El Getafe acaba con el Huesca en el ascenso a Primera División
Los madrileños muestran su pegada (3-0) para meterse en la final por el ascenso a Primera, donde sobró el escupitajo de Íñigo López a Cala
Con más calidad en los momentos decisivos y tirando de astucia cuando lo necesitó, el Getafe cumplió con los pronósticos y se metió en la final por el ascenso a Primera. Tímidos en el primer tiempo y mucho más certeros en el segundo, a medida que su rival se descosía, los de Bordalás dejaron en la cuneta al Huesca, un equipo que ya había cumplido con su clasificación para las eliminatorias por el ascenso. El conjunto oscense estuvo muy digno en la primera mitad, pero un fallo de concentración lo condenó en el primer gol del Getafe. Nunca dio la impresión de llevarse una eliminatoria ya definida en su contra con el 2-2 de la ida. Cala, un defensa con gol, Pacheco, de gran disparo, y Fuster, con la izquierda, disparan las ilusiones del Getafe, que cuenta con jugadores con mucha experiencia y calidad, lejos del alcance de un Huesca que incluso dio muestras de descomposición. Solo así se explica la pelea que David López y el técnico Anquela tuvieron cuando el primero fue sustituido. Una imagen que mancha la magnífica temporada del Huesca, como el lamentable escupitajo de Íñigo López a Cala, con el que se las tuvo todo el partido. Un acto que ensució el tramo final del encuentro. El segundo tiempo de los madrileños, sin embargo, fue magnífico. Todo fueron buenas noticias para el Getafe salvo la expulsión de Pacheco cuando ya se encontraba en el banquillo por protestar la fea acción de Íñigo López.
No estuvo el Getafe a la altura de lo que se espera de su calidad en la primera mitad. Sin embargo, tuvo la virtud de golpear en el momento justo, sinónimo, sin duda, de tener más pegada. El 2-2 de la ida obligaba al Huesca a una pequeña hazaña y lo cierto es que los de Anquela fueron mejores en casi todo en un primer tiempo demasiado emotivo y de poco fútbol. Siendo mejor, el Huesca se vio sorprendido en una fantástica acción a balón parado. Un toque elevado de Lacen, el pase del siempre activo Jorge Molina y la irrupción de Cala para hacer el 1-0 a los 36 minutos. En una gran acción, el defensa del Getafe dejó de pelearse con los rivales para batir a Herrera. Fue a balón parado donde los de Bordalás marcaron la diferencia. Ya habían avisado en un disparo de Pacheco que sacó Herrera y en un remate del Cata Díaz que despejó muy bien el portero del Huesca.
El despiste de la zaga visitante constituyó en el gran borrón de un equipo que jugó bien con los tiempos, pero que se desangró ante la pícara acción de los locales. Con el 1-0, el Huesca necesitaba dos goles para meterse en la final. Un objetivo que se antojaba duro para un equipo de buenas maneras, pero cuyo peligro en la primera mitad se tradujo en un centro al área del inquieto Samu Sáiz al filo del descanso.
El Getafe ofreció su verdadera dimensión en la segunda mitad. Portillo y Pacheco encontraron espacios, sobre todo a medida que el Huesca se abría en busca del gol obligado por el marcador en contra. En una espléndida jugada, Pacheco hizo el segundo gol de disparo desde fuera del área. Las combinaciones del Getafe se hicieron letales y la eliminatoria quedó definida. Anquela quemó sus naves y su arriesgada apuesta se tradujo en más goles del Getafe. Como el tercero, en un pase estupendo de ese jugador de tanto talento como es Portillo, que dejó solo a Fuster para batir a Herrera. Conviene recordar que Portillo jugó la Liga de Campeones con el Málaga antes de ser traspasado al Betis. Bordalás, con el partido decidido, sacó del campo para reservar al propio Portillo y a Jorge Molina, futbolistas destinados a marcar distancias en la final por el ascenso a Primera, donde el Getafe se enfrentará al vencedor de la otra semifinal entre el Cádiz y el Tenerife, con ventaja parcial de 1-0 para los andaluces gracias al gol de Aketxe en la ida.
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