Mourinho construye un líder
El Manchester United es el único equipo que logra un pleno de tres victorias en la apertura de la Premier League antes del primer parón por las competiciones de selecciones
Un gol de Peter Crouch, el larguísimo delantero del Stoke City, frustró el tercer uno a cero consecutivo del West Bromwich Albion y sirvió también para dejar un líder solitario en la Premier League, el único equipo capaz de ganar en las tres primeras jornadas de la competición. Es el Manchester United que construye José Mourinho para dar continuidad a su leyenda, la que muestra que logra llevar a sus equipos a ganar la liga en su segunda campaña al frente de ellos. Lo hizo con el Chelsea, en sus dos etapas, Oporto, Real Madrid e Inter. El técnico luso nunca ha cesado de alimentar esa realidad con su relato e identifica ese tiempo como el adecuado para que su libreto cale en los jugadores, para que el conocimiento mutuo se plasme en el más elevado rendimiento, para que el vestuario, en definitiva, sea una arcadia. “Nunca en mi larga carrera he trabajado con un grupo que me guste tanto como el que tengo ahora. Es un ambiente hermoso”, asegura sobre la caseta de este Manchester United, un equipo en el que se identifican varias claves que hoy le sitúan como el rival a batir en la Premier League.
Tranquilidad atrás, inteligencia y precisión delante. Diez goles a favor y ninguno en contra adornan el trío de victorias con las que ha iniciado el campeonato. En tres partidos David De Gea apenas ha tenido que realizar cinco paradas. El United ha disparado a puerta en 60 oportunidades, faceta en la que solo le supera el Tottenham, pero más que su producción ofensiva el dato que impacta es el que muestra que uno de cada dos disparos que dirige entre los tres palos acaba en gol. “Dirán que soy defensivo porque no recibimos goles”, ironiza Mourinho. Para marcarlos está Lukaku, que lidera la tabla de realizadores en la Premier empatado a tres goles con Sadio Mané, el extremo del Liverpool. El belga aporta músculo, referencias y remate, pero además una inteligencia en el juego derivada de su inquietud por entenderlo, la de un apasionado del fútbol que devora vídeos y opera como un entrenador en la cancha. “Tengo muchos cortes de jugadas en mi ordenador y paso horas viéndolos para entender como puedo mejorar. Me encanta estudiar a otros futbolistas y saber que movimientos van a hacer los equipos”, explicó en una entrevista televisiva a un atónito Thierry Henry, que acabó a sus pies: “Eres un tipo brillante”, concluyó.
El rendimiento de los fichajes. Hace un año Mourinho incorporó a cuatro futbolistas (Pogba, Mkhitaryan, Bailly e Ibrahimovic), este verano ha sumado tres (Lindelof, Matic, Lukaku) además de la reincorporación del veterano delantero sueco, lesionado hasta año nuevo. Por el camino han quedado 350 millones de euros, pero de todos, excepto el joven central Lindelof, ofrecen las prestaciones aguardadas. Pogba se ha liberado con Matic en el campo y tras actuar como mediapunta en bastantes partidos ha vuelto a su posición ideal, la que le lleva de área a área. El mediocentro serbio abarca campo, brinda coberturas y oficio. Ha caído de pie en un equipo y una afición que ya identifica en él algunos de los valores del legendario Roy Keane, no precisamente los de la dureza. El United lleva una media de menos de apenas nueve faltas por partido, Matic apenas ha cometido cuatro en 270 minutos. “Son muy buenos, pero a veces veo a los futbolistas disfrutar demasiado sobre el campo”, zanjó Keane cuando le preguntaron hace unos días por el rendimiento de este Manchester.
El paso adelante de Mkhitaryan y Martial. Les costó entrar en el equipo, pero ahora ofrecen su mejor versión. Sobre el armenio hubo dudas cuando sus primeros meses en el equipo transcurrieron casi siempre en la grada. La campaña pasada apenas disfrutó de tres titularidades en los cuatro primeros meses de liga y un desastroso derbi ante el City le envió durante varias semanas a la nevera. Hoy lidera la tabla de asistencias del campeonato: lleva cinco en tres partidos y la grada ha versionado a Sting y su Englishman in New York para jalearle. Cuando en las islas a un futbolista le adaptan una tonadilla es señal de que cala entre su gente. Mkhitaryan penó durante su primer año en Old Trafford en misiones en los flancos. Ahora evoluciona en la mediapunta, su espacio natural. Para Mourinho ya es un favorito: “Él me entiende y yo le entiendo. Hemos aprendido el uno del otro. La segunda parte de la pasada temporada ya aportó mucho y en la actual rendirá aún más”, augura el entrenador.
Con Martial sucede algo similar, aunque se trate de un futbolista menos formado que el mediapunta armenio. Apenas tiene 21 años y tras sí un coste de 50 millones de euros que puede dispararse hasta los 80 si cumple una serie de variables relacionadas con su rendimiento durante su estancia en el club. Por lo que hizo el pasado ejercicio no iba a llegar a ellas, apenas cuatro goles en la Premier. Pero en los dos primeros partidos de esta liga ya se disparó hasta la mitad de esa cota. Mourinho le dio la titularidad este fin de semana contra el Leicester en perjuicio de Rashford, que está a un extraordinario nivel sin haber cumplido los 20 años. “Cuando se te bendice con el talento que tiene lo que debe hacer es explotarlo”, apunta Mourinho sobre Martial, al que exige: “Quiero más, más y más. Ahora su actitud es la correcta”.
Un once tipo y piezas importantes a la espera. Mourinho trabaja hasta el momento sobre un equipo base (De Gea; Valencia, Bailly, Jones, Blind; Matic, Pogba; Mata, Mkhitaryan, Rashford; y Lukaku), pero ya advierte que la campaña requerirá de la aportación de toda la tropa, ya desde que en septiembre empiece la exigencia de la Liga de Campeones (el día 12 recibe al Basilea y el 27 visita al CSKA) o de la Copa de la Liga (el 18 recibe al Burton). “No voy a poder jugar todo eso con once futbolistas, pero estoy tranquilo porque veo a la gente implicada. Contra el Leicester vi a Herrera en el banquillo, hablando, gritando, ayudando a los que estaban en el césped. Ese es el grupo que tenemos y el que necesitamos”, ilustra Mourinho. Ander Herrera, titular el año pasado, ha perdido la titularidad tras la llegada de Matic. Lindgard, también habitual el año pasado y goleador en la Supercopa contra el Madrid, también tiene menos peso ahora. El belga Fellaini asume un rol de reparador, sale del banquillo para corregir y ajustar al equipo en los tramos finales de los partidos. ¿Juega bien el Manchester United? O mejor, ¿es entretenido de ver? Mourinho dice que sí, según su ideario. “No tuvimos muchos partidos el año pasado en los que tuviésemos el control los noventa minutos como hacemos ahora”, explica. Es un equipo poderoso, exuberante a ratos, inabordable por alto, no tan dinámico como el Liverpool, pero de ritmo muy intenso. “Un equipo hecho”, zanja Mourinho. “Y vamos a ser aún mejores”, avisa.
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