Los dioses se alían con Alisson y el Atlético empata en Roma
El portero del equipo italiano evita el gol en una decena de ocasiones claras de los rojiblancos
Una noche sin gol privó al Atlético de dar un golpe de mano en el Olímpico de Roma (0-0) en su primer partido de la Champions League. Una decena de ocasiones claras se encontraron con un personaje inesperado. Alisson, el meta brasileño de los locales evitó una tunda a los suyos. Mejor en el segundo tiempo que el primero, el equipo de Simeone proyectó una imagen de equipo ambicioso, pese a esa alineación inicial con cuatro mediocentros. Quizá influenciado por el poderoso trivote de la Roma (De Rossi, Nainggolan, Strootman) , por ser el primer partido y fuera de casa, el técnico argentino optó por su fórmula más sólida. Visto el pesaje de uno y otro equipo, quizá pecó de cauto. Con todo, el Atlético dio la sensación de superioridad.
Ese forraje espeso de la Roma y del Atlético desembocó por momentos en un tiroteo en las áreas en el primer acto. Las precauciones sirven de poco cuando las entregas de pelota son al contrario. No forma parte de la identidad del equipo de Simeone desperdiciar los errores ajenos. Menos aún pertenece a la cultura del calcio desaprovechar las ofrendas del rival. La primera de todas no la consumó Saúl a los dos minutos. Una salida en falso de la Roma por la banda de Bruno Peres la engarzaron entre Koke, Vietto, y Filipe. Al pase atrás del brasileño le metió demasiada rosca Saúl y se le fue por un palmo. Respondió la Roma con un pase filtrado de Nainggolan a Defrel que este remató tan precipitado como cruzado. Tiene más veneno la Roma cuando es Nainggolan el que marca los tiempos del juego. Cuando es De Rossi el que impone su ritmo lo hace en sintonía con la versión del Despacito que entonan los hinchas romanos.
El gol se le negó al Atlético de Madrid durante demasiados minutos. Era mejor que la Roma en esa feria de desaciertos pueriles. A Vietto la cayó en la medialuna una pelota tras un pase en el alambre de Manolas y remató centrado. Vietto está en el gol, lo ronda, pero no lo cata. Tampoco anda fino Griezmann, que recogió un centro de Filipe y lo remató fuera. A partir de esa jugada creció el equipo de Di Francesco. Siempre con Nainggolan como acelerador e incluso como pinturero con un pase de cintura que clavó a Gabi. El belga entendió que Perotti era el jugador a potenciar. Por momentos, la Roma percutió por ese costado, también apoyado por Kolarov. Por ahí vino una contra en la que Perotti tuvo que ser derribado por Gabi en el lateral del área. Nainggolan enganchó la jugada de estrategia diseñada para enseñar su poten te disparo, al que respondió bien Oblak. La dificultad estaba en adivinar la trayectoria junto a su palo derecho ante el bosque de piernas que había ante él.
Que el Atlético estaba ciego con el gol quedó evidenciado en la ocasión más clara de ese primer tiempo. Saúl aprovechó un despiste de Kolarov para ganarle la espalda. Su poderosa carrera terminó con un pase raso que Vietto dejó pasar para que Koke lo empujara. Así lo hizo el volante, pero Manolas lo sacó en la raya con un arrastre salvador. La pelota le volvió a caer a Koke, que se la dio a Griezmann y este tampoco acertó a menos de dos metros de la línea de gol. Contestó Dzeko tras una deja da de Strootman con un bochornoso remate cerca del pico del área. Con esa ocasión se cerró la primera mitad. En la segunda apareció un Atlético mandón. Embotelló al equipo local. Lo acongojó en un ejercicio de equipo de jerarquía. Saúl, orillado a la banda, demostró que ahora tiene más peso cuando puede jugar de cara. Cuando pudo recibir de frente mucha pupa. Suyo fue un pase de mediapunta para Vietto, que se quedó mano a mano con Alisson. Le faltó temple y juego de tobillo para superar al meta local, convertido ya en el héroe de su equipo. Esa fue la última acción de Vietto. Simeone dio paso a Correa, que en menos de dos minutos le pegó otra patada a la puerta de su reivindicación. La primera jugada en la que intervino, se giró abrió para Juanfran, dejó pasar el pase de este y a Saúl volvió a fallarle la rosca. La segunda intervención de Correa fue otra delicia un giro en la frontal para clavar a Manolas al que hilvanó un punterazo que de nuevo se encontró con la manopla de Alisson. Todavía enseñó Correa lo afilado que está con otra curva que se encontró con otra estirada del meta brasileño. Esa tormenta ofensiva del Atlético generó que Di Francesco eliminara Defrel y diera paso a un central. A la vez, Simeone aumentó la descarga ofensiva metiendo a Carrasco por Gabi.
Embotellada, la Roma solo pudo estirarse en los últimos diez minutos, pero el juego seguía siendo del Atlético. Y también la negación ante el gol. Saúl, en el descuento, contribuyó a elevar al santuario a Allison con un remate de cabeza picado que este despejó. Su rechace Con toda la portería para él, Saúl confirmó que la noche no estaba para que el Atlético marcara enviando la pelota a la tribuna.
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