Zidane: “Diez puntos son muchos, pero son los mismos que había cuando llegué y...”
El técnico del Madrid, después del tercer empate en 12 jornadas, dice que la Liga no está lejos, que el Barcelona no puntuará siempre y ecordó que acabó a uno cuando cogió al equipo a mitad de temporada
Dicen, algunos, que el Wanda no aprieta. Que es como jugar en un campo neutral. Pues cuando los más de 65.000 espectadores se ponen a saltar gritando “madridista el que no bote”, tiemblan todos los asientos, por mucho que intentes agarrarlos con las manos. Tembleque es lo que le dio también el Madrid nada más empezar el partido. Una doble mala entrega de balón, primero de Marcelo y luego de Varane, sirvió en bandeja el posible 1-0 al Atlético. Correa, solo delante de Casilla, chutó fuera.
Zidane volvió a respirar cuando vio la pelota salir. Pero terminó el partido en apnea, a diez puntos del Barcelona y viendo como sus delanteros siguen negados de cara a portería. Cristiano remató siete veces (como todo el Atlético junto); Benzema, cero. Llevan un gol cada uno en doce jornadas. Un botín árido que refleja la travesía en el desierto que está viviendo el equipo que anoche cosechó su tercer empate.
Zidane, que en la víspera del derbi dijo que el Madrid estaba muy por detrás (a ocho puntos) del Barça, pero que había tiempo de sobra para volver a cogerlo y superarlo, no cambió ni un ápice su discurso anoche pese a estar a diez. “Yo a la Liga no la veo lejos, todavía faltan muchos partidos, hay mucho en juego… diez de diferencia son muchos, sí, pero seguramente esto cambiará, el Barcelona no va a puntuar siempre y nosotros tenemos que estar ahí” aseguró. “El partido de hoy ha sido bueno y nos tiene que marcar el camino. Nos ha faltado meter un gol”, prosiguió.
¿Al aficionado madridista que cree que hoy se ha tirado la Liga, qué le dice?, le preguntaron. “No es mi sensación, sé que será la de muchos, pero la mía es seguir trabajando. Esto es el fútbol y se cambia rápido, nosotros vamos a estar ahí peleando hasta el final”, contestó. Tiró, además, de recuerdos el técnico francés para reforzar su discurso. “Cuando yo llegué aquí, el equipo estaba a diez puntos del Barça y acabó a dos...”, aseguró. En realidad, acabó a uno y llegó a estar incluso a 12 después de la derrota en el derbi.
“Estoy enfadado porque no hemos ganado”, dijo Carvajal que anoche volvía tras casi dos meses de ausencia por una pericarditis. ¿Es un empate que sabe a derrota teniendo en cuenta la distancia con el Barça?, le preguntaron. “Es una distancia considerable, pero el equipo lo ha dado todo; posiblemente podamos recortarla yendo al máximo”, añadió el lateral.
Al máximo, sin embargo, sólo parece ir Isco. El Madrid respiró con los pulmones y el pulso del malagueño, jugador para todo. Para ayudar en las coberturas a Carvajal y a Marcelo en los dos laterales, para meter pases de 40 metros al más puro estilo Kroos, para regatear a tres y plantarse en el área de Oblak, para doblar la posición de Marcelo e intentar centrar, para saltarse las líneas del Atlético, para controlar balones que caen desde 10 metros de altura...
La trascendencia de Isco en el juego del Madrid es tal que Simeone corría como un poseso en los saques de esquina del Atlético para buscar a Juanfran y gritarle que se acercara el encargado de tirar el córner y arrastrar así a Isco a una zona marginal del campo. Quería evitar el técnico rojiblanco que el malagueño tuviera el balón para darle salida rápida en una posible contra. A veces da la sensación de que Isco juega a una velocidad superior y que ejecuta las jugadas tan rápido que a sus compañeros no les da para seguirle. “Isco está muy bien; y los demás también”, zanjó Zidane.
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