Javier Fernández regresará a España tras nueve años entrenándose en el extranjero
El patinador anuncia su vuelta a casa en una entrevista en vídeo con EL PAÍS y confirma que no competirá en el próximo Mundial
Regino Hernández y Javier Fernández se conocieron hace ocho años en Vancouver. Ninguno de los dos imaginaba entonces que juntos romperían con la maldición española en los Juegos de Invierno con dos metales que ya han traído a España desde Pyeongchang. Desde entonces compartieron alguna partida de videojuegos en Internet. Y ahora comparten color de medalla: el bronce.
El snowboarder, de 26 años, fue el primero en subir al podio con su tercer puesto en snowboard cross, y solo tres días más tarde, el pasado sábado, el patinador madrileño, de la misma edad, igualó la gesta. Los dos tienen el mismo premio, pero afrontan dos futuros muy distintos. Hernández tiene ya su mirada puesta en los próximos Juegos. Quiere más medallas. “En los siguientes Juegos lucharé por otra medalla, de plata para arriba”, anticipó el rider este martes en su visita a EL PAÍS.
Javier, por su parte, confirmó poco después en otra entrevista que no competirá en el siguiente Mundial y dejará este mismo año Toronto, donde se entrena, para volver a España. “Tengo planteado cerrar el apartamento que tengo en Canadá y volverme ya a Madrid”, anunció Fernández. “Llevo nueve años fuera de Madrid y tengo muchas ganas de volver”, añadió. El patinador concluirá así la etapa más importante de su carrera de la mano del técnico Brian Orser, y en la que se ha entrenado con el japonés Yuzuru Hanyu, oro olímpico en Sochi y en Corea, amigo y rival. "Tengo muchos proyectos en mente. No quiere decir que mi carrera deportiva se haya acabado al 100% porque quiero hacer alguna competición en algún punto, pero no voy a ir para cuatro años más ni voy a hacer temporadas enteras, que desgastan tanto", añadió. "Mi cuerpo y mis años ya empiezan a jugar en contra y de mí porque compito con patinadores de 5, 6 y 7 años menos que yo. (...) No voy a ir a una competición para quedar en una mala posición".
Con el cuello en el bronce, el patinador madrileño, aún le da vueltas a lo cerca que tuvo la plata. El japonés Shoma Uno fue finalmente quien se subió al segundo escalón del podio, solo por 1,66 puntos, a pesar de haberse caído, ya que en llevaba una nota de partida técnica superior a la del español. "Creo que los jueces no tuvieron en cuenta todos los elementos de Shoma Uno, sobre todo los saltos. En las salidas de los saltos se quedaba sin velocidad, se sobregiraba. Esto tendría que estar penalizado con algún menos. Y en vez de tener menos, tenía más. Él patinó bien, no lo voy a negar. Tuvo una caída y yo también tuve un fallo. Pero en los otros saltos sí te digo que hubo un poco de mentirijilla, porque sí que tuvieron que haberle restado algunos puntos y no se le restó. También te digo que yo estoy contento con mi medalla de bronce", analizó.
Fernández explicó que lo más seguro es que compita en el próximo Europeo, pero ya no hará ninguna temporada completa. Entre sus planes, la creación de un Centro de Alto Rendimiento en España, en coordinación con el Consejo Superior de Deportes y la Federación de Deportes de Hielo, —"en un futuro a medio plazo quiero ser entrenador", dijo—y volver a su perfil más empresarial con la producción de un espectáculo de patinaje, como el Revolution On Ice del año pasado, que quiere llevar a Madrid y otras ciudades de España en noviembre y diciembre.
Fernández aprovechó para responder a Regino Hernández, que horas antes le había dejado una pregunta en su visita a EL PAÍS. “¿Qué se siente al estar en el centro del hielo con tanta gente mirándote, expectantes de lo que hagas?”, preguntó el rider. “La gente te aplaude y de repente se quedan en silencio. Hay unos 10 segundos que lo único que escuchas es tu corazón, cómo palpita, y palpita bien rápido. Es una sensación que a veces incluso te da un poco de miedo. Puedes escuchar tus propios nervios”, le contó el patinador.
Regino, por su parte, celebró que el podio pueda demostrar que en España también se puede vivir de deportes de nieve y desveló su conversación con Blanca Fernández Ochoa, que hasta este año había sido la última medallista olímpica, en 1992. “Me dio las gracias por haber luchado por este país. Y, algo que me gustó mucho, también me agradeció haber cogido la bandera de España lo primero. A día de hoy, como están las cosas en España con el tema de las banderas... Yo sabía que era lo primero que iba a hacer porque soy español y estoy muy orgulloso de ello”, reflexionó el medallista, que también destacó de quién se acordó cuando recibió el bronce: “De la familia, amigos, del entrenador que hemos tenido tantos años, Israel Planas, que falleció el año pasado. Y también, cómo no, de un amigo que en dos días hará tres años que falleció".
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