El Barcelona extraña a Luis Suárez
La salida de Neymar y la lesión de Dembéle exigen una mejora del 9, errático en Getafe
La severa lesión de Dembélé, que hoy será intervenido en Helsinki por el doctor Sakari Orava de una rotura del tendón del bíceps femoral de la pierna izquierda, que le tendrá de tres a cuatro meses de baja, obliga a Valverde a dar con un sustituto —muy bien podría ser Deulofeu— o a cambiar el dibujo del Barcelona —podría ser menos asimétrico y aproximarse a un 4-2-3-1— y, al mismo tiempo, exige un mayor protagonismo de futbolistas como Luis Suárez.
No hay dudas sobre la importancia de Messi ni tampoco respecto a los centrocampistas, más intervencionistas y goleadores que la temporada pasada, incluso los que salen desde el banquillo, como pasó en Getafe con Denis Suárez y Paulinho. Algunos jugadores han mejorado sus prestaciones por el bien del equipo solidario y organizado de Valverde. Hay un futbolista, sin embargo, que está por debajo de las expectativas: Luis Suárez.
El uruguayo ha sido un delantero capital para explicar los últimos éxitos del Barça, y su aportación se considera ahora más decisiva que nunca por la salida de Neymar y la lesión de Dembélé. Al 9, sin embargo, le ha fallado la puntería y ha evidenciado un cierto mal humor en el campo, sobre todo el sábado en Getafe. Ha jugado cinco partidos, dio una asistencia y solamente marcó un gol, el quinto contra el Espanyol.
A sus 30 años, los números del charrúa son inferiores a los del curso pasado, cuando promedió 0,73 goles y 0,31 asistencias por partido, y todavía menguan más si se toma como referencia el ejercicio 2015-2016: 1,11 tantos por encuentro. No ha disminuido, en cambio, su participación con la pelota —la toca 44,44 veces por partido frente a 39,70, 44,13 y 44,07— ni sus remates a portería: 1,40 ante los 1,45 de 2016-2017.
Tantas veces decisivo, único cuando chuta de primera, a Luis Suárez le cuesta encontrar la portería después de la lesión que sufrió en la cápsula posterior de la rodilla derecha en el encuentro de vuelta de la Supercopa en Madrid. Los médicos le diagnosticaron cuatro semanas sin jugar y, sin embargo, el propio club azulgrana le dio el alta por correo dos semanas después cuando se entrenaba con Uruguay para enfrentarse a Argentina en partido de clasificación para el Mundial.
Jugó el delantero azulgrana contra la Albiceleste y se alineó también contra el Espanyol. Luis Suárez metió el 5-0 del derbi, después de una asistencia de Dembélé, y tiró una pared con Messi en el 1-0 contra la Juve. No le fue tan bien contra el Getafe, partido en el que cargó con una tarjeta amarilla, solo tocó el balón 32 veces y ni siquiera disparó a la portería de Guaita. “Es su estilo y forma de ser, tanto cuando las cosas le salen bien como en los días que no está tan afortunado, siempre es muy expresivo”, afirmó Valverde cuando se le preguntó por los gestos de contrariedad del uruguayo en el Coliseum Alfonso Pérez en el último choque de Liga.
La actitud del uruguayo
“El trabajo de Suárez nos viene muy bien”, insistió el entrenador del Barça. “Sus desmarques los aprovecha él mismo o un compañero, como pasó el otro día; siempre persevera. Quiere rematar todos los balones. Nos interesa su actitud”. El 9 nunca se esconde, disputa cualquier balón y, cuando no acierta, se acostumbra a preguntar por su estado de forma o puesta a punto, condicionada por los problemas físicos que le impidieron jugar contra el Alavés y el Betis.
La duda es si el ariete forzó su reaparición en el decisivo partido de Uruguay. El tono del futbolista no ha sido el habitual en un jugador que ganó la Bota de Oro en 2015-2016 con 40 goles y suma un total de 86 y 51 asistencias en sus 99 encuentros de Liga: 0,87 tantos por partido —ha marcado en 56—, a la espera del centenario que celebrará hoy (22.00, Movistar Partidazo) en el Camp Nou ante el Eibar.
La mecánica de juego del equipo, por otra parte, ha variado sin Neymar, un jugador que combinaba muy bien con Messi y Suárez. Íntimo amigo del argentino, el uruguayo no tiene tampoco competencia en la plantilla, a excepción de Alcácer. Valverde, en cualquier caso, le considera decisivo, sobre todo como socio de Messi. El 10 se ha arrimado más a la portería siempre alrededor de Suárez, hoy más jugador de equipo que Pichichi.
Josep Maria Bartomeu aseguró en el programa El Rondo, de La 2, que el Barça y la Comisión Europea de Clubs (ECA) valoran limitar los precios en los traspasos. “El mercado se ha vuelo loco. No podemos aplicar un tope salarial, pero sí un límite en los tránsfers”.
El presidente azulgrana aplaudió la investigación de la FIFA al PSG por los fichajes de Neymar y Mbappé. “Hay que ser fuertes con el Fair Play. El mercado recibe dinero ajeno a la industria del fútbol. Estoy contento con la investigación al PSG”.
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