Marcelinho Huertas: “Jugar en el Barcelona no es estar en Disneylandia”
El base brasileño regresó en verano al Baskonia y ahora se cruza con el Barça en cuartos de la Copa (21.30, #0 Movistar), motivo para la reflexión sobre su exitosa etapa de azulgrana y el curso en Vitoria
Después de 18 años de carrera, tres Mundiales y dos Juegos Olímpicos como referente de la selección brasileña, y una aventura de dos temporadas en los Lakers, Marcelinho Huertas (São Paulo, 34 años) regresó a la ACB para reencontrarse con los mejores recuerdos de su currículo. Fichó en verano por el Baskonia, al que dirigió en la conquista de la Liga de 2010, y ahora se cruza con el Barça en cuartos de la Copa (21.30, #0 Movistar). Motivo para la reflexión sobre su exitosa etapa de azulgrana y la intrahistoria del difícil curso en Vitoria.
Pregunta. No podía haberse encontrado con una eliminatoria de Copa más especial.
Respuesta. Sí. Siempre es especial enfrentarte a tus exequipos y más ante el Barça donde tuve una trayectoria importante. Pero cuando empieza el partido todo eso se olvida. Venimos con muchas ganas a esta Copa y ojalá nos vaya bien en el primer partido que es la clave.
P. En cuatro meses, el Baskonia ha vivido una montaña rusa de Prigioni a Pedro Martínez, ¿cómo han logrado reconducir una situación que empezó tan mal?
R. El comienzo de temporada nos salió de aquella manera sí. Hubo mala suerte pero no hay que estar lamentándose. Tuvimos un calendario durísimo de inicio, jugamos muchos partidos fuera de casa y sufrimos alguna lesión también. Después, cambiamos de entrenador y muchas cosas a nivel táctico y todos respondimos bien al cambio. Ahora estamos en una dinámica positiva.
P. ¿Cuál fue la clave para cambiar el chip?
R. Es difícil encontrar una sola circunstancia. Pablo Prigioni y Pedro Martínez son entrenadores muy diferentes. Una de las claves fue que cuando llegó Pedro ganamos varios partidos y eso nos dio mucha tranquilidad y confianza. Eso fue lo que nos faltó al comienzo. No estuvimos acertados y eso nos pasó factura. Ahora somos más sólidos.
P. Con tanto cambio de jugadores y proyectos, ¿cómo consigue el Baskonia mantener ese poso competitivo?
R. Se trata de hacer siempre grupos fuertes y plantillas largas para no depender de uno o dos jugadores. Hay que buscar la calidad y mantener un estilo aunque cambies de jugadores. Después, el carácter Baskonia está impregnado en todos los sitios. Cuando te pones esta camiseta, ese espíritu hay que llevarlo dentro. La presión por ganar te exige salir a muerte siempre.
P. ¿Buscaba una vuelta a esos orígenes tras estar en la NBA?
R. Fui a buscar una oportunidad para mostrar allí mi baloncesto, pero no llegué en el mejor momento. Los Lakers eran un equipo que estaba en reconstrucción y me faltaron muchos minutos. La NBA es así, el marketing está por encima de todo. Pero intenté disfrutar al máximo, viví la última temporada de un mito como Kobe Bryant y jugué en una franquicia espectacular que ni en mis sueños de niño hubiera imaginado. Es un mundo único y soy un afortunado.
P. ¿Creció su mito por la NBA o ganó el desencanto?
R. Te puedes quedar con lo que quieras. Desde fuera es todo muy bonito y desde dentro hay cosas que no tanto. Pero no hay que vivir con malos recuerdos. Me hubiese gustado quizá haber ido antes, en mi momento de mayor nivel físico y técnico. Pero cuando tuve oportunidades tenía cláusulas de contrato muy altas con el Baskonia y el Barça y era imposible. No me quejo porque jugué al máximo nivel en dos equipazos de Europa
P. Viviste un ciclo ganador en el Barça que, con el tiempo, se fue agotando hasta llegar a la crisis actual, ¿por qué?
R. En los cuatro años en los que estuve en el Barça, la gente que llegaba al vestuario sabía dónde estaba y respetaba al máximo el club, el escudo y la camiseta. No venían creyendo que jugar en el Barcelona es estar en Disneylandia. Tienes que saber soportar la presión y saber para quien juegas. El Barça tiene una repercusión mundial. En mi etapa todos sabían su rol y sus responsabilidades. Xavi Pascual tenía al equipo siempre en sus manos y eso siempre nos dio un plus. El año pasado vivieron un año malísimo y sorprendente. La imagen no es nada buena y cada vez que se pierde un partido la cuerda aprieta un poco más. Si no tienes un vestuario fuerte, unido y con líderes que pongan orden, es complicado salir del agujero.
P. ¿Cómo recuerda el pulso Barça-Madrid en su etapa?
R. Siempre tuvimos una mentalidad ganadora y fuimos muy sólidos. Siempre creímos en lo que hacíamos. En mis cuatro años jugamos todas las finales contra el Madrid salvo el cruce de cuartos en la Copa de 2013. Nos exigían ser casi perfectos. Tenían muchísimo talento y muchos puntos y, a nivel táctico, tuvimos que responder con todo lo que nos pedía Xavi. Es el entrenador del que más he aprendido y nosotros éramos jugadores capaces de absorber mucha información. Con todo ello pudimos aguantar el pulso a un equipo que venía en una espiral de crecimiento muy grande.
P. Antes era cosa de dos y ahora hay más equipos en la pelea, ¿en ese escenario puede volver a asomar un Baskonia campeón?
R. El equipo es consciente de que tenemos esa capacidad y ojalá tengamos la ambición de creer en nuestras posibilidades. El Buesa está lleno de fotos de los trofeos conquistados y estaría muy bien poner otro cuadro. Ahí está el histórico Baskonia de 2010 con el que ganamos una Liga increíble ante un Barça que venía sobrado después de ganar la Euroliga. Ahora queremos luchar por todos los títulos. Hay que creer en ganar, no solo estar contento con jugar.
P. ¿Qué le queda por hacer en el baloncesto?
R. Soy un soñador y los sueños no se agotan. Quiero vivir momentos bonitos y seguir levantando trofeos. De momento, tengo contrato esta temporada y la siguient. Ya veremos cuál es la siguiente página de mi libro.
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