Àlex Crivillé: “Antes mandaban los americanos, hoy España”
El catalán logró en Assen hace 25 años la primera victoria de un español en 500cc y marcó el camino para los éxitos de hoy
El 27 de junio de 1992, hace casi 25 años, Àlex Crivillé logró a los 21 años la primera victoria en la categoría reina de un piloto español. Fue en el circuito de Assen en el que hoy se celebra el gran premio de Holanda (con Zarco en la pole y Márquez en segunda posición; 13.00, Movistar MotoGP). El catalán, un pionero, debutaba aquella temporada en 500cc y ya había subido al podio en la tercera carrera, junto a Doohan y Rainey. Pero ganar no estaba en sus planes. Ni en los de nadie. “No tenía el nivel suficiente para estar con ellos. Rodaba habitualmente a unas siete décimas de segundo. Y, además, yo estaba en un equipo satélite, aunque llevaba una moto de las buenas”, recuerda el que fue, también, el primer español en ganar un Mundial en la máxima categoría.
A Crivillé y a su equipo les faltaba rodaje aquel 1992, pero en Assen se dieron las circunstancias para hacer historia: Rainey y Doohan, lesionados, no competían (fueron campeón y subcampeón aquel año); tampoco Gardner. Y los favoritos eran Schwantz y Lawson. Este último le hizo un adelantamiento al primero al cabo de unas pocas vueltas, se tocaron y se fueron al suelo. “De repente me encontré allí, en la cabeza de carrera, con Barros, Kocinski, Garriga… Y pensé, ‘hoy es mi día”, relata.
La última vuelta fue un espectáculo, con un sinfín de adelantamientos. “Con las 500cc podías entrar por cualquier agujero. Fue una carrera apretada en la que peleé a muerte porque quería la victoria. Pero también la querían ellos. Kocinski era muy bueno, Barros, un gran frenador… Debían pensar lo mismo que yo, pero solo podía ganar uno”. Fue Crivillé y empezó a cambiar la historia del motociclismo español, cuyos triunfos se limitaban, hasta entonces, a las categorías inferiores.
Las cifras triunfantes del motociclismo español
La de Crivillé fue la primera victoria de un español en la categoría reina. Pero vendrían más. Ganó otras 14 carreras entre 1995 y el año 2000.
España aplaudió los triunfos de Gibernau (nueve), Checa (dos), Puig y Elías (uno cada uno) hasta la llegada de la generación actual.
Dani Pedrosa también ganó en su primer año: en China, 2006; y suma 30 triunfos desde entonces. Le siguió Lorenzo, el que más victorias acumula hasta el momento, 44. La primera, en Portugal, el 2008, su primera temporada entre los mejores.
Tiene también tres Mundiales de MotoGP Marc Márquez, que debutó en 2013, año en el que no sólo ganó su primera carrera (Austin), sino también su primer Mundial. Cuenta otras 30 victorias.
El último en llegar ha sido Maverick Viñales, con cuatro triunfos en su haber y el liderato del campeonato.
España suma 46 campeonatos del mundo, lo que la sitúa como la segunda nación más exitosa por detrás de Italia (75), pero solo siete son de la categoría reina: el primero, el de Crivillé, marcó el camino a pilotos como Lorenzo (tres) o Márquez (también tres).
“Cuando un piloto gana se ve algo, supongo que Honda ya vio algo que le gustó [fichó por el equipo oficial en 1994], también Sito, que negoció para poder continuar un año más en 500cc, con una buena moto y buenos patrocinadores. Fue el principio de todo. Muchos a partir de aquel momento vieron que se podía luchar contra los americanos”.
Al día siguiente, Crivillé salió en las portadas de todos los periódicos españoles. “Se vivió como si hubiera ganado un Mundial, como si hubiera logrado algo inalcanzable. Ganar en 500cc era impensable; era territorio de los americanos. Se trataba de motos indomables, que derrapaban mucho, muy difíciles de pilotar”, explica, aunque en su día no supo darle el valor que tenía: “Soy un piloto muy frío y en aquel momento pensé que aunque lo que había conseguido estaba muy bien, los buenos de verdad no estaban allí ese día. Ahora miro el vídeo, me veo en el podio y pienso, ‘ostras, tendrías que estar dando volteretas de alegría, revolcándote por tierra, gritando…’ En cambio, solo levanté un poco el brazo, con el trofeo. Hoy le doy otro valor; aquella fue una de mis victorias más importantes, abrimos un camino”.
Dos años después de aquello se convertía en compañero de Doohan y vestía de Honda. Y ganó un Mundial para la historia en 1999. El título que ayudó a los españoles a quitarse complejos. “Hubo una época en la que mandaban los americanos, ahora mandan los españoles. Las 500cc pedían un pilotaje agresivo, controlar las derrapadas; y en eso los americanos eran los reyes, porque hacían dirt track en su país. Nosotros hacíamos un poco de motocross y punto. Cuando cogíamos una moto de aquellas no llegábamos a su nivel. Ahora todos los pilotos hacen lo mismo: dirt track, supermotard, motocross…”.
1992 fue el año del primer triunfo de un español y también el año en el que Dorna Sports asumió la gestión del campeonato. “El buen trabajo que hicieron con la profesionalización del Mundial, la creación de campeonatos como el CEV, y la proliferación de circuitos como los que hay ahora —entonces solo teníamos Calafat— son algunos de los factores que han influido para que haya esta cosecha de pilotos, algunos de los cuales son muy buenos. Antes era impensable tener en la máxima categoría una nómina así de pilotos. Creo que lo tenemos que disfrutar todavía más y valorarlo mucho porque es una pasada”.
El porqué de una amarga retirada
Crivillé anunció su retirada a principios del año 2002, a pesar de que había firmado un buen contrato con Yamaha. Lo hizo por problemas de salud. Había sufrido desvanecimientos puntuales desde 1999 y no encontraban la razón de sus mareos. “La vida está por encima de todo”, dijo. Después de muchos años todavía no se atreve a asegurar cuáles fueron los motivos por los que tuvo que dejar de correr, pero la teoría a la que se aferraron los doctores que le trataron remite a una caída que tuvo en 1990, en el mismo momento en el que se accidentó el piloto alemán Reinhold Roth. “Perdí la consciencia, y estuve un día que no veía bien: con un ojo no veía, con el otro veía en blanco y negro… Estas lesiones, este tipo de caídas con traumatismos craneales, son muy peligrosas y pasan factura al cabo de un tiempo”, relata.
Recibió tratamiento y pudo solucionarlo al cabo de un tiempo. Pero no lo pasó nada bien. Ya lo advirtió cuando dio la noticia. “No estoy preparado para la retirada”, dijo entonces. Y no lo estaba. “Lo pasé muy mal, estuve tres o cuatro años fatal, intentando solucionar los problemas de salud. Cuando ya me encontré bien de salud, vino un día Doohan y me dijo: ‘Eres joven todavía, puedes volver a intentarlo, ¿quieres probar?’ Pero yo ya tenía hijos, habían nacido Àlex y María, y le dije que no me compensaba ya volver a la competición”. Pero no fue fácil: “Había entrado en un pozo del que no tenía salida. Mi mundo eran las motos; no había nada más que las motos, no sabía hacer absolutamente nada más. Solo pensaba en motos. Pasados unos 15 años ahora veo que estoy en el mundo que me gusta, aunque trabajando en la tele, que no es lo mismo, pero lo puedo vivir de cerca”, cuenta.
Hace tiempo que ejerce de comentarista, dedica su tiempo libre a los caballos, otra de sus pasiones, y ahora trata de quitarle de la cabeza a su hijo mayor, muy futbolero, la idea de ser piloto. “Ya tiene 13 años y ahora los pilotos empiezan a los cuatro o cinco años. De pequeño lo inicié en las motos, pero parecía que le daban respeto. Ahora quiere volver a probar. Y no le puedo decir que no. Tendré que dejar que toque rodilla y que experimente esa sensación de ir rápido. Pero de ahí a que quiera ser piloto hay un paso grande”, ríe.
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