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LaLiga Santander jornada 4
Las Palmas
Las Palmas
Rémy 87'
1 0
Finalizado
Athletic
Athletic

La potencia de Remy desarbola al Athletic

Un excelente gol del delantero francés decanta el partido en favor de Las Palmas ante un rival anquilosado

GORKA PÉREZ
Kepa detiene un lanzamiento de Calleri.
Kepa detiene un lanzamiento de Calleri.Ángel Medina (EFE)

A Las Palmas le bastaron un par de piernas, un tornado y un disparo para acabar con la monotonía. Remy, un jugador que llegó a la isla siguiendo el camino que inauguró Boateng la temporada pasada, resolvió por las bravas un partido que nació efervescente y murió sin gas. O al menos mientras no estuvo el francés sobre el campo. Una jugada desde la banda izquierda de Remy descoyuntó a la defensa del Athletic y bastó para decidir un duelo que parecía destinado al reparto de puntos por ausencia de golpes directos.

Al partido le sobraban velocistas y le faltaban corredores de fondo. No es que convenga jugar al fútbol con el freno de mano puesto, pero hay veces en las que la pausa aclara las ideas y evita el alboroto. Porque el partido tuvo fases tan alocadas que llevaron al balón a un mareo continuo, como un mal viaje en autobús. Lo mismo Las Palmas se agarraba a las piernas de Vitolo y de Viera, como el Athletic ponía en funcionamiento las de Williams. La pelota llegaba a las dos áreas con una intención clara: asomarse en el menor número de toques posible. Estuvieron habilidosos Halilovic y Vesga, cada uno remando en una dirección, e imprecisos Calleri y Williams en la recepción.

Todo nacía deprisa, también los errores y los aciertos. Tal trajín empequeñeció a Raúl García en el Athletic, incapaz de cuerpear por falta de tiempo, y desnutrió a Aquilani, especialista en el pase corto, la transición pausada, pero carente de ese físico de contragolpe que hace tiempo dejó atrás. El resultado de semejante pulso deparaba ocasiones varias, momentos de superioridad que cambiaban de bando, un cruce de intenciones en el que no había quien levantase la voz.

Del ritmo a la pausa

Pero las carreras en el fútbol se pagan pues devoran oxigeno y agotan las piernas. Y tras el descanso, y con la casa sin barrer, el partido cayó en el lado opuesto. Las galopadas dieron paso a las transiciones saturadas, a los pases de un extremo al otro en línea horizontal, a la contemplación, lo que sacó al partido de su foco. Trató de virar el juego Ziganda dando entrada a Muniain y Aduriz, y zarandeó el ataque Márquez con Remy. A ambos les funcionó el cambio, en distinta manera pues el Atheltic elevó la altura de los balones en largo mientras que Las Palmas buscaba la potencia del francés a ras de hierba.

Con la línea de ataque oficial sobre el campo al Athletic se le espesó el balón, empezó a perderlo de vista y a correr de nuevo, en otra dirección. Viera agigantó su estampa, Aquilani mantuvo su elegancia en el pase y Remy se convirtió en un tormento. Bóveda no sabía cómo parar al francés, que parecía subido a un cohete. Un artefacto que a falta de tres minutos para el final le permitió deshacerse de su marca, lanzar un quiebro a Núñez y clavar la pelota lejos de los brazos de Kepa. Un gol que rompió con los planes de contingencia de un Athletic que no había recibido ningún gol en los tres partidos anteriores.

Remy demostró que correr rápido y con criterio no es incompatible.

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Sobre la firma

GORKA PÉREZ
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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