El Manchester City de Guardiola, ante el reto de una remontada sin precedentes

“Necesitamos hacer el partido perfecto”, dijo ayer Guardiola cuando le preguntaron por las probabilidades de que su Manchester City remonte esta noche en su campo el 3-0 que le metió el Liverpool en la ida de los cuartos de final de la Champions. Tan perfecto que en más de 60 años de Copa de Europa ningún equipo inglés ha remontado más de dos goles en una eliminatoria a doble vuelta.

Guardiola advierte de que la perfección deriva de una mezcla de concentración mental absoluta, estado físico perfecto, y acierto en las dos áreas. “Tenemos que ser clínicos”, dijo, “tenemos que meter el primero, luego el segundo, y luego el tercero... y si concedemos uno, no bajar los brazos”. Si el City encaja un gol necesitaría cinco para pasar a semifinales. Meter muchos goles es la clave. Cuestión que destaca en el inminente campeón de la Liga inglesa, equipo cuyo carácter goleador deriva de las complejas asociaciones más que del olfato de sus ejecutantes particulares.

La gloria del City se reveló en sus peores días. Goleado en Anfield (3-0) en la Champions, y vuelto a golear en el Etihad el pasado sábado en el derby de la Premier (2-3), quedó patente que sufre dos problemas, uno circunstancial y otro estructural: da síntomas de agotamiento y le faltan rematadores oportunistas. Abundan los segundas puntas, los extremos y los medias puntas: Silva, Jesús, Bernardo, De Bruyne, Sterling o Sané nunca se distinguieron por grandes registros goleadores. Solo Agüero tiene madera de nueve puro, y sin embargo, con ellos el City ha metido 90 goles —solo 20 de Agüero— esta temporada en la Liga y va camino de batir el récord de 103 del Chelsea de Ancelotti.

Nunca un campeón inglés metió más goles con menos pegada. Nunca un equipo de la Premier dependió tanto de la organización para construir ocasiones, mérito de Guardiola y, al mismo tiempo, motivo de sospechas. Este lunes los periodistas le preguntaron que por qué había decidido jugar sin nueve contra el United, ante la evidente falta de puntería de Sterling, ubicado como falso nueve. “En el descanso íbamos 2-0”, recordó el técnico. “¿Me equivoqué?”.

Los críticos reclaman un punta. Pero los grandes goleadores, hasta ahora, han tenido un mercado que les atrae más que el City. Ni Mbappé ni Alexis Sánchez aceptaron sus ofertas. Ante la dificultad de seducir un definidor contrastado, el técnico ha prefe</CF>rido contratar otro tipo de futbolista. La delicada situación que afronta en la Champions expone las debilidades del proyecto ante un rival cada vez mejor armado.

El fichaje del central holandés Virgil van Dijk por 80 millones de euros por el Liverpool, el pasado enero, ha consolidado una defensa que carecía de un marcador de jerarquía. En el partido de ida los reds no recibieron ni un tiro entre los tres palos. El antecedente corroe la confianza del City.