Excéntrica concentración de Argentina en Barcelona
La Albiceleste de Jorge Sampaoli sufre una conflictiva preparación antes de Rusia
Acostumbrados al orden y a tener todos los detalles controlados, en la Ciudad Deportiva del Barcelona padecieron con el caos de la selección argentina. “Nos decían que iban a entrenar alrededor de las 10. Nunca sabíamos si teníamos que tener todo preparado a las 9.45 o las 10.15”, cuentan en la Joan Gamper. El desconcierto comenzaba con el horario de llegada, para continuar con la organización en los tiempos de trabajo. La Albiceleste nunca comparecía toda junta a trabajar en el campo 7. Primero, podía llegar un jugador solo y empezaba a practicar tiros al larguero, al poco tiempo aparecía un grupo de 10 futbolistas, que arrancaban la entrada en calor; y, si era una mañana con suerte, Agüero sabía lo que tenía que hacer. “¿Adónde tengo que ir?”, solía preguntar el delantero del City. “Nunca sabías por dónde te podía aparecer un jugador. Algunos estaban en el campo, otro grupo en el gimnasio y otros dando vueltas…”, añaden en el Barça.
[SELECCIÓN MAYOR] La Delegación @Argentina partió rumbo a #Rusia. ¡Comienza el sueño! #SomosArgentina pic.twitter.com/6b5N4n3Qzt
— Selección Argentina 🇦🇷 (@Argentina) June 9, 2018
Sampaoli tampoco tenía un plan de trabajo inquebrantable. “Todo lo que tenés súper organizado puede variar de acuerdo con cómo se levantan los jugadores”, explican desde el cuerpo técnico. Uno de los primeros volantazos del técnico fue cambiar la rutina. Aconsejado por Paco Seirul·lo, responsable de metodología del Barcelona, el preparador eliminó las dos sesiones diarias. El extécnico del Sevilla optó, también, por liberar a sus muchachos el lunes. No fue una decisión fácil. Desde Argentina cuestionaron al técnico, sobre todo después de que Ansaldi colgará en Instagram una foto en un jacuzzi junto a su mujer. “Es un chico joven y estaba en su día libre”, lo defendieron desde el Hotel Sofía, donde concentraba la Albiceleste.
La tensión, en cualquier caso, aumentó cuando la AFA canceló el viaje a Jerusalén para jugar un amistoso ante Israel, que estaba programado para ayer, a una semana del estreno ante Islandia. Los directivos escucharon a los pesos pesados del grupo, nunca convencidos con la gira, hartos tras escuchar las quejas de los manifestantes que protestaron en la Ciudad Deportiva. “¡Messi no vayas!”, “¡No laven la imagen de Israel!”, gritaron un grupo de 30 personas, simpatizantes de la causa palestina. No fue el único compromiso que anularon. El martes, el jefe de prensa del Vaticano, tuiteó: “El Papa recibirá a la selección en Casa Santa Marta”. Dos horas después, volvió a publicar: “Ha sido desconvocada la audiencia. Les esperamos con alegría cuando vuelvan con la Copa”.
Sin embargo, el peor día en Barcelona fue cuando se lesionó Lanzini. El volante del West Ham, que se perfilaba como titular frente a Islandia, se rompió los cruzados de la rodilla derecha. “Nos turnamos para no dejarlo solo a Manu”, comentaban en la concentración. Sampaoli convocó a Enzo Pérez, presente en Brasil 2014, para sustituir a Lanzini. Fue el último escollo en la agitada concentración de Argentina en Barcelona.
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