Bruno Hortelano: “Para correr rápido hay que ser feliz, y yo pienso ser feliz”
“La vida ha vuelto a abrirle la puerta a mis sueños”, lee en alto Bruno Hortelano, de 27 años, la víspera de su regreso a las pistas más de 20 meses después de su accidente
“Será una celebración, la puesta en escena. La vida ha vuelto a abrirle la puerta a mis sueños”, lee en alto Bruno Hortelano, de 27 años, la víspera de su regreso a las pistas. Viste una camiseta negra con una palabra en blanco, Berlín, una ciudad en la que nunca ha estado. Han pasado 21 meses desde los Juegos de Río de Janeiro, la última vez que el español más rápido que nunca ha habido (10,06s en los 100m; 20,12s en los 200m, campeón de Europa de 200m en 2016) calzó clavos y se prendió un dorsal. Pocos días después de aquella tarde del agosto brasileño de 2016. la de su semifinal olímpica, se destrozó la mano en un accidente de circulación. Hoy (sábado 19), correrá, solo por el placer de sentirse atleta, de disfrutar, un 400m en Tenerife.
Pregunta. Usted se puso de moda, se accidentó y dejó de ser noticia. ¿Le ha influido eso en el camino de su recuperación?
Respuesta. En ningún momento me he sentido dejado de lado. Mi equipo siempre ha estado junto a mí y ha sido fundamental para mi regreso, para que yo me pudiese sentir bien... Mis seguidores también han estado ahí, enviándome mensajes constantemente los últimos 20 meses, casi todos los días, de ánimos y apoyo. Y eso me ha ayudado mucho para elevarme, para crecerme. Sí, ha pasado mucho tiempo, y si de verdad ha pasado 'de moda', lo veo normal, completamente normal.
P. ¿Ha sido más tiempo del que pensó en el momento del accidente?
R. Ha pasado mucho tiempo. Ha sido un momento difícil. El accidente fue grave y entiendo que haya habido mucha gente que ha pensado que quizás yo no volvía a correr. Eso lo veo normal. Pero, a la vez [y sonríe, sonríe, espléndido], he vuelto a entrenar, me he superado entrenando, y he logrado superar ese momento tan difícil. Ese accidente tan grave ha sido superado y vuelvo a ser el Bruno de antes, incluso mejor.
P. El mundo se movía sin parar y usted estaba parado en su mejor edad. ¿Miedo? ¿Dudas? ¿Rabia? ¿Impaciencia?
R. La paciencia ha sido lo que más he trabajado en todo este tiempo, que ha sido un camino especialmente largo. Si no hubiese tenido esa paciencia, quizás me habría frustrado antes, quizás hubiese dejado el camino y me hubiese dedicado a otra cosa. Pero yo tenía en la mente una imagen grabada, la imagen de Tokio 2020, y sigue siendo, y, en el camino, el Campeonato de Europa de Berlín 2018, el próximo agosto... Son esas imágenes. Incluso, Mundial de Londres 2017, que no llegué pero sí que lo tenía como objetivo. Y ese objetivo me ayudó a salir del hospital, a volver a ponerme de pie, a volver a entrenar, a volver a hacer los ejercicios que hacía antes, a sentirme atleta como me sentía antes. Yo no hago esto para que hablen de mí, por la fama, por algo que no sea la ilusión de competir y de hacer cumplir mi sueño de infancia. Y, así, el proceso, también me ha llenado de ilusión. Y, he vuelto a encontrar esa ilusión que después del accidente sí cayó en duda.
P. Usted siempre se ha declarado optimista. ¿Con esa actitud, no es más duro el palo de la realidad?
R. He sido optimista desde el principio, pero el camino ha sido dos pasos positivos y luego uno para atrás. No ha sido un trabajo de incrementar la recuperación y de mejora constante, no. Recuperaba bastante bien, y luego volvía a caer, y me levantaba y volvía a caer... Me ha pasado muchas veces estos últimos 20 meses. Después del accidente, asumí una fuerza, que me salió de dentro. Nunca sabes cómo vas a responder en un momento traumático. Para defender a mi familia quise mantener un optimismo y una fuerza mental que a lo largo de los meses se fue agotando, y yo entré en una depresión, he sentido depresión. Aun así, estando en un momento muy bajo de mi vida, lo único que tenía en la mente era un punto de enfoque, mi norte, mi orientación, que eran mis metas. Ese optimismo no quiere decir que estés contento siempre, pero el ser optimista, cuando entraba en dudas, me hacía recordar por qué estoy aquí y a seguir trabajando para eso.
P. ¿Durante su depresión, pensó que nunca volvería? ¿Perdió el deseo de luchar?
R. No es tanto pensar que no vuelvo, es una depresión más humana, no de deportista, sino de mi vida personal. Vi que mi vida había cambiado, y cuando hay cambios en la vida, muchos cambios todos a la vez, cuesta asimilarlo. He tenido que volver a crear lo que era mi identidad para volver a sentirme que soy yo, y confiar en que lo que hago es lo correcto. Y gracias a mi equipo, mi familia, mis amigos cercanos, mi representante, mi entrenador, la gente que estaba ahí y me ha ayudado y vuelto a orientarme a mis objetivos.
P. ¿La gente va a estar muy pendiente más que de sus problemas de la marca que haga?
R. La gran mayoría de la gente no me ve entrenando y no sabe las sensaciones que tengo, cómo me veo entrenado, solo puede ver las marcas, mi punto de referencia. Y por supuesto que me van a comparar con mis marcas de 2016, me van a comparar. Ahora, yo, personalmente, no quiero comparar y voy a intentar no comparar, lo que será difícil para mí. pero sé que a largo plazo sí que voy a superar. Ahora bien, hay que empezar en algún sitio, venimos de un tramo muy difícil, de haber tenido graves lesiones en el cuerpo y será la primera vez que competimos. Siendo la primera vez, no sé ahora mismo como va a responder el cuerpo. Tengo una muy buena idea de que va a responder bien y de que voy a estar en buena marca. Pero mi objetivo no es la marca, sino buscar unas sensaciones positivas, ejecutar cómo tengo planeado y disfrutar. Sé que para correr rápido hay que ser feliz, y yo pienso ser feliz.
P. Y volver a tener la musculatura de velocista…
R. La tengo, la tengo… Incluso he subido más de masa muscular durante esta pretemporada, y ahora estoy afinando. Hace bastantes años que no hago un 400m [en 2015, su mejor marca, 46,22s], pero cuando haga el 200m de Hengelo, el 3 de junio, no se podrá comparar con las marcas de Río, aunque se va a hacer igualmente. Río fue a finales de agosto, en el mejor estado de forma. Si queréis comparar, va a tener que ser en el Campeonato de Europa, porque ahí es donde voy a estar fino... Lo de Hengelo se podrá comparar con el Iberoamericano en el que hice la mínima olímpica, 20,48s. Pero, igualmente, esta temporada tengo ya un plan hecho y confío mucho en ese plan. Quiero que la gente vaya siguiendo mis marcas, y que comparen, pero yo no voy a dejar que eso cambie mi plan. Y a largo plazo pienso superarme.
P. El último año ha surgido el fenómeno Husillos. ¿Usted contra él será el gran duelo que desea la afición española?
R. Después de un tramo tan difícil, la vuelta no va a ser para compararme con los demás, ni con Óscar ni con los otros deportistas europeos o mundiales. Esto es un camino que he asumido para yo poder superarme a mí mismo, para buscar mis límites. Al final, ese es mi gran objetivo.
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