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Froome sobrevive en una etapa extrema, en la que pierde rivales

El colombiano Urán se impone en la fotofinish después de cinco horas en las montañas que vieron la caída pavorosa de Porte, que abandonó, y el hundimiento de Contador

Carlos Arribas
Richie Porte, atendido por los médicos, después de la caída en la novena etapa.
Richie Porte, atendido por los médicos, después de la caída en la novena etapa.PHILIPPE LOPEZ (AFP)

No hubo truenos ni rayos ni tormentas temidas. Solo unas carreteras asesinas, estrechas, de grano áspero; unas subidas verticales y calurosas y unos descensos espeluznantes. Allí, en las montañas jurásicas del Este de Francia, todas las emociones que puede despertar el ciclismo y que el aficionado espera, disfruta y teme, las ofreció el Tour en apenas cinco horas, que terminaron con la victoria de etapa increíble para un día de altísima montaña, por un tubular al fotofinish, de un colombiano, Rigoberto Urán en Chambéry, allí donde la civilización relevó a la montaña y donde Froome volvió a subir de amarillo al podio.

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El ciclismo no es un juego; es la vida acelerada y peleada con rabia sin aire en los pulmones y con el corazón a 200 y la desmemoria rápida, y el Tour, la montaña, su exaltación. Hubo tragedia y pena (los golpes: Porte evacuado en camilla con conmoción cerebral y una fractura de clavícula y cadera; Thomas, en coche con la clavícula rota; otros tres abandonos por caídas), hubo golpes de astucia (un ataque de Aru con Froome pidiendo auxilio por avería); hubo casi violencia (el codazo que le soltó Froome a Aru cuando cesaron las hostilidades) y gestos de deportividad (Porte exigiendo a Aru que levantara el pie después de su ataque); hubo suspense y audacia (el ataque de Bardet en el descenso criminal del Chat, la persecución al fugado Barguil, el cronómetro y el cuentakilómetros peleando); hubo mal ciclismo (el miedo del Astana, el equipo de Aru y Fuglsang, quizás los más fuertes, a jugárselo todo a una carta ante un Froome aislado, y lo perdió todo); hubo soledades soñadas, las de los atacantes que no cesaron, y soledades indeseadas y temidas, las que hacen a los héroes, las de Contador y Nairo, escaladores enfrentados en cuestas intratables al fracaso de sus aspiraciones, a la fuga de sus sueños, y sin dejar de sufrir y pedalear.

Y por encima de todos, de la tormenta que no estalló, de todas las peripecias, miedos, aventuras, ataques y defensas y golpes, hubo un ciclista, Chris Froome, que superó todos los avatares y los sobrevivió ejerciendo como patrón sin discusión de una carrera en la que su autoridad es suprema aunque no gane etapas y no marque las diferencias que marcaba otros años, y aunque en tiempo solo aventaje en 18s a su más cercano perseguidor, Fabio Aru, y en menos de un minuto al cuarto, Urán, y en 2m 13s al octavo Nairo Quintana, que lucha y no se rinde pese a todo.

Faltan apenas 12 kilómetros para la meta. Ha terminado el descenso y un grupo de cuatro (Froome, Urán, Fuglsang y Aru) persigue a Bardet, que se ha escapado en el descenso y persigue a Barguil, en fuga en todo el día. Bardet es peligroso. Está a solo 47s en la general. Puede arrebatarle el liderato al inglés, su bien más preciado.

Los libros de ciclismo señalan que en estas circunstancias, el líder debe ponerse en cabeza y cazar solo, y los demás están obligados a aprovecharse de su esfuerzo y a atacarlo cuando se agote, lo que es previsible dado el terrible esfuerzo. Pero Froome, un solo gesto de su brazo, al estilo de los dictadores pero sin el autoritarismo que les distingue, consigue que todos se pongan de acuerdo, releven con fiereza y cacen. Y todos parecen sentirse felices, incluidos Aru y el danés, los dos Astana que asienten, y colaboran para ayudar al líder que los derrota. Solo entre ellos pelearán llegado el momento por los puestos en el podio.

Quizás sientan compasión y pena por el inglés, que en pocos kilómetros ha visto cómo los dos équipiers que más se han entregado por su vida, Geraint Thomas, el galés de siempre, el primer líder del Tour, que en su tercera caída en el Tour se rompió por fin, y Richie Porte, su amigo rival, que toma mal una ese en el descenso del Chat, pisa hierba, pierde el control del interior y rebota con violencia contra el suelo a más de 70 kilómetros por hora. El australiano le ayudó a ganar dos Tours a Froome, y en este se postulaba como su mayor rival, y públicamente Froome lloró por él.

De izquierda a derecha, Froome, Barguil, Aru y Rigoberto Urán esprintan en el final de la novena etapa.
De izquierda a derecha, Froome, Barguil, Aru y Rigoberto Urán esprintan en el final de la novena etapa.JEFF PACHOUD (AFP)

Cuando se cayó Porte la etapa ya se había aclarado. Nairo y Contador se habían quedado; Aru se había calmado y Froome se había recuperado el ataque de pánico de la avería de su bici y del ataque de Aru, producido justo tres segundos después de que Radio Tour anunciara que Froome necesitaba auxilio mecánico.

El inglés se retrasó en el grupo y Aru, que le ve levantar el brazo, ataca a su espalda. Le siguen Nairo y Porte, pero no le relevan. Froome pierde unos metros. Sus Sky se quedan con él y le devuelven al grupo. En la siguiente curva, Froome le da con el codo a Aru, que casi se cae en la cuneta. Después ataca Aru de nuevo. Nieve y Landa, sus últimos ayudantes, ya no pueden responder. En persona Froome se defiende acelerando. Después, se olvida de todo. “No recuerdo que Aru me atacara cuando la avería”, dice. “No, no le di con el codo”.

Entre los aspirantes a algo está Urán, que ya ha cumplido 30 años y al que podría considerarse como el padre del nuevo ciclismo colombiano. Desde los 20 años corre en Europa, donde ha mostrado la vía y abierto el camino a la generación de Henao, Nairo y Chaves. Dicharachero y feliz, tras años de niebla ha vuelto a ver la claridad. “Vine a buscar un puesto en la general y a ganar una etapa”, dice. “Y parece que voy por el buen camino”. El lunes, el Tour, que ha cubierto un tercio de su recorrido, descansa. Todos lo necesitan.

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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