Por qué Marc Márquez no celebra con la bandera española
El piloto, que nunca ha paseado la senyera, no usa la rojigualda en las celebraciones desde que en 2014 la sustituyó por una enseña de su club de fans
Le esperaban frente a la grada en la que se sitúan los socios de su club de fans. Sus amigos le regalaron un dado enorme. Rojo, claro. Cuando lo tiró salió el seis. Por supuesto. Y explotó en una enorme risotada. Bailó, gritó, rió. Y celebró el título que acababa de ganar. Al partir hacia el corralito, donde aguardaba su equipo, le dieron la bandera, junto a todo el paquete de celebración del campeonato. No llevaba el '93', su número, como dijo el jueves, sino un '1' enorme, la cifra de los campeones. Hace cuatro años que el piloto de Cervera (Lleida) no pasea una bandera española por los circuitos. Tampoco ha llevado nunca una senyera.
Márquez es catalán, ama su tierra; no en vano es uno de los pocos pilotos de MotoGP que residen en España (además de Bautista, Rabat o Barberá), y no quiere hacer ningún desprecio a nadie. Ni a los catalanes, ni al resto de los españoles. Cuando declina hablar del asunto catalán no es por falta de interés, sino porque no quiere ni le interesa pronunciarse al respecto. Seguramente por eso dijo lo que dijo este jueves: “A mí la bandera que me representa es la del '93'”, en referencia a su número y a la bandera de su club de fans, para evitar polémicas, lo que, dada la tensa situación que se vive actualmente, no logró del todo.
La última vez que Márquez paseó la corona mundial envuelto en la bandera de España fue en el 2013, el año de su debut en MotoGP. Al cruzar la meta fue encontrándose por el camino con comisarios y pilotos que querían felicitarle. Se paró en una curva, recibió palmadas y honores, se acercó Bautista, con su bandera de España, le saludó, "enhorabuena"; y al poco pudo seguir. Mientras Lorenzo, el perdedor aquel día (ganó la carrera, perdió el título), daba ya la vuelta al circuito con otra bandera de España, Márquez se dirigía a la grada que ocupaba su club de fans. Regaló sus guantes a la tribuna y, eufórico, saludó desde encima de las protecciones. Al bajar, se cambió el casco. Entre el barullo se observaban dos rojigualdas. Salió de allí con una de ellas clavada dentro del mono. Le molestaba y logró sacársela. La cogió con la mano y completó la vuelta con ella. Ondeó por última vez junto al campeón más laureado del motociclismo español.
Moto2 con la española
Aquel último gran premio se celebró en Valencia, en el mismo circuito de Cheste en el que se ha decidido este Mundial de 2017, el mismo escenario que asistió al primer campeonato de Márquez, cuando también paseó la bandera de España. Pues hasta el 2013, lo había hecho siempre: en 2010 y en 2012, cuando ganó el título de Moto2 en Australia.
La primera vez fue un miembro de su club de fans el que la portaba y se la dio cuando, después saludar a la grada, recibir los abrazos de su tío Ramon, enfundarse en la camiseta conmemorativa y ponerse el casco realizado expresamente para la ocasión, volvió a subirse a la moto para dirigirse al corralito.
En Phillip Island fue su hermano Àlex quien la llevaba. Estaba esperándole en una curva. Le dio camiseta, casco y bandera. De la forma más natural. Como natural fue que dos años después, en lugar de aquella, Márquez llevara la bandera de su club de fans.
Fue en 2014, en el circuito de Motegi, en Japón. Márquez, el chico de los récords, arrasó aquella temporada. Ya no era una promesa, sino el hombre a batir y todo un piloto-producto. En una curva le esperaban dos amigos, miembros del equipo de Moto3 de Estrella Galicia, e hicieron lo propio: felicitarle, vestirle de campeón, y darle una bandera. En este caso era roja, pero no amarilla. Llevaba un '93' enorme en el centro. Era la de su club de fans. La misma con la que le esperaba, otra vez, su hermano Àlex, al final de la recta de meta del mismo circuito de Motegi el año pasado.
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