Resurge un movimiento sindical alternativo a la ABP
A cuatro días del comienzo de la huelga que hace peligrar la Copa del Rey de baloncesto, varios representantes de jugadores denuncian “la inacción y el desamparo” del sindicato. La ACB reactiva el requerimiento de justificación de 240.000 euros al organismo que preside Alfonso Reyes
La perpetua conflictividad del baloncesto europeo y español escribió el jueves un nuevo capítulo con la convocatoria de huelga anunciada por el sindicato de jugadores (ABP) en las fechas marcadas para la disputa de la Copa del Rey de Las Palmas. Con el escenario enquistado a cuatro días del comienzo del paro indefinido, la “unidad masiva” contra la ACB, anunciada por Alfonso Reyes tras romper las negociaciones con los clubes, se ha quebrado con la aparición en los últimos días de un movimiento sindical alternativo. Al tiempo, la ACB ha comenzado a fiscalizar las cuentas de la Asociación de Jugadores reactivando el requerimiento de justificación de 240.000 euros que viene reclamando al sindicato desde el año pasado.
“Hay movimientos de otra asociación de jugadores que, si las cosas siguen así, se rebelarán contra esto. Muchos se sienten desamparados por la ABP, otros están completamente desinformados y un gran número piensa que la única justificación de la huelga es el recorte de fondos a los dirigentes del sindicato”, explica uno de los agentes contactados por EL PAÍS. El malestar de ese núcleo de jugadores se prolonga desde finales de marzo de 2017, cuando la ABP convocó, “con premura, sin información y sin alternativas”, la asamblea en la que se reeligió a Alfonso Reyes como presidente del sindicato durante cuatro años más, para hacerse cargo de la renegociación del convenio con la ACB. “Hubo plantillas a las que ni les llegó la convocatoria”, confirma otro miembro de una agencia de representación. “Esa asamblea intentaron dinamitarla algunas agencias para tomar el poder de la Asociación y liberalizar el mercado de extracomunitarios. Todo esto forma parte de una guerra sucia de desinformación y desprestigio, pero tenemos la conciencia tranquila”, replica Alfonso Reyes.
Las mismas fuentes de las agencias manifiestan sin embargo que en la gestión de la ABP hay “muchos agujeros”. “Están utilizando a los jugadores nacionales para ejercer de portavoces y dar sensación de unidad, pero lo que realmente está pasando es que están poniendo a muchos jugadores en una situación incómoda. Los extranjeros son mayoría en la Liga y no tienen ninguna representación en el sindicato. Muchos no entienden los porqués de la huelga ni conocen a los representantes de la ABP”, desarrollan. Los agentes denuncian que, cuando se afronta un conflicto, la frase más repetida por sus representados es: “¿para qué están estos entonces?”. “Cuando los impagos superan la cobertura del Fondo de Garantía Salarial, son meros tramitadores. La única solución es recurrir a los tribunales ordinarios porque no hacen nada ni abren ninguna hucha del Fondo Asistencial ni del Fondo Social”, apuntan.
La ABP tiene como fuentes principales de ingreso tres partidas anuales: el Fondo Social (315.000 euros) y el Fondo Asistencial (en torno a 100.000 euros), procedentes de la ACB; y un partido amistoso de la selección española (entre 85.000 y 95.000 según la taquilla), a cuenta de la Federación. El intento de recorte de ese Fondo Social se convirtió en el desencadenante de la huelga indefinida, anunciada a partir del miércoles 14. “El sindicato rechazó todas las propuestas de cofinanciación de la ACB y del CSD, cuando ese fondo se destina exclusivamente a la financiación directa de su estructura”, señala la Secretaria General de la ACB, Esther Queraltó. Los presupuestos anuales de la ABP, publicados en su web, confirman la equivalencia entre el ingreso del Fondo Social y la partida de Gastos de Personal y Seguridad Social (328.414 euros en 2014 y 311.847 euros en 2015 por ejemplo). “En el periodo 2006-2015, la ABP recibió cada temporada más dinero en esa partida que el promedio que recibían los clubes por el reparto de ingresos de televisión y patrocinio”, añade la ACB, que a su vez reclama al sindicato información sobre 240.000 euros sin justificar. “Ese es un formalismo que quedará aclarado este lunes y, respecto a los 315.000 euros, es una cantidad con la que cubrimos nuestros sueldos pero también las actuaciones y consultas legales o fiscales de los jugadores, el mantenimiento de la oficina de Barcelona, viajes y otros aspectos”, explica el presidente de la ABP, que desde el primer encuentro para la renegociación del convenio, a mediados de enero, dio por rotas las negociaciones, hasta llegar a la convocatoria de huelga durante la Copa. “Hay clubes que están intentando dividir a los jugadores españoles y extranjeros. Pero el tiempo pone a cada uno en su sitio”, cierra Reyes.
En la reunión celebrada en el CSD, dentro de los pasos por la renegociación del convenio colectivo, el Fondo Social se convirtió en el epicentro de la disputa. La propuesta de los clubes de la ACB pasaba por fijar una cuantía de 220.000 euros más el 1% de los ingresos netos de televisión en la temporada 2018-19 (unos 280.000 euros más los 100.000 del Fondo Asistencial) y de 105.000 euros más el 1% de los ingresos netos de televisión para los tres cursos siguientes entre 2019 y 2022 (unos 165.000 euros más los 100.000 del Fondo Asistencial). Todo con el “complemento” que estaba dispuesto a aportar el CSD, que planteó “nuevas fórmulas para ayudar a la financiación del sindicato”. Unas diferencias de menos de 200.000 euros respecto a la cantidad actual que, según apuntan los clubes, son diez veces inferiores a las cantidades que dejarían de percibir los jugadores en concepto de descuentos salariales en caso de ejercer su derecho de huelga. El salario diario de todos los jugadores de la ACB asciende a 300.000 euros que multiplicado por los cinco días de la Copa, más los bonus de los equipos participantes, son más de 2 millones. A cuatro días de la Copa, el conflicto se agudiza.
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