Van Niekerk vuela sin despeinarse en el 400 de Lausana

Wayde van Niekerk se dispone a relevar a Usain Bolt en el escenario que corresponde a la máxima figura del atletismo mundial. Su primera participación en una carrera de 400 metros de nivel internacional esta temporada, ayer en La Pontaise de Lausana, invita a los cálculos más extraordinarios. Por el modo en que planteó la prueba, sin derrochar energía en el primer 100; por su aceleración progresiva hasta el final de la segunda curva; y por el modo en que cerró el anillo en el último hectómetro, sin perder la técnica, sin dar la más mínima sensación de fatiga, rebotando sobre la pista como si trotara, y por la marca formidable que obtuvo. Los 43,62 segundos, la décima mejor marca de todos los tiempos, lo sitúan en otro plano. La forma de conseguirla, con solo 24 años, sugiere que en los Mundiales que se celebrarán en Londres el próximo agosto se encontrará en disposición de bajar su propio récord (43,03s) y, tal vez, de entrar en el mundo desconocido de los 42 segundos.

El campeón olímpico sudafricano fue el único atleta que bajó de 44 segundos en el 400 y concentró la mayor parte de la atención en la jornada de la Diamond League celebrada en Lausana. Por lo demás, la velada registró momentos de gran calidad. En el salto de altura femenino el concurso fue memorable. La rusa Mariya Lasitskene se consolidó como una de las mejores especialistas de todos los tiempos en una noche que la descubrió inspiradísima. Su combinación de elasticidad, potencia y equilibrio la impulsaron hasta los 2,06 metros. Desde 2009 las chicas no habían alcanzado una cota más alta. Lasitskene se entusiasmó tanto que puso el listón en 2,10 metros, un centímetro por encima del récord de Kostadinova. Su triple intento por avanzar más allá después de 30 años de ataques frustrados no sirvieron para batir la vieja plusmarca pero brindaron al público algo del sentido de la aventura épica que una vez tuvo el salto de altura femenino. La española Ruth Beitia se retiró tras chocar con el listón en 1,93.

En el triple salto masculino, el cubano Pedro Pablo Pichardo superó (17,60m) al estadounidense Christian Taylor (17,49m) en un desenlace sorprendente.Taylor ostentaba la mejor marca del año desde mayo, cuando saltó 18,11 metros en Eugene.

La española Blanca Fernández hizo su mejor marca personal (4m 30,06s) en el 3.000.