El último rugido del Calderón
El mejor Atlético de la historia despide a su estadio ante el Athletic, club del que emergió como sucursal en 1903
Hay un sentir generalizado de que el mejor Atlético de Madrid de la historia será el que despida hoy al Vicente Calderón tras 50 años siendo su casa. Allí, sumergido en las entrañas del estadio, en la subterránea sala de prensa que acogió su penúltima comparecencia en el coliseo enclavado a orillas del Manzanares, Diego Pablo Simeone, el entrenador bajo el que se le ha colgado a su equipo esa distinguida etiqueta, hizo ayer un ejercicio de nostalgia. El Cholo destapó sus mejores recuerdos del estadio en el que el Atlético disputará hoy su último partido oficial (16.45, beIN LaLiga) ante el Athletic de Bilbao. El visitante añade grandes dosis de sentimentalismo a la cita. El enfrentamiento mide al Atlético con el club del que surgió como una sucursal en 1903 y contra el que también se despidió del estadio Metropolitano en 1966.
Simeone se abrió para explicar lo que para él significa el Calderón con un tono pausado, consciente de que estaba elaborando un discurso extraído de sus sentimientos más íntimos. “Los recuerdos del futbolista son maravillosos. Apenas llegué encontré aceptación de la gente mucho antes de que yo empezara a darle cosas al club y al equipo”, rememora emocionado Simeone. El doblete del 96 y su gol al Albacete en el partido que otorgó su novena Liga al club están en primera línea de la memoria sentimental del técnico del Atlético: “La segunda temporada fue una de las más importantes del club al ganar la Liga y la Copa. Siempre me quedará el gol del Albacete como recuerdo tremendamente emocionante, ver venir la pelota por el lado derecho y golpearla de cabeza hacia el izquierdo para abrir el camino al título que no llegaba desde hacía 25 años. Posiblemente, sea el punto más alto emocionalmente de mi etapa como futbolista”.
Como inquilino del banquillo, Simeone realza la recuperación del Atlético como un club competidor: “De mi etapa como entrenador me quedo con empezar a poder ver a nuestro Atlético de Madrid en los mejores lugares, seguramente nos quedan situaciones por mejorar, pero está claro que tanto como futbolista como entrenador el Calderón quedará en la historia de mi vida”.
En los casi seis años de la era Simeone, el Calderón ha vibrado con un equipo muy enraizado con las señas de identidad del club: defensa, intensidad y contragolpe. Bajo la dirección de El Cholo, la hinchada ha vuelto a tener el sentimiento de que apoyaba a un equipo ganador capaz de sostenerle la mirada al Madrid, al Barcelona y a los grandes clubes europeos. En ese arco de tiempo ha habido una revitalización en el hincha rojiblanco tras un pasado no muy lejano de penurias encabezado por la intervención judicial, el descenso y los dos posteriores cursos en el pozo de Segunda División.
La conquista de Liga Europa en 2012, de la Copa del Rey en 2013, de la Liga 2013-14, de la Supercopa 2014 y las dos finales de Champions han inflamado el orgullo de la hinchada rojiblanca. En esta etapa de esplendor, el Calderón ha reverdecido la acústica del éxito que acompañó al Atlético de los Adelardo, Rodri, Rivilla, Collar, Mendonça, Ufarte, Luis Aragonés, jugador y entrenador, Gárate, Ayala, Capón, Leal, Leivinha, Luiz Pereira, Dirceu, Rubén Cano, Marina, Quique Ramos, Futre, Pantic, Kiko...
Ese sonido acentuado de “¡Atleeeti, Atleeti!” y el himno a capela que tantas veces ha levantado al equipo se escucharán hoy por última vez en un partido oficial del Atlético en el Calderón. Han sido 50 años en los que el club ha escrito algunas de las mejores páginas de su historia bajo una atmósfera volcánica y entusiasta que el capitán Gabi definió recientemente: “Cuando ruge el Calderón, tenemos algo único”.
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