Cristiano y la eterna luna de miel con la Champions
El portugués, con 15 goles en esta edición, siempre encuentra sosiego en Europa. “Nunca le puede la presión”, dice Zidane
Si los aeropuertos midieran el pulso de las ciudades, el de Kiev habría reventado este jueves. Y eso que faltan todavía dos días para la final de la Champions. Hinchas del Liverpool —cantando como si no hubiese mañana— se mezclaban con los del Madrid —algunos de ellos se habían levantado a las cinco de la mañana para aterrizar doce horas después— y a su vez con periodistas y algún turista. Las colas en el control de pasaporte eran infinitas. Las que había para solicitar un taxi, casi iguales. Con amabilidad las empleadas insertaban el destino de cada uno en un ordenador, calculaban el precio, imprimían un papelito y te invitaban a esperar. Las esperas se hicieron eternas. Ante las preguntas de cuánto más había que esperar, ponían cara de desbordadas. Cogían dos teléfonos a la vez y lo único que decían era: “Too much problems”. Un eufemismo como otro cualquiera para decir que aquello era un follón.
El Madrid, que aterrizó sobre las 21.00, enfiló rápidamente el autocar camino de su hotel, en el centro de la ciudad, a casi 40 kilómetros del aeropuerto. Se entrenó el equipo blanco en Valdebebas antes de poner rumbo a Kiev. Tienen ganas ya de jugar el partido los muchachos de Zidane. Cristiano el que más. El portugués, con 15 tantos en esta Champions, se quedó sin marcar en las semifinales contra el Bayern y unos días después se lesionó el tobillo en el clásico. Recuperado ya del esguince, llega a Kiev al 150% según dijo Zidane, al que le preguntaron si se duerme más tranquillo teniendo a CR. “Yo siempre duermo tranquilo, pero es mejor tenerle porque es el mejor”, contestó.
Según sus compañeros, lo es también. Por goles, hambre y competitividad. Lleva 15 goles en lo que va de Champions: 44 en los 43 partidos que ha disputado esta temporada. La temporada, por cierto, que peor empezó desde que llegó al Madrid en 2009. Primero fueron sus líos con Hacienda —la fiscalía le acusa de haber defraudado 14,7 millones— luego la portada de A Bola en junio en la que se aseguraba que el portugués quería marcharse de España porque se sentía maltratado. Expulsado en la Supercopa contra el Barça por empujar al árbitro, se perdió los primeros cuatro partidos de Liga. No encontró sosiego en el gol hasta mediados de enero. Hasta entonces había marcado cuatro en 14 partidos.
120 goles en Europa
En la Champions, sin embargo, seguía su luna de miel. Lleva de viaje de novios con la competición europea desde hace años. Es el máximo goleador con 120 tantos. Sólo en la temporada 2015-16, la de la final de San Siro, marcó más que esta (16 por 15, con la final todavía por disputar). Su chilena en el Juventus Stadium, además, dio la vuelta al mundo. Era el gol que llevaba buscando una vida. Pero nunca hay broche final para el portugués, que siempre quiere más. “Sería la hostia si ganara la quinta”, dijo el martes en el Open Media Day. La primera, en 2008, fue con el Manchester.
Reconoció también que con la Champions tiene un feelingespecial. Pero que no le dispara las pulsaciones, como demostró en la vuelta de los cuartos contra la Juve cuando marcó el penalti decisivo en los últimos segundos de partido y cinco minutos después de que lo señalara el árbitro. “Cuando las cosas no van bien Cristiano no necesita palabras especiales. Él sabe que un jugador puede tener momentos complicados, pero para él es al revés que con los demás, nunca se pone nervioso, ni siquiera cuando le critican. Por eso es el mejor. Hay jugadores a los que la presión les puede costar y otros que no… y él es uno de ellos”, dice Zidane. El único que le convenció para tomarse un respiro de vez en cuando.
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