Atlético y Betis empatan en un partido con más brío que juego
Las tablas acercan más la Liga al Barcelona, pero mantiene al equipo de Setién en los puestos europeos
Mismos sistemas, empate a todo. A ocasiones, a intensidad y a juego embarullado por momentos. Vestido el Betis con esa defensa de cinco con la que Setién ha disparado al equipo hasta la quinta plaza, con Bartra al mando como un líbero a la antigua usanza, Simeone también contrapuso un once con tres centrales. Savic, Lucas, Giménez, y dos carrileros, Juanfran y Saúl. Una alineación que apuntó más a la Liga Europa que a una defensa a ultranza de la segunda plaza. La presencia en el banquillo de Griezmann, Koke y Godín reafirmó que un título es un título. El subcampeonato liguero no es más para el Atlético que un argumento para vender un discurso de mejora en la tabla con respecto a las últimas temporadas.
A falta de precisión, el partido viró rápido hacia un duelo de mucho ritmo. Con los dos equipos en su ley buscando lastimarse con más intención que efectividad. El Betis más tocón, el Atlético más directo. Uno y otro enseñaron más defectos que virtudes. Para Simeone debió ser preocupante ver cómo cada saque de esquina a favor se convertía en una contra sencilla del Betis. Lo mismo se plantaba en las inmediaciones del área de Oblak con un saque con la mano de su portero a Boudebuz, que con un pase largo para una carrera de Fabián. Enfrascado el juego en ese alto voltaje, Torres estuvo a punto de revivir su gol en la Eurocopa de 2008 tras un control orientado y una picadita por encima de Dani Giménez que sacó sobre la línea Mandi. La respuesta del Betis fue una incursión de Javi García que abrió por el medio el sistema defensivo del Atlético al borde del descanso. Su disparo raspó el palo de Oblak.
El segundo acto no deparó nada nuevo. Ni la entrada de Griezmann y Koke en el Atlético, ni la de Joaquín y Campbell en el Betis. Predominó el fútbol corajudo de arrebatos. Ahí, Saúl es insuperable. Sobre todo cuando recuperó su posición en el centro del campo tras la entrada de Vrsaljko. Un cañonazo suyo, nacido de una de esas arrancadas pletóricas de fuerza y decisión, retumbó en el larguero de Pedro, sustituto en el primer tiempo de Dani Giménez. Tello también astilló el poste de Oblak con un disparo raso. Ya hubo poco más. Sólo intensidad.
El empate acerca más la Liga al Barça, pero al Betis le mantiene firme en la quinta plaza que da acceso a la próxima Liga Europa.
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