Las artes marciales, una tradición muy moderna
Muchas disciplinas, las más conocidas en Occidente, nacieron en el siglo XX
En España asegura practicar un arte marcial el 2,8% de la población. Son más los hombres (4 de cada 100) que las mujeres (solo 1,4 de cada 100), según datos de 2015 extraídos de una encuesta del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Cinco años antes, la práctica era ligeramente menor (2,2%). Una de las especialidades más habituales, el kárate, celebra su día mundial este sábado, 17 de junio.
El kárate es muy conocido en Occidente, pero es solo una más en un panorama muy diverso de disciplinas, antiguas, modernas y mixtas. Estos tres adjetivos intentan poner orden en un panorama en el que se mezclan tradiciones antiguas con adaptaciones deportivas y mezcolanzas de usos. Países con tradiciones conservadas con poco influjo extranjero (Japón es un buen ejemplo) y otros sacudidos por culturas invasoras, como China.
Las artes marciales tradicionales en Japón (koryū en japonés) son las anteriores al siglo XX, o, más concretamente, las anteriores a la Era Meiji (1868-1912). También son las más minoritarias. Curiosamente, muchas de las artes más conocidas en Occidente (yudo, kung-fu) se originaron a finales del siglo XIX (1882, en el caso del yudo) y adoptaron la forma con las que hoy son conocidas a lo largo del siglo XX.
A mediados del siglo pasado, pero con mayor auge a partir de los años noventa, empezaron a surgir las artes mixtas, que integran elementos de artes distintas para que dar lugar a una nueva.
"Cada una, tradicionales, modernas o mixtas, tiene su público", explica Marcos Sala Ivars, maestro y experto en artes marciales japonesas, que ultima una tesis doctoral sobre el empleo de las armas en Japón. "Quienes tienen un enfoque tradicional se apuntan a las antiguas", sostiene. "Los que buscan un reconocimiento federativo o de la competición, en cambio, acuden a las modernas". Para él, las mixtas, hoy en boga, "no tienen mucho reconocimiento oficial, pero atraen sobre todo a quienes las quieren usar en defensa personal".
En las artes tradicionales, aunque también haya cuerpo a cuerpo, el protagonismo recae en las armas: sables y alabardas en las de tradición japonesa; espadas y lanzas, en la china. En las artes modernas, el cuerpo a cuerpo cobra peso frente a las armas, aunque también puedan estar presentes. En un caso y en otro, se usan protecciones. En las mixtas, con un enfoque muy aplicado, se va vestido con ropa de calle.
La historia de los países orientales ha moldeado sus tradiciones marciales. "Japón se mantuvo aislado durante siglos. Las fronteras de China, en cambio, cambiaron con el aflujo de países extranjeros", ilustra Sala. No procede hablar tanto de disciplinas como de escuelas. "Cada feudo, cada clan, solía tener la suya. El señor feudal contrataba a un instructor para que adiestrase a sus samuráis y creaba un estilo propio". De esas escuelas llegó a haber miles en el país, pero apenas 100 han llegado al siglo XXI. La más antigua tiene presencia también en España y está representada por un grupo en Madrid y otro en Barcelona, es el Tenshin Shoden Katori Shinto Ryu. La primera escuela de este arte data del siglo XV.
Las artes antiguas engloban el iaijutsu, una disciplina con catanas en la que el ataque surge de improviso, desde la vaina, sin precaver ni poner en guardia al contrario. En la otra, se parte desde la guardia, con la espada ya sacada. A partir del siglo XVII se puso de moda atacar de improviso, desde la vaina, sin precaver. De eso en España está la escuela Muso Jikiden Eishin Ryu.
El kárate, tal y como se conoce hoy, es en realidad un arte moderno, aunque en las islas Okinawa, entre Japón y Taiwán, se mantienen estilos antiguos, como el kárate goyu ryu. El aikido, el kendo, el iaido... también son creaciones relativamente recientes, muchas nacidas con hechuras de deporte y pensadas para la competición. "Casi todo lo que acaba en -do es del siglo XX (ken-do, aiki-do, karate-do, yu-do). Al iniciar la restauración Meiji, como las artes ya no iban a servir para matar, se les dio un aire zen: se eliminó la palabra -jutsu, que es técnica, y se puso -do, que implica camino, en el sentido de vía de autoperfeccionamiento".
En las artes marciales mixtas de Japón no suele haber escuelas con nombre propio, porque a menudo son creaciones de una persona, que los bautiza. Algunas supuestas tradiciones tienen nulo fundamento histórico. "Los ninjas, por ejemplo, se venden como si fueran una escuela antigua, pero su arte marcial, el ninjutsu, no existía antiguamente en la forma en que hoy se conoce. Se tomaron partes de ken jutsu, iautsu... se mezclaron y ahora se publicitan como artes de los ninjas para darle atractivo turístico a determinadas zonas de Japón", aclara el experto.
En las artes marciales mixtas destaca el jiu-jitsu brasileño, creado por Carlos Gracie, un ciudadano brasileño que fue a Japón para integrar en un arte el yudo (moderno) y el jiu-jitsu, y que logró una enorme fama. En España, de las mixtas, es el arte más seguida.
En el caso de China, el kung-fu y el wushu incorporan tradiciones y estilos antiguos y modernos. Con mucha menos variedad de disciplinas, en India surgió el kalaripayattu, un arte tradicional del que deriva el yoga, que aunque hoy se ve como meditación también tuvo práctica marcial, y Corea, un país dividido en reinos y con influencia extranjera, el taekkyeon tiene una parte tradicional y otra moderna, el taekwondo.
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