Irlanda gana el Seis Naciones
El XV del Trébol se asegura el torneo tras vencer a Escocia y deja a Inglaterra sin su tercera corona seguida
Cambio de guardia en el hemisferio norte. Irlanda ha puesto fin al desafío de Inglaterra de convertirse en la primera selección en 130 años que ganaba tres títulos seguidos de un Seis Naciones. El XV del Trébol se ha asegurado el torneo a una jornada del final con su triunfo ante Escocia (28-8) y adelanta en nueve puntos a Inglaterra, derrotada con una versión descafeinada en París (22-16). Los irlandeses buscarán el próximo sábado en Londres el tercer Grand Slam –ganar todos los partidos– de su historia. Su rival destronado, que sumaba hace tan solo dos semanas 24 victorias en 25 partidos, se ha mostrado falible y tiene tarea por resolver antes de retar de tú a tú a los All Blacks en el Mundial del año que viene.
Los irlandeses sumaron en Dublín su undécimo triunfo consecutivo ante un rival en alza. Escocia estuvo a la altura en un primer tiempo notable, interrumpiendo la afinada maquinaria local y corriendo cuando tocaba. Pero como en tantas visitas –excluyendo Roma, Escocia no gana a domicilio en el Seis Naciones desde 2010– pagaron un alto precio por sus errores. Irlanda se adelantó en un pase interceptado y volvería a anotar después de que los escoceses se dejaran birlar un saque de touch con el que debían agotar el tiempo. Y el más grave, How Jones marró una ocasión clamorosa de ensayo: tas superar a un rival con un sombrero brillante, falló un pase de trámite a Stuart Hogg.
El gran mérito de la ventaja irlandesa en el descanso (14-3) lo tuvo su hombre de moda: Jacob Stockdale. El ala anotó las dos marcas y suma diez ensayos en ocho partidos con el XV del Trébol, capaz de añadir piezas nuevas cada tarde. Prueba de su fondo de armario es Garry Ringrose, el tercer jugador en vestir el 13 este torneo. Como los otros dos centros, lesionados, dio la talla. Tras caer en cuartos de final del Mundial con la enfermería llena, el seleccionador Joe Schmidt priorizó ampliar el número de efectivos. Y lo ha logrado. Su defensa, criticada por permitir seis ensayos en los últimos dos partidos, cuajó una actuación muy seria ante un rival endiablado.
El empuje de la delantera irlandesa, su gran ancla, hizo estragos ante una Escocia agotada de tanto placar. Conor Murray, el imponente medio-melé que dirige a las huestes, se metió con el balón en la zona mientras le placaban y el delantero Sean Cronin, otro suplente con maneras, aseguró el punto bonus tras un maul, la plataforma que bordan como nadie los irlandeses. El campeón ha sido quien mejor se ha adaptado al sistema de competición implantado el año pasado sumando punto extra ofensivo –cuatro ensayos– en sus tres partidos como local.
El XV de la Rosa decepciona en París
Inglaterra necesitaba la victoria con puntos bonus en París para mantener sus opciones, pero sus hechuras eran más propias de un animal herido que de un héroe. La derrota en Edimburgo ha abierto varios dilemas. El primero, la capitanía de Dylan Hartley, lo ha aplazado él mismo con su lesión. Owen Farrell, su compañero de habitación, se hizo por primera vez con las riendas. El seleccionador, Eddie Jones, analizará las causas, pero al XV de la Rosa le faltó hambre. Dio la impresión de que ni siquiera contemplaron la opción de hacer cuatro ensayos; apenar lograron uno y en el primer tiempo canjearon sus golpes de castigo con tiros a palos.
Francia puso de relevancia otra falla inglesa: su manejo en las trincheras. Como ante Escocia, como en su fatídico Mundial, el rival llegaba primero al placaje y frustraba sus ataques. Sin el talento de antaño, los franceses esgrimieron compromiso y abrumaron físicamente a sus archienemigos. Se dejaron los huesos en el primer tiempo (9-9) y se pusieron por delante con un ensayo de castigo por un placaje al cuello cuando Benjamin Fall se disponía a posar. Inglaterra buscó la victoria en el descuento, pero el equipo que se propuso conquistar el mundo está oficialmente en crisis.
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