Mbappé, una joya de muchacho
Lo mismo da que solo haya jugado 40 partidos en la élite. Por él suspiran los grandes de Europa pese a su prohibitivo precio y a que futbolísticamente aún tenga la condición de embrión
Va a ser largo el verano, sí. Tanto, que el propio Florentino Pérez ya se ha encargado de recordar que el club que preside, el Real Madrid, ha apurado en más de una ocasión hasta el 31 de agosto para rematar algunos de sus fichajes más aplaudidos. Y, más aún, cuando en el aire está, supuestamente, el futuro de Cristiano, a quien su cuita con Hacienda ha puesto cara de si esto sigue así me enfado y dejo de respirar. De lo que decida el portugués, y acepte el Madrid, depende en buena medida lo que ocurra en este bazar futbolístico veraniego. En él hay varios nombres propios que vamos a leer y a escuchar como si nos hubiéramos dejado un grifo abierto que goteara con insufrible cadencia. Mbappé, Morata, Veratti, Bonucci, Ceballos... He aquí algunos de los futbolistas que nos van a tener en un sinvivir los próximos días, tal vez semanas, desconocedores de qué ocurrirá con ellos. Insoportable, vamos.
Así que, amable lector, vienen días repletos de no noticias, que es de lo que se alimenta la prensa deportiva cuando el calor aprieta. En medio de muchas de ellas estará el Madrid, que es ese club, conviene recordarlo, que ha ganado la Liga y la Champions mostrando a ratos un fútbol superlativo. Pero necesita mejorar el equipo, parece ser. Así que nada mejor que elucubrar con este o aquel nombre y, de paso, por qué no, poner en marcha una encuesta para que el populacho muestre sus preferencias sobre quién debe abandonar la casa para hacer sitio al supuesto fenómeno que está al caer. Y en tan científicos sondeos suele aparecer siempre Gareth Bale, ese señor que desde que llegó al Madrid no ha hecho otra cosa que ganar títulos, el inútil de él, pero al que las lesiones han impedido brillar más a menudo. Sin Bale juega mejor el Madrid, se dice, que es lo que se decía de Cristiano cuando a principios de curso no estaba y a Bale se le ponía como excelso abanderado de aquel Madrid que no perdía ni a tiros.
Pero hay que hacer hueco a Mbappé, sentencian los que saben, que son muchos. El jugador francés, de 18 años, es el próximo fenómeno mundial, aunque futbolísticamente aún tenga la condición de embrión. Por él suspiran los clubes más poderosos de Europa, que están dispuestos a pagar al Mónaco, qué sé yo, 160 millones de euros o más. Así que el Madrid tiene que hacer sitio a la nueva joya del planeta. Ya se pueden ir preparando Bale y Benzema, esos elementos extraños cuya contribución a los éxitos del equipo algunos ignoran, porque en este gallinero no caben tantos gallos, sobre todo si sigue Cristiano, y hay que acomodar a un chaval imberbe que hasta ahora ha jugado 40 partidos en la élite, en los que ha marcado la portentosa cifra de 16 goles.
Florentino Pérez decidirá, se supone que escuchando a Zidane (solo se supone), si el Madrid necesita para hoy a un muchacho que no es más que un proyecto de futuro o puede esperar un tiempo. Si lo ficha ya, alguien tiene que salir. Alguien de la malhadada BBC, esa extravagante delantera con la que el Madrid solo ha ganado tres Champions, una Liga y una Copa en cuatro años. La cifra a pagar rompería cualquier techo de gasto, pero lo mismo da. Lo curioso es ese empeño de algunos no en mejorar, sino en cambiar lo que funciona. Hasta que se solucione el conflicto aprenderemos todo sobre el chico y leeremos, por ejemplo, que tiene la cabeza estupendamente amueblada, pese a su edad, pues ya se sabe que a los 18 años hay que ser un idiota. Y se nos dirá también que una de sus grandes virtudes es que está asesorado por su padre, lo que debe ser sinónimo de seriedad y buen juicio. Que se lo digan a Neymar.
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