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Atlético: mismo equipo, mismos problemas

El equipo de Simeone empata con el Getafe (0-0) y evidencia de nuevo falta de claridad en el juego ofensivo

FOTO: Griezmann disputa el balón. / VÍDEO: Declaraciones de los jugadores tras el partido.Foto: atlas | Vídeo: J. P. GANDUL (EFE) / ATLAS
Ladislao J. Moñino

En medio de la operación salida por el cambio de quincena y el puente, unos cuatro mil aficionados del Atlético se congregaron en el Coliseo Alfonso Pérez para comprobar en directo el estado de su equipo a una semana del comienzo liguero. Por el bulevar que da acceso al estadio del Getafe, el desfile de seguidores rojiblancos reflejaba la realidad de la sanción de la FIFA: no hay camisetas serigrafiadas con el nombre de nuevas adquisiciones. Si acaso, podía valer la de algún nostálgico ansioso por la vuelta de Diego Costa.

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Ya sobre la hierba, con un once que apunta al que inicie la Liga en Girona, con Vrsalljko desplazando a Juanfran, con el parche de Lucas por si Filipe no llega a Girona, y con Gaitán o Carrasco como candidatos a ceder el puesto a Saúl, el Atlético destapó otra realidad que puede ser preocupante: mismo equipo, mismas virtudes, peo también los mismos problemas. Los últimos 30 metros vuelven a emerger como la gran tara del Atlético. Da igual que Gaitán y Carrasco se esfuercen en aparecer por dentro o que Griezmann baje para tratar de enganchar. Hay un punto en el que ese tuya-mía que practica el conjunto de Simeone cuando el rival se repliega y le cede la pelota es un suplicio. En esas devoluciones entre unos y otros faltan movimientos alrededor que le den sentido a esos pases cortos. Y cuando a veces alguien tira un desmarque peliagudo falta suele faltar precisión en el pase. De nuevo, vuelve a parecer una quimera que se puedan ver toques filtrados que dejen a Griezmann o a Torres en situaciones de mano a mano con defensas o porteros. En el primer tiempo se registraron sendos disparos lejanos de Griezmann y Carrasco y un intento de vaselina-cuchara del francés que se fue por porco.

Parce que sigue sin sentirse cómodo el Atlético como dominador y ese es paisaje que le dibujó Bordalás y que le espera un muchos partidos del campeonato que está a nada de comenzar. O cambia mucho, o a este equipo le seguirá aplanando su alma eléctrica ese vaivén de la pelota sin más. Ese sobeteo casi por obligación que además hace bueno ese dicho de su entrenador de que la posesión debe servir para algo. En el bolo afloró otro defecto crónico: la falta de atrevimiento para el desborde en los últimos metros. Hay veces que el fútbol tiene que ser regate o regate y cuesta horrores ver a un jugador vestido de rojiblanco intentarlo convencido. Carrasco, el más dotado, deja alguno, pero su equipo necesita tanto o más su fantasía en el uno contra uno que los goles que le demanda Simeone. De su imaginación, cuando se atrevió a ejecutarla, partieron las mejores jugadas de su equipo. Una de ellas, mal rematada por Torres tras dejada de Koke.

Atascado, el Atlético hizo bueno su lema de portería a cero y también lo que le cuesta perforar la contraria. Incluso vio como el Getafe se le subió por momentos a las barbas con los chispeantes Gaku y Álvaro. A una semana del comienzo de la Liga, Simeone tiene el mismo equipo y los mismos problemas que resolver.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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