó: “Éste no es el camino”.

El seleccionador y los capitanes de España han comprobado que el camino de los campeones de la Copa del Mundo se refleja en un promedio de goles encajados por partido que casi siempre es inferior a la unidad. De los 15 torneos disputados desde 1958 solo dos equipos conquistaron el título después de recibir más de un gol por jornada en la fase final: Brasil en 1970 y Argentina en 1986.

Con los datos en la mano, Hierro prepara el partido de octavos contra Rusia del próximo domingo, en Moscú, bajo una premisa negativa. No conceder goles. Mantener la portería a cero, o, al menos, no encajar el primer gol, tal y como ha sucedido contra Portugal y Marruecos en la fase de grupos.

Al técnico le inquietan especialmente las jugadas a balón parado, circunstancia que en este torneo supone casi el 50% de los goles anotados. Considera Hierro que el equipo de Rusia destaca en este apartado gracias a la contribución de gigantes de cráneo metalífero como Artem Dzyuba. Si el seleccionador español se plantea la titularidad de Diego Costa en el Luzhniki es, principalmente, debido a los recaudos que quiere tomar para contrarrestar a gente como Dzyuba.

Lo dijo Piqué tras la victoria 0-1 ante Irán, satisfecho de haber tapiado su arco: “Lo más importante para ganar un Mundial es transmitir solidez defensiva. A partir de ahí los de arriba se liberan más y pueden disfrutar de mayor libertad para meter el gol necesario para ir pasando eliminatorias. Eso es lo que sucedió en Sudáfrica. En los Mundiales muchas veces es mucho mejor no encajar y enganchar uno arriba que no hacer fútbol bonito y que a las primeras de cambio te puedas quedar fuera porque tengas un mal día”.

Los dos goles de Marruecos, que pudieron ser cinco, destrozaron la progresión de La Roja en Kaliningrado (2-2). El primero fue producto de una cadena de errores inauditos en la última década, un mal control de Iniesta y un mal cierre de Ramos. En el vestuario indican que España habría hecho muy buenos partidos contra Portugal y Marruecos de no ser por estos fallos puntuales que instalaron al equipo en un estado de ansiedad y degradaron el juego.

Hierro alerta sobre la importancia de no recibir el primer tanto para evitar un desgaste del que muy pocos se recuperan cuando todo se juega en 90 minutos. La necesidad de remontar obliga a un derroche de energía mental y física que pasa factura en el Mundial más que en ninguna otra competición. Otra vez, la estadística es concluyente. Desde 1966 solo seis selecciones de 13 lograron el título después de ponerse por detrás en uno de los partidos de eliminación. Italia remontó contra diez en la final de 2006, contra Francia; Brasil remontó a Inglaterra en los cuartos de 2002; el anfitrión Francia remontó a Croacia en las semifinales de 1998; Alemania, también en casa, remontó a Suecia en cuartos y a Holanda en la final; Brasil remontó a Uruguay en las semifinales de 1970; y en la final de 1966 Inglaterra se impuso al 0-1 de Alemania al abrigo del público de Wembley.

“Han sido despistes puntuales”, dijo Ramos. “Yo tengo que hacer hincapié en esa contundencia y en ese nivel de seguridad. Tenemos que tratar de que la distancia entre los centrales no sea tan grande, corregirlo entre nosotros con Busi para que se meta entre medio. Nuestros dos laterales a nivel ofensivo están siempre muy arriba y lo hemos sufrido en las contras”.

Raras remontadas

España quiere evitar tener que remar contra el viento en Moscú. Para conseguirlo precisa redoblar su atención. Con cinco goles encajados en los tres partidos de la fase de grupos, el equipo registra un promedio de 1,6 tantos en contra por encuentro. Esto es cinco veces más que los goles recibidos en la fase de clasificación de 2016-17 y el Mundial de Sudáfrica de 2010, referencia de éxito del modelo español, cuando la selección sufrió una media de 0,3 goles por partido contra Suiza, Honduras, Chile, Paraguay, Portugal, Alemania y Holanda.

Hasta este miércoles los favoritos a ganar en Rusia exhibían un promedio de remates y goles en contra muy desparejo. En lo que va de año el más impermeable de la lista es Brasil, con una media de siete remates y 0,2 goles recibidos por partido. Le siguen Bélgica (8,3 tiros y 0,5 goles), Francia (7,4 / 0,9), España (7,7 / 1,1) y Alemania (10,5 /1,2).

Es normal que Hierro se afane en calmar los nervios y cerrar la brecha. A la espera de una reacción por parte del portero David de Gea, la defensa española siente que juega sin red.

Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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