Los pilotos de MotoGP usarán la ‘chicane’ de la F1

Un año después, el circuito de Montmeló vuelve a improvisar una solución para mejorar la seguridad. Si el último gran premio se corrió en un trazado delimitado por conos en aquella zona en la que el viernes había fallecido en accidente el piloto de Moto2 Luis Salom, esta vez se utilizará de nuevo la variante de la Fórmula 1. Pero con una diferencia importante: el Circuit de Barcelona-Catalunya invirtió en la remodelación del trazado y acometió obras el pasado enero: se modificaron la polémica curva 10, conocida como La Caixa, y se diseñó una sucesión de curvas para acortar la frenada del fatídico lugar en que cayó el piloto mallorquín.

Una nueva chicane (ahora curvas 14 y 15), diseñada tres metros antes que la de la F1, les daría, teóricamente, más metros para la entrada al pit lane y les alejaría del muro. En la práctica, ha resultado ser el punto del circuito más peligroso. O, como mínimo, en el que se sucedieron más caídas e incidentes en los primeros libres.

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Reunidos los pilotos durante poco más de una hora la tarde de este viernes en la Comisión de Seguridad, presionaron a los responsables de Dirección de carrera para que, visto que la nueva chicane no les transmitía confianza, se preparara la pista para que pudieran utilizar las dos curvas por las que circulan los monoplazas. Poco después, también fueron hasta la zona en cuestión, desde donde observaron los cambios que será necesario realizar (ganar algo de espacio a la escapatoria, poner más grava) antes de que vuelvan a pista este sábado, junto con el consejero delegado de Dorna, Carmelo Ezpeleta y dos de los integrantes de Dirección de carrera como Franco Uncini o Loris Capirossi.

Además, confirmó Héctor Barberá, la mayoría de corredores están de acuerdo en que, para los próximos años, se modifique el trazado y se recupere el dibujo original, pero como debería haberse hecho para hacer la pista más segura: alejando la tribuna para ganar espacio para la escapatoria y aumentando los metros de grava en lugar de asfalto.

“El trazado viejo era más natural, pero el cambio se hizo por seguridad. De las soluciones que propuso el Circuit esta era la más segura”, explicaba Marc Márquez, en referencia a la nueva sucesión de curvas. La opción de desplazar la grada y mejorar la escapatoria fue la más demandada por los pilotos, pero nunca fue una posibilidad real para el Circuit. “Fue un problema de dinero”, asumía ayer Valentino Rossi, muy crítico: “No me gusta la chicane, no está al nivel de MotoGP. Es un trozo de asfalto puesto entre dos circuitos diferentes”.

Los diferentes tipos de asfalto, fácilmente perceptibles a simple vista, las características del piano, el estrechamiento de la pista en la zona y el peralte de esas dos curvas son los causantes de tanta inquietud. Además de las caídas de Loris Baz y Álvaro Bautista, que perdieron el control de la moto y se quedaron varados en medio de la calzada. “Todos intentamos acortar y nos subimos al piano para ganar unas décimas, pero es fácil perder el control”, explicaba Andrea Dovizioso. “Si te caes en la primera curva, te quedas en medio de la chicane; si te caes en la segunda, te quedas en medio de la pista. Hay que intentar cambiarlo, yo no quiero verme ahí en medio”, añadía Maverick Viñales.

La sucesión de curvas que usarán está más cerca del muro —“pero no es problema, no llegas muy deprisa”, decía Rossi—, aunque les resulta más natural de trazar y, en general, es más segura. No hay más que consultarle a Miller, que al no estar delimitada más que con una línea blanca, la estuvo trazando durante el primer libre sin darse cuenta de que hacía el circuito equivocado.