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Sin gol no hay Cristiano

El portugués, que vive del remate, solo ha marcado cuatro tantos en Liga y se ve lastrado por la falta de velocidad y habilidad en el uno contra uno. El Madrid paga su escasez realizadora

Eleonora Giovio
Cristiano Ronaldo, desesperado, tras la enésima ocasión fallada contra el Villarreal.
Cristiano Ronaldo, desesperado, tras la enésima ocasión fallada contra el Villarreal. JAVIER BARBANCHO (REUTERS)

Cristiano Ronaldo cumplirá 33 años el próximo día 5. No es un nueve, pero vive del gol y por el gol. Ha marcado 422 en 418 partidos oficiales con el Real Madrid. Los de la temporada pasada, los que empezó a marcar a partir de abril, fueron fundamentales para que los blancos llegaran a Cardiff y consiguieran la Duodécima (marcó cinco en los cuartos contra el Bayern, tres en las semifinales contra el Atlético y dos más en la final contra la Juve). En Liga anotó los tantos decisivos contra el Sevilla, en Vigo y Málaga. Cuando firmó su renovación, en noviembre de 2016, dijo que no era su último contrato y que le quedaban “diez años más de fútbol”. Se veía jugando hasta los 41.

El portugués vive del gol y no sólo anímicamente. Su fútbol es velocidad, potencia y gol. Por eso, siempre que se le ha cuestionado cuando los goles no llegaban o llegaban menos, él invitaba a todos a teclear su nombre en Google. “Los datos están ahí, los números no mienten”, ha sido una de sus frases más repetidas. Efectivamente, los números no mienten. Y los de Cristiano en lo que va de temporada son muy pobres. Los más pobres desde que llegó al Madrid en verano de 2009. Lleva 16 (cuatro en Liga donde suma también seis palos, nueve en Champions, dos en el Mundialito y uno en la Supercopa).

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En Liga, nunca había marcado tan poco al final de la primera vuelta. Sus registros se mantenían por encima de los diez (salvo en su primera temporada, 9, debido a la baja por lesión) y, en ocasiones, encima incluso de los 20. El Madrid, que se pasó 73 partidos seguidos marcando entre abril de 2016 y septiembre de 2017 lleva ahora dos seguidos sin ver portería en casa. Se ha quedado sin marcar, además, en cinco de sus últimos 25 partidos (contra Betis, Atlético, Athletic, Barça y Villarreal). El año pasado, a estas alturas de Liga, el equipo llevaba 51 goles por los 32 de este año: de los 19 que faltan, 12 son de la BBC. Cristiano lleva ocho menos, Benzema tres y Bale, que se ha pasado la primera parte de la temporada en la camilla, uno menos.

El portugués no pisa la enfermería como sus dos compañeros de reparto. Se perdió los primeros cuatro partidos de Liga por sanción y a partir de ahí lo ha jugado todo salvo la Copa. A punto de cumplir 33 años, su declive físico empieza a ser evidente en la cancha. Llama especialmente la atención porque es un futbolista que se ha cuidado tan bien que parece construido con un ordenador. Eso decía de él Walter Di Salvo, preparador físico de CR en el Manchester United y, durante un tiempo, también en el Madrid.

Rápido, con una excelente zancada, Cristiano destacaba por su habilidad para esconder el balón con sus bicicletas y para encarar al rival. No es lo que se está viendo de un tiempo a esta parte. El portugués ha perdido velocidad con los años —sus cartílagos han ido resintiéndose de la sobredosis de minutos—, le cuesta imponerse en el uno contra uno y a veces (como el sábado contra el Villarreal o como en Vigo) no llega a los balones que sus compañeros le meten en profundidad.

Puede que se haya dejado contagiar por la apatía general del equipo y el bloqueo mental y que piense, aunque sea de forma inconsciente, en el Mundial (su último, a priori) del próximo mes de junio. No ha bajado el número de remates, pero sí falla más. Puede que también tenga que ver el aspecto mental y más en un jugador como él que se ofusca si no celebra goles. La sensación es que, por ejemplo, el mano a mano que tuvo el sábado con Asenjo en el área, en condiciones normales habría terminado con el portugués festejando.

Esta temporada Cristiano necesita 3,7 remates a puerta para marcar un gol (la cifra sube a ocho si se tiene en cuenta únicamente la Liga) cuando, normalmente, no necesitaba más de 2,6. La campaña pasada a estas alturas de competición llevaba apenas un gol más que esta (y cuatro partidos menos en ese plan de dosificación que le dibujó Zidane) y se desató en el segundo tramo. Pero, con la Liga perdida y con el duelo contra el PSG para jugarse la temporada a todo o nada, si sale cruz, podrían terminarse los juegos a principios de marzo. Podría no ser suficiente para que CR, que anda mosca desde hace meses por las subidas de sueldo a Messi y Neymar, se reivindique y vuelva a remitir a todos a Google.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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