España - Argentina, el contraste más extremo
Sampaoli está buscando ese Iniesta, ese Xavi que le entreguen a Messi el balón en tiempo y forma
El partido de Argentina y España presenta el contraste más extremo entre las grandes selecciones. España es un equipo que viene sosteniendo un proyecto y una manera de jugar desde hace más de una década, con entrenadores más o menos de la misma escuela; Argentina ha ido navegando no en la búsqueda de una manera de jugar sino en la búsqueda del éxito. Se buscó con tanta desesperación que hizo que entráramos en estos vaivenes de un entrenador como Bauza, o Sampaoli, que no tienen ningún punto en común. Eso hizo perder tiempo. La brecha se agrandó. Exportamos más de 300 jugadores por año y no tenemos ningún equipo en Primera con un estilo definido. Los países campeones suelen tener equipos que marcan una referencia en cuanto al estilo, como el Bayern en Alemania y el Barça en España.
Argentina tiene las dudas lógicas derivadas de un proceso de construcción corto. Por lo menos harían falta cuatro años para que el equipo tenga una identidad, una línea de juego. En la era Sampaoli todo se ha acotado, los tiempos se han comprimido tanto que todavía hay un tercio de los jugadores que se están jugando la participación en el Mundial. El equipo no está definido más allá de Messi y cinco o seis futbolistas. Así que para Argentina medirse a España dentro de esta gira experimental será un partido límite para algunos.
Esta instancia debería ser la de la consolidación, la de ir probando más cosas del juego que jugadores, poniendo el foco en el funcionamiento del equipo con titulares más o menos habituales. Pero seguimos probando jugadores mientras ensayamos la idea, cuando a las ideas hay que ponerles nombres propios. Por ejemplo, no es lo mismo Mercado que Bustos. Porque Mercado al ser defensor central cumple mejor los requisitos de defensor, y Bustos al ser volante reciclado no conoce el oficio defensivo. Quiero decir que la idea está absolutamente determinada por los intérpretes.
Sampaoli está probando si jugar con tres centrales o con dos. Está probando laterales. Al principio dijo que le gustaba la línea de tres porque consideraba que no había laterales en el fútbol argentino que sean específicos para lo que quería. Se encasilló en eso e insistió con los tres defensores, pero resulta que ahora Tagliafico se ha destacado en el Ajax y Bustos en Independiente, lo que le brinda la posibilidad de poblar más la media cancha con mediocampistas, volviendo a la línea de cuatro atrás...
Claro que Sampaoli quiere sobre todo rodear a Messi. Creo que es una oportunidad única de que Messi pueda amoldarse a la selección, no solamente como un sabelotodo, un Dios que rema contra la corriente. Porque alguna vez la corriente tiene que arrastrarlo a él. La selección argentina con Messi ha sido un equipo de contragolpe en el que él estaba solo y no se podía asociar. Ahora la intención de Sampaoli es que Messi encuentre contención, que el equipo llegue hasta él con buena circulación de pelota para poder darle la participación que tiene en el Barça, con gente llegando al área, con desmarques. Que no todo dependa de su magia. Nadie ha hecho eso hasta ahora. Con Sabella, Argentina era un equipo partido, netamente de contraataque. Sabella ponía más el acento en la defensa que en la delantera a pesar de jugar con tres delanteros, y Sampaoli pone el acento en la elaboración, en la circulación de la pelota, en los pases. Eso va a beneficiar a Leo.
Sampaoli, al menos, sabe lo que quiere, y eso es un punto de partida. No tiene confusiones entre el módulo táctico y la idea de juego. Que juegue con tres o cuatro atrás no cambia la esencia. En la génesis del juego él no tiene dudas. Pero la idea no está entrenada. Además de la clasificación por la vía de emergencia, no se han sacado muchas conclusiones. Sampaoli está buscando ese Iniesta, ese Xavi que le entreguen a Messi el balón en tiempo y forma. Esa mitad de cancha no está definida. Y a menos de tres meses del Mundial, no sé cuánto pesará esto.
El fútbol son hábitos y eso es lo que falta en Argentina. Messi necesita volantes que tengan esa clase de juego y la selección todavía no los encontró o no los puso en cancha. Todo lo contrario que España. Máximo contraste.
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