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Champions League - cuartos - jornada 1Así fue
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La mística de Anfield aturde al Manchester City

El equipo de Guardiola se dejó intimidar por el empuje del Liverpool y, sin Agüero, pagó la ausencia de un punta goleador

Diego Torres
Salah celebra el primero del Liverpool besando el césped de Anfield.
Salah celebra el primero del Liverpool besando el césped de Anfield.Andrew Powell (Getty Images)

El Liverpool ganó la batalla por disuasión. Intimidó tanto al City en la primera oleada que inspiró en su rival una especie de resignación a la derrota. El líder de la Premier se dejó acobardar ante la impresión causada por el vigoroso equipo de Anfield. Una mezcla de ambiente eléctrico, un poco de tradición, llámese mística, una presión perfectamente organizada, y el martillo de una delantera en alza, empujaron a los jugadores visitantes a pensar que la derrota sería inevitable. Faltaban 70 minutos de partido y la impresión que proyectó el City fue la de un equipo entregado. Un batallón rendido después de oír un par de tiros.

Hubo algo coreográfico en la primera media hora del partido. El City salió a controlar el balón y durante tres minutos pareció que solo había un equipo en el campo. El Liverpool esperó atrás. Sin dejarse rematar. Permitió que De Bruyne, Gundogan y Silva manejaran la pelota haciéndola girar de banda a banda a 30 metros del arco. Walker y Sané, en los extremos, intentaron penetrar, no lo consiguieron, y todos volvieron a empezar. Por momentos, los jugadores de Guardiola debieron creer que dominaban la situación. Se desplegaron en campo contrario y cambiaron de posición para intentar crear espacios. En ese ejercicio de dinamismo está su fuerza y el peligro que los asecha. Cuando en el minuto 12 Mané robó ese balón cerca de su área, interceptando un pase horizontal de Sané, el City estaba vendido.

Mané metió el pase paralelo a la banda derecha del Liverpool y por allí corrió libre Salah. La pradera había sido desocupada por Laporte, implicado en una jugada de ataque que lo había llevado hasta el área local. Walker intentó enmendar el desajuste, Salah pasó para Firmino, el brasileño remató, Ederson desvió, y el rechace fue para Salah, que definió ante el desparramo de Otamendi, Kompany y Fernandinho.

El desplome que precedió al 1-0 se prolongó en el orden físico y en el mental. El City dio un paso atrás sin ser un equipo fiable cuando se aposenta alrededor de su portero. Kompany, el líder de su defensa, volvió a comportarse como tantas veces. Arrugándose.

Los equipos adiestrados para defender en campo contrario pueden permitirse muchas locuras pero no pueden sobrevivir a centrales vacilantes. Kompany estaba metido en la cueva cuando Chamberlain clavó el 2-0 desde fuera del área. Otra vez, tras una jugada iniciada por Mané y combatida por Firmino. El desconcierto se apoderó del City. A los diez minutos Otamendi procuró salir jugando, trasladó la pelota en un arrebato, la perdió en el dique del mediocampo, y su defensa quedó expuesta. Al Liverpool le cayó el 3-0, de cabeza, de Mané en el segundo palo. Fue otro gol evitable. Fue un problema sin solución.

El Liverpool compuso una sinfonía de movimientos sincronizados sin balón. Pocos equipos dominan mejor el arte de ocupar los espacios. Pocos parecen tan felices cuando presionan. Repentinamente, en grupo, los jugadores saltaban de sus zonas de seguridad hasta saturar los lugares por donde querían maniobrar sus rivales, provocando una sucesión de errores y desajustes con inmediato efecto intimidatorio. Van Dijk hizo mucho por amortizar el precio de su fichaje; Lovren no falló nunca; los laterales no se agotaron; los volantes jamás perdieron su sitio. Al City le hizo falta un delantero capaz de recibir entre líneas y girarse con el balón controlado.

Lesionado Agüero, a Gabriel Jesús se le vieron las costuras, Silva no encontró el desmarque ni la línea de pase, y Sané percutió solo hasta los agónicos minutos finales. Por más que insistió en la segunda parte, al City le faltó ingenio y pegada. Resistente hasta el último aliento, el Liverpool perdió a Salah por lesión pero se abrigó en su disciplina táctica. Con eso, con un entusiasmo febril, y con el aplomo de sus delanteros, conquistó medio pase a las semifinales.

Octava victoria de Klopp sobre Guardiola en 13 encuentros

Jürgen Klopp, el técnico del Liverpool, acentuó su condición de experto en neutralizar a los equipos de Guardiola. Este miércoles en Anfield el técnico alemán abundó en la tendencia que marcó cuando ambos se midieron en la Bundesliga y en la Copa de Alemania. Klopp se hizo con su octava victoria en 13 partidos contra equipos que dirige el español. El Liverpool de Klopp hizo en la Champions lo que había efectuado en las dos visitas del City en la Premier: 1-0 en 2016 y 4-3 en 2017. Ayer la brecha se amplió con un 3-0.

  • 27-julio-2013. Borussia Dortmund-Bayern 4-2 (Supercopa alemana)
  • 23-noviembre-2013. Borussia Dortmund-Bayern 0-3 (Bundesliga)
  • 12-abril-2014. Bayern-Borussia Dortmund 0-3 (Bundesliga)
  • 17-mayo-2014. Borussia Dortmund-Bayern 0-2 (Copa, final)
  • 13-agosto-2014. Borussia Dortmund-Bayern 2-0 (Supercopa alemana)
  • 1-noviembre-2014. Bayern-Borussia Dortmund 2-1 (Bundesliga)
  • 4-abril-2015. Borussia Dortmund-Bayern 0-1 (Bundesliga)
  • 28-abril-2015. Bayern-Borussia Dortmund 1-1 (Copa, semifinal, gana el Borussia por penaltis)
  • 31-diciembre-2016. Liverpool-Manchester City 1-0 (Premier League)
  • 19-marzo-2017. Manchester City-Liverpool 1-1 (Premier League)
  • 9-septiembre-2017. Manchester City-Liverpool 5-0 (Premier League)
  • 14-enero-2018. Liverpool-Manchester City 4-3 (Premier League)
  • 4 de abril de 2018. Liverpool-Manchester City 3-0 (LIga de Campeones.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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