_
_
_
_
_

Luka Modric: “Siempre creo que tengo algo que demostrar”

El centrocampista del Real Madrid dice que es muy tímido pero que se transforma en el campo, que nunca está satisfecho y que lo que vivió de niño en Croacia le obliga a no aflojar

Eleonora Giovio
Luka Modric sonríe durante la sesión de fotos después de la entrevista.
Luka Modric sonríe durante la sesión de fotos después de la entrevista. Inma Flores (EL PAIS)

Son casi las dos y media de la tarde cuando Luka Modric (Zadar, Croacia, 32 años) aparece por una de las salas de la residencia de Valdebebas. Lleva pantalón corto y camiseta azul. Estrecha la mano y pregunta dónde es mejor que se siente. El entrenamiento ha terminado hace un buen rato. Es tímido, dice. Pero buen conversador. De esos con los que se pueden echar unas risas y con los que no incomodan los silencios cuando se piensa algunas respuestas. Es divertido verle pensar. Dice que le cuesta mucho hablar de sí mismo. Desde que llegó a Madrid en 2012 apenas ha hecho un par de entrevistas con medios españoles. Atiende a EL PAÍS cuatro días antes de la final de Kiev. Asegura que la persona que más le ha enseñado en el fútbol es su padre, con el que pasaba horas jugando cuando era pequeño y que a sus 32 años espera tener algunos más de fútbol. Llama la atención su modestia.

Pregunta. Miodrag Paunovic, su primer técnico en la escuela de fútbol de Zadar, decía que era un niño tímido, tranquilo y que no se hacía notar. ¿Hoy cómo es Luka Modric?

Respuesta. Me cuesta mucho hablar de mí mismo… Sigo siendo tranquilo y muy tímido. El único sitio en el que no tengo timidez es en el campo, ahí soy diferente.

P. ¿Por qué?

R. Ahí me transformo porque el fútbol es algo que me apasiona y del que disfruto cada día, en cada entrenamiento y cada partido. No me gusta perder. Cuando pierdo y las cosas no salen bien, aquí me dicen que soy un vinagre.

P. ¿Quiénes?

R. Mis compañeros.

P. ¿Cómo se consigue la madurez futbolística?

R. Con el tiempo, con los entrenamientos, los partidos y sobre todo con la exigencia que existe en este club.

P. ¿Se auto exige mucho?

R. Sí, nunca estoy satisfecho. Siempre quiero más. No es fácil, pero cuando hago algo quiero hacerlo de la mejor manera posible, no me gusta quedarme a medio camino. En cada partido siempre te enfrentas a situaciones nuevas y eso también ayuda a madurar y a aprender.

No me gusta perder. Cuando pierdo y las cosas no salen bien, aquí me dicen que soy un vinagre

P. Desde fuera da la sensación de que mejora cada año y que su progresión nunca ha parado. ¿De dónde le viene ese hambre?

R. Es parte de mi personalidad, forma de ser y profesionalidad. Yo siempre creo que tengo algo que demostrar.

P. ¿Por qué?

R. Porque nunca estoy satisfecho. En el Madrid lo he conseguido todo, pero siempre quiero más y en cada partido y en cada entrenamiento no me relajo porque no me vale con lo que he hecho. Siempre quiero demostrar que puedo hacer algo más. En el fútbol si te relajas un poco es difícil volver a este nivel. Por eso, hasta que dure voy a ser así. Siempre he sido honesto conmigo mismo y seré el primero en darme cuenta el día que vea que no me sienta capacitado para estar al nivel que requiere este equipo. También creo que todas las cosas que me pasaron de niño en Croacia [con la guerra de los Balcanes donde perdió a su abuelo y se convirtió, como otros muchos, en refugiado] me obligan a no aflojar.

P. ¿En qué ha mejorado en el Madrid?

R. En muchas cosas, pero me cuesta hablar de mí mismo y decir soy mejor en esto o en lo otro… Tengo más experiencia. Aquí, además, mejoras sólo con trabajar con estos jugadores que son los mejores del mundo.

P. Para mí ha mejorado a la hora de meter el cuerpo para defender el balón.

R. Es cierto. Cuando empecé a jugar quería evitar poner el cuerpo en los duelos.

P. ¿Por miedo?

R. No, quizás por mi estilo de juego. El caso es que he mejorado físicamente porque en los últimos cinco años trabajo mucho fuera de Valdebebas con un entrenador personal antes y después de los entrenamientos. Me cuido bastante y quiero mejorar mis defectos.

P. ¿Tiene defectos?

R. Los hay, los hay, siempre se intenta esconder las cosas que no haces bien…

Juro que sólo tengo dos ojos en el campo. Me sale natural, lo que me ha dado Dios lo trabajo para mejorar, mejorar y mejorar

P. ¿Cuántos ojos tiene en el campo?

R. Dos [y suelta una carcajada].

P. No mienta, parecen más.

R. Es algo que me sale natural, es mi instinto en el campo, es algo que no se puede aprender lo de ver las cosas antes de que puedan pasar y saber dónde está el compañero.

P. ¿Es usted el motor de este equipo?

R. Es bonito escucharlo cuando me lo dicen. Me siento importante en el Madrid y siempre estoy a disposición para ayudar en cualquier cosa. Me gusta darlo todo para ayudar al equipo a jugar, competir y ganar.

P. El día de su presentación en 2012 muchos le preguntamos si se veía capaz de conseguir un hueco en el once. ¿Por qué cree que generó tantas dudas a su llegada?

R. Igual es porque no me conocían tanto desde Inglaterra, el Tottenham en el que jugaba no era como el de hoy y seguro que todos miraban más los partidos del Manchester, Arsenal y Chelsea. Yo nunca tuve una sola duda de que triunfaría aquí y por eso hice todo lo posible para venir al Madrid. No fue fácil, lo hice porque sabía que era una oportunidad para demostrar mi calidad. Necesitaba dar un paso más y subir un escalón para mejorar y no quedarme estancado. Los primeros seis meses fueron muy duros conmigo [la prensa], pero yo nunca dudé.

P. ¿Tenía la sensación de que aquí no se le iba a consentir un periodo de aprendizaje?

R. Es que aquí la exigencia es increíble. Cuando llegas, todos quieren que estés enseguida a tope y a mí me costó mucho. Por eso creo que he mejorado mucho físicamente y en la velocidad y por eso estoy como estoy hoy. Pero no pasa nada, lo que se decía de mí en los medios no me afectó, tenía la mente puesta en lo que quería hacer y sabía que tarde o temprano todo iba a salir bien y gracias a Dios todo salió muy bien.

Aquí he mejorado físicamente y en la velocidad. Trabajo con un entrenador personal antes y después de los entrenamientos

P. Dicen que aprende y asimila todo muy rápido. ¿Cómo traslada eso igual de rápido de la cabeza a los pies?

R. Esto también es algo natural. Es algo que me dio Dios y por el que estoy agradecido. Y lo que tengo lo trabajo siempre para mejorar, mejorar y mejorar. Es algo que se tiene o no se tiene.

P. ¿Hay algo que no tenga?

R. Ayyyyyy. Sí, me gustaría marcar más goles aunque no estoy obsesionado con ello porque hay cosas más importantes para mí. Pero sí me gustaría mejorarlo… ¡si no es muy tarde ya porque voy a cumplir 33 años! [y suelta otra carcajada].

P. ¿Cómo es jugar al lado de Toni Kroos?

R. Es algo especial, desde el primer día que llegó tuvimos conexión. Tenemos tareas distintas, pero nos complementamos bien. Para mí es uno de los mejores del mundo, disfruto cada partido a su lado. Su personalidad es parecida a la mía por eso creo que tenemos este buen feeling.

P. Cuando todos invocan el carácter y la garra, como por ejemplo el año pasado antes de la semifinal contra el Atlético, usted siempre apela al fútbol y al balón. ¿Por qué?

R. La garra y el carácter también son importantes y nosotros las tenemos, pero luego sin calidad y sin balón… A mí como jugador me gusta tener el balón. Por eso siempre digo que es importante hacer las cosas bien con la pelota. El fútbol es lo que me gusta hacer.

P. ¿Qué le da el balón?

R. Alegría. Cuando tengo el balón estoy contento.

A Kroos le robaría la frialdad en el pase; nunca se pone nervioso. A Casemiro, la fuerza

P. ¿A quién admiraba de pequeño?

R. Boban, el primer capitán de Croacia y Francesco Totti. Boban porque llevaba el brazalete cuando Croacia hizo cosas increíbles en una época delicada para el país, cuando se independizó. Me gustaba su forma de ser y su fútbol.

P. ¿Qué le robaría a Kroos y Casemiro?

R. A Kroos su tranquilidad y frialdad en el pase. Es increíble, pase lo que pase nunca se pone nervioso. Yo también estoy tranquilo, pero él mucho más. A Casemiro le robaría la fuerza.

P. ¿La persona qué más le ha enseñado en el fútbol?

R. Mi padre. Me llevaba al campo todos los días, me lo enseñó todo, siempre quería pasar tiempo conmigo jugando. Me exigía que hiciera esto y lo otro y me decía lo que podía hacer en cada competición. También Tomislav Basic que se murió hace unos años. Fue el que siempre confió en mí, es uno de los pocos que sabía que yo llegaría a jugar a este nivel. No sólo me lo decía a mí, sino a todos, a todos les decía que yo era el mejor y que hacía maravillas. Me entrenó cuando estaba en Zadar, entre los 10 y los 13 años. Le echo mucho de menos, me gustaría que estuviera viviendo todo esto conmigo.

P. ¿Con qué soñaba de niño?

R. Con lo que me está pasando ahora mismo. Soñaba con llegar lejos. Para mí sólo existía el fútbol. Veo tenis y baloncesto, pero nunca quise hacer otra cosa que no fuera jugar al fútbol. Cuando Croacia fue tercera en el Mundial de Francia [él tenía 13 años] soñaba con llegar allí y hoy soy su capitán. Se ha cumplido también el sueño de jugar en un equipo grande, por eso disfruto cada día. Nunca estoy satisfecho con nada, como le he dicho antes, me pongo delante la exigencia hasta lo que dure.

P. ¿Pero lo vive como un agobio?

R. De ninguna manera, lo estoy disfrutando. Claro que no es fácil hacerlo bien todos los días porque no sale siempre, es imposible. Pero intento ser así y vivir así.

P. ¿Hay algo que le preocupe antes de un partido importante?

R. Nada me preocupa. Me preparo siempre de la misma manera.

P. ¿Es supersticioso?

R. La única superstición que tengo es que siempre me pongo primero la bota izquierda y me quito esto [enseña una pequeña cruz que lleva en el cuello] antes del calentamiento. Es un regalo de mis padres para mi 18 cumpleaños.

P. ¿Qué tipo de padre es usted?

R. Creo que soy buen padre. Me gusta pasear y jugar al fútbol con mis hijos.

P. ¿Qué hace en Madrid fuera del campo?

R. Me gusta ir a restaurantes, disfrutar del buen tiempo de esta ciudad, rodearme de amigos y de mi familia. Ir a ver partidos de baloncesto. Nada más, nada espectacular, ver películas en casa… muy aburrido parece esto.

Siempre me pongo primero la bota izquierda y me quito esta cruz que me regalaron mis padres  antes del calentamiento. 

P. ¿Cómo y dónde se ve dentro de diez años?

R. Uf, no lo sé, todavía no estoy pensando en ello.

P. Muchos futbolistas lo decís, que lo vuestro es el día a día.

R. Y de verdad que es así, pienso en el día a día, en lo que me queda de fútbol y en disfrutarlo. Me gustaría seguir vinculado a este mundo cuando lo deje sí, pero a ver de qué manera, de momento no tengo estas inquietudes. A ver cuánto me queda de fútbol, espero que un par de años más…

P. ¿Ve a un nuevo Modric?

R. Creo que cada jugador es especial en su manera de expresarse, jugar y forma de ser. Es como si me preguntaran si habrá otro Iniesta, va a ser muy difícil. Siempre habrá buenos futbolistas, pero salir igual a uno u otro es difícil.

P. ¿Quién le gusta hoy día?

R. Isco, Iniesta, Kovacic y Kroos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_