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Marc Márquez: “Me sentía tan fuerte, no podía ser ‘amarrategui”

Márquez puso en juego el título mundial porque ansiaba la victoria, no sabía que su madre le había pedido a Zarco que fuera suave

Nadia Tronchoni
Márquez, tras ganar el Mundial.
Márquez, tras ganar el Mundial.Manuel Bruque (EFE)

Las noches en el paddock son movidas. No acaban tarde, pero a menudo suenan a polígono discotequero. En ese ambiente, trincó la noche del sábado Roser Alentà, madre de Marc Márquez, a un piloto que se iba a dormir en su scooter. “Oye, Zarco, mañana, tómatelo con calma, ¿eh?”, Y el francés, segundo clasificado, que ansía su primer triunfo en MotoGP, asintió. Él fue quien contó la anécdota ayer, sentado al lado del campeón del mundo. “Quiero que Marc sepa que le hice caso a su madre”. El piloto de Cervera no tenía ni idea de que Roser andaba haciendo el gran premio por su cuenta —“no me lo había contado, le hubiese metido bronca”—, pero de haberlo sabido quizá se hubiera ahorrado aquel sustazo en plena carrera por el título. O no. “Aquí, todos hacen su carrera. Te estés jugando un Mundial o no. Ya se vio en Australia, donde nos dimos palos hasta la última vuelta y nadie se quejó. Son cosas que pasan y tú las tienes que administrar de la mejor manera”.

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“La verdad es que no he cometido ese error en la curva dos porque fuera pasado de vueltas, como tantas veces; después de pasar a Zarco, he tenido miedo de que entrara y entonces cayeran dos pilotos. Ahí sí que Dovi hubiera ganado muchas posiciones”, explicaba el piloto de Honda, finalmente tercero.

Márquez se vio en esa tesitura porque tuvo que compaginar multitud de sensaciones y voluntades. No quería renunciar a la victoria, pero sabía que no podía fallar. “Podía haber ido todo el rato quinto, cortar gas, es fácil. Pero ese no es mi estilo”, anunció. “Me sentía tan fuerte durante el fin de semana que me era muy difícil defender una carrera a lo amarrategui, yendo ahí detrás, no podía”, añadía.

Y como, anunciado estaba, fue el Márquez de siempre hasta el final. Y se vio prácticamente en el suelo cuando le quedaba escasas siete vueltas para ganar su sexto título mundial. Muchos se preguntan cómo puede ser que un piloto como él que suma 27 caídas (27 y media, apuntó el propio piloto entre risas) no se haya hecho daño; otros tantos se sorprenden por que el número de caídas no sea mayor: maniobras como aquella que protagonizó en la curva dos de Cheste se le conocen otras dos (y existe alguna otra que no es pública, aseguran).

Así lo explica él: “Cuando se me va la moto de delante no quiero soltar la moto, pienso: ‘yo me quedo aquí cogido y ya veremos si acabamos en la gravilla o en el muro’, ahí era donde tenía que arriesgar. Como se mantenía el agarre trasero ha sido cuando he puesto, como digo yo, las cuatro ruedas, con el codo y la rodilla. Y después de salvar el asfalto venía la gravilla. No he tenido ninguna prisa en salir porque ya me caí ahí el año pasado. Después de eso, hasta me he visto con corazón de pillar a las dos Ducati”, concedió, risueño. Pero se lo pensó dos veces.

Repasar la carrera no le da ningún pudor. Sin embargo, se sonroja cuando le aturullan con los récords y las fasciantes cigras alcanzadas a sus 24 años. No es modestia. Es hambre de más: “Tengo la sensación de que estoy viviendo un sueño y no quiero que se termine. Y no quiero pensar en los números mucho porque no quiero que me relajen, que aquí cuando te relajas puedes acabar quinto y perder la motivación y el carácter. Es importante que tus rivales te vean fuerte, pero también que tú no te veas superior a ellos”, apuntó, pues no dudó en confesar que nunca hubiera apostado que su rival por el título sería Dovizioso. “Este año he aprendido a no subestimar nunca a nadie”, dijo.

Su éxito radica en la naturalidad con que vive. En unas rutinas apenas invariables. “Aquí hay una fábrica, mucha gente y mucho trabajo detrás, sin ellos no sería posible. Yo, desde los once años estoy rodeado de la misma gente, no he tocado nada, ni me he movido de Cervera. Intento mantenerlo todo igual porque soy feliz, por eso he celebrado el título con la misma ilusión que el primero”.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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