Que no caiga: los malabares fallidos que deslucen las presentaciones de los jugadores

La tarea se remonta a las épocas de los recreos, a las pachangas de tarde con amigos, a los momentos previos a un partido en el que quieres mostrarle al rival que tú eres el bueno de tu equipo. "A ver, ¿tú qué puedes hacer?". La presión la trasladaban los compañeros ya sea en la canchita del barrio o en las baldosas del patio. Y la víctima en cuestión, en el centro del rondo, debía mantener la pelota en el aire y hacer con ella alguna pirueta, la famosa vuelta al mundo, que pasa un pie por arriba del balón y lo pilla antes de que toque el suelo, la bicicleta, la lambretta, los tacos. Después estaban los que no podían hacerlo y decían, por todo lo alto, que había muchísimos que lo hacían y que después en el campo, nada.

Y en el fútbol profesional, la parafernalia que rodea al balón hoy en día trasladó el patio, el barrio, a los grandes estadios. La aprobación más infantil y más inocente revive en la presentación de cada uno de los fichajes, obligados a demostrar todo lo que podrán hacer por el equipo durante la próxima temporada, a través de una única consigna: que el balón no caiga. Y la pelota toca el suelo, aunque valgas más de 100 millones de euros. Desde Dembélé o Asensio hasta la peor presentación de todos los tiempos.