_
_
_
_

Monchi: “Cuando fui a hablar con Totti, me temblaban las piernas”

El nuevo director deportivo de la Roma habla de sus primeros meses en el cargo antes de que su equipo se enfrente al Atlético en la Champions

Daniel Verdú
Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, en el centro deportivo de Trigoria de la Roma.
Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, en el centro deportivo de Trigoria de la Roma.Antonello Nusca (EL PAÍS)

Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, el hombre que revolucionó el trabajo de director deportivo convirtiéndose en el rey de los fichajes, habla ya una especie de italiano-sevillano que le permite entenderse perfectamente con los jugadores y su equipo. “Piano, piano”, matiza él en el momento que Radja Nainggolan, la estrella del equipo, pasa por detrás y le lanza un “qué guapo estás”, mientras su jefe se hace la foto de la entrevista.

Monchi (San Fernando, 1968) decidió en marzo cambiar Sevilla por Roma. Llevaba 29 años en el mismo equipo y en la misma ciudad. Dejó 16 finales, nueve títulos y 200 millones de euros en plusvalías por sus fichajes. Desde su llegada, ha cambiado el entrenador, ha fichado muy a su manera y ha recuperado el pulso competitivo de un equipo que, desde hace ya demasiado, siempre aspira a todo y nunca gana nada. Pero sobre todo, ha superado el trauma de perder a su gran capitán, Francesco Totti, y lidera su grupo de Champions, donde hoy (20.45, beIN Sports) se enfrenta al Atlético de Madrid.

Pregunta. Dicen que tenía ofertas del PSG y del United. ¿Por qué eligió la Roma?

Respuesta. Porque me permitía seguir siendo Monchi y trabajar como lo he hecho siempre. Estaba convencido, y el tiempo me ha dado la razón, de que en la Roma lo podría conseguir. Era el argumento fundamental. No fue por dinero o nombre del club. Y no me equivoqué.

P. Se habló también del Barcelona.

R. En España, verdaderamente, no tuve un contacto directo como sí lo mantuve con otros clubes europeos.

P. En Italia está hoy muy claro qué tipo de equipo es la Juve de Allegri, o el Nápoles de Sarri. Pero a la Roma le ha faltado definir su identidad. ¿Qué debe ser?

"Mi filosofía es estar cerca del núcleo de este negocio: el vestuario"

R. A nivel deportivo soy bilardista: me gusta un equipo ganador. Que afronte cada partido con la mentalidad de vencer. Pero fundamentalmente tiene que ser un reflejo de su afición. Ser de una entidad marca a su aficionado, que es lo único que perdura. El aficionado estará siempre ahí. Y si eres capaz de construir un equipo donde el hincha pueda reflejarse, tienes más posibilidades de éxito. Y la afición de la Roma es muy ambiciosa, aspira siempre a vencer.

P. Siempre aspira a eso a principio de temporada y, al final no ha ganado nada en los últimos 20 años. ¿Cuál es el diagnóstico?

R. Ganó en 2001… Hay necesidades como el equilibrio para darle tiempo a los proyectos. Si hoy es blanco y mañana es negro, es difícil encontrar el camino. La Roma tiene que encontrar su gris. Las decisiones erróneas se toman en momentos muy buenos o muy malos. Cuando hay equilibrio, son más acertadas.

P. Los aficionados siempre se han quejado de que la Roma vendiese a sus estrellas. Pero usted ha basado parte de su modelo en eso.

R. No creo que tengamos que tener miedo a vender buenos jugadores; el problema es no comprarlos. La Roma debe aspirar a ser más estable, pero desde el convencimiento de que no pasa absolutamente nada por vender.

P. ¿Cuántas personas de su equipo han venido con usted?

R. Cero. Por contrato no podía traerlos. Pero tampoco hubiera desmembrado ese proyecto. Hay dos formas de afrontar un cambio, y yo lo he hecho de la manera que pensaba que era más rápido. Si estás solo en un ambiente desconocido intentas adaptarte rápidamente para ser uno más.

P. Totti se ha incorporado a su equipo. 

R. Sí, Francesco me está ayudando mucho en el día a día. No podría tener un mejor maestro para conocer la Roma. Pero sobre todo me está sorprendiendo gratamente su nivel de implicación y su rápida adaptación. Tiene una ilusión grande de aprender cada día un nuevo papel después de 27 años de jugador. 

"Toda la culpa de la inflación del mercado no es del PSG"

P. Nadie sabía si Totti se quedaba o se iba, llevaba en el banquillo mucho tiempo y la tensión era alta. Usted llegó y lo solucionó.

R. Tuve una conversación con él en la que le dije que en una hora y media iba a dar una rueda de prensa y que, probablemente, lo que diría sobre él no le iba a gustar. Pero era mi obligación afrontarlo. Primero, hablarlo con él, por todo lo que representa. Y segundo, tomar una decisión que yo creía que era necesaria y que a él no le gustaba, pero agradeció que se lo dijera a la cara. A partir de ahí empezamos una relación que ha ido creciendo. Y me aporta mucho. 

P. Usted desbloqueó en hora y media un problema de años…

R. Era una situación difícil de afrontar. Cuando me senté con él para decírselo, me temblaban las piernas… Es Totti. Estás hablando con un mito y en su templo. No es fácil.

P. Y tienes que gestionar el final de ese mito. 

R. Él ha hecho fácil eso. Todos teníamos más miedo del que había que tener. Quizá nadie pensó que era el momento. Francesco ha marcado en todas las temporadas que ha estado en la Roma, hasta 2017. Si no se había producido hasta ahora, quizá no era el momento. 

P. Después de 7 meses ¿Podemos ya decir que el sistema Monchi es exportable?

"No hay que tener miedo a vender buenos jugadores; el problema es no comprarlos"

R. Sería muy precipitado. Pero es verdad que estoy satisfecho de seguir siendo yo mismo. Cuando uno se construye un papel en esto del fútbol a base de empezar de cero, cuando cambias el lugar donde has crecido a lo máximo que puedes aspirar es a seguir siendo tú. Pero no hay una forma de trabajar exclusiva de Monchi. Es una filosofía que apliqué en Sevilla que es estar lo más cercano posible al núcleo donde se genera este negocio, este mundo. Y ese lugar es el vestuario, con el entrenador, los jugadores, los utileros… Ahí es donde yo me muevo bien y puedo aportar. 

P. ¿Qué significa fichar a un jugador por 220 millones en su esquema de lo que debe ser el fútbol?

R. Significa que hay alguien que tiene ese dinero. También que el fútbol es capaz de generar por sí solo esas cantidades y que el club que lo invierte piensa que puede dar un rédito.

P. Pero usted este verano ha salido a comprar jugadores y no ha podido ficharlos por la inflación que había en el mercado.

R. Sí, pero la inflación va ligada al aumento de los ingresos. El Sevilla está ya en torno a los 200 millones, y hace 4 años intentábamos llegar a los 80. Se multiplican los ingresos de televisión y al haber mayor entrada de dinero, se produce inflación. Es un principio básico. No creo que toda la culpa sea del PSG, sino que el fútbol genera más dinero.

P. Este miércoles hay un partido importante contra el Atlético de Madrid. Usted dijo que era el rival más duro del grupo. Parece que se equivocó…

R. Para mí sigue siéndolo, pero los resultados no le han acompañado. Es extraño lo que ha pasado, no es normal que el Atleti no venza en ninguno de los dos partidos contra el Qarabag. Pero bueno, todavía quedan dos jornadas y no les daría por muertos. 

P. ¿Qué les pasa?

R. El Atleti ha sufrido cada año una caída de rendimiento y quizá este año se está alargando más. Pero están ahí… El nivel de exigencia en el Atleti es muy grande, y a veces el jugador se puede desconectar un poco.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_