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Carrusel de vidas
Columna
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Shakhtar, un equipo sin capitán

El conjunto ucranio sigue funcionando pese a que Darijo Srna lleva desde septiembre suspendido por dopaje

Darijo Srna, en un partido contra el Nápoles en septiembre.
Darijo Srna, en un partido contra el Nápoles en septiembre.SERGEI SUPINSKY (AFP/Getty Images)

La fórmula del Shakhtar funciona mientras van pasando los brasileños por sus filas: Willian, Alex Teixeira, Fernandinho, Eduardo, Luiz Adriano y Douglas Costa, entre otros. Ahora marcan Bernard, Taison y Marlos. Siguen siendo determinantes y eléctricos. Los fichan siempre de ataque. Cariocas en calidad; europeos en trabajo. Una mezcla que parecía de churras con merinas y que da rédito. El miércoles tumbaron la racha del Manchester City, que llevaba 23 encuentros seguidos sin perder.

Están en octavos de la Champions League. Es la cuarta vez que alcanzan esta fase de cruces, todas ellas en el siglo XXI. En realidad pueden empezar a ser considerados ya un clásico. No son nuevos. Compiten. Sí se da un factor contranatura en el equipo minero: responde aun sin su capitán, Darijo Srna, de 35 años. Un positivo en un control antidopaje en septiembre lo mantiene apartado del equipo de su vida, hasta que se conozca el veredicto. El hombre que ha superado los 500 partidos con el Shakhtar publicó una carta abierta a sus aficionados en la que aseguraba que era inocente y que preparaba su defensa fuera de los terrenos de juego. De momento, la UEFA está aún analizando el caso, y todavía no hay una sanción oficial para él.

Srna es un ídolo. Siempre se dijo de él que fue el pegamento entre los brasileños y los nativos, además de ser casi un hijo para el presidente, el empresario billonario Rinat Ajmètov.

Su leyenda creció en enero de este año, cuando apareció la opción de firmar con el FC Barcelona. Finalmente acabó quedándose, con más pena que gloria, sí, pero aquello se vendió como una victoria ante el fútbol europeo de primer nivel. Supongo que la realidad es que también hubo dudas en la directiva del Barcelona por su edad.

No muchos futbolistas son capaces de armar el juego desde la posición de 2. El maestro en esa suerte era el alemán Philipp Lahm, y de otra forma bien distinta Javier Zanetti. Pero el croata ha sido un buen exponente. Mucho más que un mero lateral derecho. Un líder.

El equipo, hoy entrenado por Fonseca, sigue jugando a 600 kilómetros de Donetsk. Su joya, el Donbass Arena, fue bombardeada en agosto de 2014. El conflicto bélico sigue abierto, con un bloqueo económico que ahoga a una ciudad que podía presumir. Ahora viven y juegan en Lviv, donde han encontrado la tranquilidad y el éxito. Darijo Srna prometió volver a casa antes de colgar las botas. La edad, la sanción, o lo que es más triste, la guerra, están cerca de impedirlo.

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